Capítulo 11

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................. ...... Sarah ......................

Despierto muy temprano.

—¡Por fin regreso a mi casa! ¡No volveré al centro del infierno!. No más clases, ni uniformes raros. ¡Soy libre! —salgo de la habitación.

Camino hasta la habitación de las plásticas y le pego a la puerta.

—¡Me voy, buenas para nada! —le sigo pegando a la puerta— ¡Salgan para partirles la cara por última vez!. —No sale nadie— ¡Zorras! ¡Mal paridas! —le doy un golpe a la puerta con mi pie.

¡Auch, mi pie!

La puerta se abre.

Entro a la habitación.

Chequeo todo... No hay nadie... ¡¿Por qué no hay nadie?!

Doy la vuelta y veo a Jenny en pijama recostada en el marco de la puerta.

—Se fueron ayer. —Muy tranquila ella.

—¡¿Qué?! ¡¿Por qué ellas se fueron antes que yo?! ¡Debian estar aquí para darles su última paliza! ¡¿Donde están?! ¡¿Eh?! —me acerco a Jenny.

—Wo. Wo. Wo. —me frena— Yo no las persigo para saber su paradero. Lo único que sé es que se fueron... Y ya deja de gritar o despertarás a todo el edificio. Además deberías de estar feliz ¡Tenemos vacaciones! —sonríe.

—Bueno. —me tranquilizo un poco— Si. Creo que sí. Iré a empacar. —paso a su lado.

—¿Empacar qué? ¿Para qué? Sólo son dos días. ¿Que no tienes mas ropa en tu casa? —hace cara de fastidio— Dos días.

—¿Dos días? ¡¿Dos días?! ¡¿DOS DÍAS?!.

—O un fin de semana, como quieras.

—No, no, no, no, no. ¡No! —Jenny cierra la puerta— ¡Se supone que ya no volvería y que esto es sólo un capricho de mis padres!. Por eso no traté de escapar de aquí. Estaba segura que soportaría máximo seis días. —me cruzo de brazos.

—O sea. ¿Ya no quieres estar con nosotras?.

—Eh... No. No es eso. Sólo que... Ya sabes... Me he acostumbrado a estar en mi casa e ir a la escuela... Cómo normalmente hago... Eh... —ya la fregué toda.

Sé amable.
Sé amable.

—Pero bueno. —continúo— Te veré el lunes. —giro a ver a las demás que yacen dormidas— Y a ellas también. Ahora si me permites. —agarro una toalla y me voy a las duchas.

........................... Con Malcom .................

Nos quedamos despiertos hasta las cuatro de la mañana. ¿Haciendo qué? Pues cosas de hombres: Jugando vídeojuegos, recomendandonos vídeos porno, viendo el partido de la madrugada y claro, muy importante, hablando de mujeres.
No me había desvelando con ellos y nos pareció buena idea hacerlo ya que no nos veremos en dos días y sé que los extrañaré... Los primeros cinco segundos sin verlos.

Six a.m.  Tun Tun Tun Six a.m. Tun Tun Tun...

—¡Cállate carajo! —golpeo donde supongo que proviene el ruido de la alarma.

Abro un ojo.

Y veo a Max despertarse.

—¡Tu! —lo señalo— Apaga eso si no quieres que lo estrelle en la pared.

Max toca el teléfono y el ruido acaba.

Cierro mi ojo y me tapo con la sábana.

Siento a Max levantarse y me mueve un poco.

Chicos de plástico.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora