Morder Crecer junto a Baekhyun fue una explosión de curiosidad.
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bite - troyesivan
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Viendo el atardecer que comenzaba a nacer, la pequeña Sujeong con siete años de vida movía sus pies adornados con sus zapatos rosados entre los altos pastizales que llegaban casi a su hombro. Baekhyun corría delante de ella, con un par de pantaloncillos de mezclilla azul y una rama en su manita derecha.
¡Espérame!, le gritaba ella, con la respiración agitada de tanto correr. Su vestido ya estaba manchado y su cabello largo despeinado, pero poco le importaba a Sujeong, que sólo pensaba en jugar y mezclar las faldas de sus muñecas.
El niño salió del gran bosque, como solía llamarle, deteniéndose en un sector llano que dejaba ver todo el lindo paisaje de la ciudad de Bucheon. El viento fresco movía sus negros cabellos que tapaban toda su frente, y sacó un par de dulces que tenía en su bolsillo para meterlos en su boca y disfrutar el sabor a fresa.
Sujeong llegó a su lado y le pidió el caramelo sobrante. Él se lo acercó y al momento en que ella iba a tomarlo, Baekhyun levantó su brazo y lo dejó afuera de su alcance, le sacó la lengua y luego se rió de su cara de decepción.
—Toma, no te pongas a llorar. —le dijo él entregándole el caramelo.
Lo recibió contenta abriéndolo con entusiasmo. Se sentaron en la hierba moviendo sus pies a un mismo ritmo, mirando los pájaros que volaban en dirección al norte.
—Hoy la maestra nos preguntó que qué queríamos ser cuando grandes—Sujeong habló sacando una flor silvestre —. ¿Qué quieres ser tú?
—Policía, ¿y tú?
Ella se encogió de hombros: —No lo sé, no me gustan las cosas de adultos.
Baekhyun frunció su ceño y sus labios.
—¿Cosas de adultos? ¿Qué son cosas de adultos?
—Cosas como trabajar, tener un esposo, darse besos como en las películas...
Él abrió sus ojos y la miró sorprendido.
—¿Alguna vez has dado un beso? —le preguntó inocentemente — ¿Cómo se hace?
Sujeong negó moviendo su cabello fino: —¡No! Sólo he visto a mis papás darse besos, y en las películas que ve mi prima.
—Ah.
Para él era un mundo totalmente nuevo. Aún no veía a las niñas como seres del sexo opuesto, sólo quería jugar a las pistolas con ellas aunque muchas veces se negaran. Por eso, Sujeong le caía bien, ella jugaba a todo, desde servir té a fingir que eran monstruos arranca cabezas.
