Hoy por ejemplo, no entiendo la calidad de tu aliento. A veces es tan suave que mi alma se desmiembra para ser tan consistente como el para que así se fusionen. Creo que esa es la mejor sensación que conozco, tú por los pliegues de mi boca.
También me pasa, en ocasiones, que ya no sé siquiera donde quedaron tus manos; para acariciarlas y beber de sus suavidad, para mantenerme cerca de ti incluso cuando no puedo estarlo.
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Supongo que no lo leeras.
Kısa HikayeTres lágrimas y unas pocas gotas de sangre. Un quejido más y, tal vez, algo de ti también.