Hoy he vuelto y me han recibido tus piernas, hoy he vuelto y me has besado hasta el ultratumba.
Al llegar has atravesando nuestros cuerpos; quedando, desnudos ante el alba, los desperdicios de nuestro alma.
Hoy he fundido mis labios en piedra y los he tallado a tu medida, hoy he recorrido, siendo gota, cada piedra de tu río.

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Supongo que no lo leeras.
ContoTres lágrimas y unas pocas gotas de sangre. Un quejido más y, tal vez, algo de ti también.