Capítulo 7

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¿Qué rayos pasa?

........................ Sarah ...................

Bajo hasta el primer piso, solo son dos, nosé porque diablos hay un ascensor.

Salgo de allí y veo a Jenny saliendo de la biblioteca.

—Sarah, ¡Hola! —Me salúda.

—¿Qué hacías a esta hora en la biblioteca? —Pregunto obviando su saludo.

— "Buenos días Jenny" —Dice imitando mi voz.

Yo me cruzo de brazos.

—No estoy para ironías ahora. Y no son “buenos”. —Digo con notoria molestia.

—Esta bien, te respondo, no podía dormir así que tomé una ducha y me fuí a la biblioteca. ¿Y tú que? ¿Cúal es la causa de tu enojo?

—Me tomaron fotos CASI desnuda. —alzo mis dedos indices— Llevaba bragas, conste, y... luego una operada casi se queda calva —Digo de lo mas normal.

Jenny me mira con la boca abierta y los ojos como platos.

— Va... vamos a la cafetería para que me cuentes como pasó. —Invita con su mano.

Yo asiento y camino con ella hasta la cafetería. Le cuento con lujo de detalles lo que ocurrió.

—... Y me amenazó con... —unas desconocidas me interrumpieron.

—Sarah —Me llama Sam.

—Escuchen chicas, por ahora no quiero hablar con ustedes. —frunzo mi ceño.

Pero no me hacen caso y se sientan en la mesa.

—Si. No sé como pueden hablarle despúes de apoyar a las demás con lo de las fotos. Debieron ayudarla. —Comenta Jenny.

—¿Ayudarme? Yo puedo sola —Mi tono de superioridad está a flote.

—Entonces ¿Porqué estas molesta? —Dice Day.

—Porque no ajustaron el reloj esta mañana y si el puto reloj hubiera estado bien, nada de esto hubiera ocurrido —Digo cruzada de brazos.

Mi justificación es realmente infantil, pero nisiquiera yo sé porque estoy enojada con ellas. Creo que lo del reloj fue solo una excusa... aunque tenía algo de verdad.

—¿Solo por eso? ¿Y porque no estas molesta con Jenny? Ella tambien duerme allí —Justifica Day.

—Ella no estaba riendose de mí con las plásticas y las demás escuinclas.

—Está bien. Ya. Perdonanos —Pide Sam.

— Postrais ante mi. —-Digo señalando el suelo.

Jenny suelta una risita y las personas de la cafetería nos miran de reojo -hay chicos-.

Las traidoras ponen los ojos de perrito y se postran ante mi.

—Perdónanos. —-Dicen al mismo tiempo.

—Dejenme pensarlo... —Toco mi barbilla como si deverdad estubiera pensando.

Chicos de plástico.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora