Cap 3: Descontrol

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Gracias a la acción anterior de Dereck, el piso de la puerta de la iglesia se llenó rápidamente de esas cosas, cosas a las que luego simplemente las llamamos "muertos", pues por lo que vimos no sentían dolor. Se formó un gran número de ellos y poco a poco empezaron a derribar la puerta.
La hora en la que establecimos que se volvían más violentos eran unos minutos pasadas las 7 de la tarde, horario para el que sólo faltaba media hora.
Los muertos no tardaron ni 15' en tirar las puertas abajo, y aunque nos vieron correr, no nos siguieron. Nos ocultamos en lo que parecía ser la habitación de Román, un pequeño cuarto con una cama y un armario que parecía ocultar más de lo que mostraba.
Esas cosas se paseaban por toda la iglesia, nuestro único lugar seguro y del que no veíamos forma de escapar ya sea por la puerta principal (infestada de muertos) o por el cementerio. 
Luego de pensar un rato empezamos a escuchar unos golpes suaves en el armario de la habitación. Deseabamos que sea algún tipo de gato o algo parecido que había quedado dentro, pero luego de unos minutos la puerta se abrió y aclaro nuestras dudas.
De el salió un pequeño niño, con moretones en sus brazos y piernas, con la cara pálida y envuelto en sangre como las cosas de ahí fuera. Dereck y yo nos quedamos paralizados, esa cosa estaba infectada también aunque rápidamente nos dimos cuenta. No nos podía ver. Estábamos asustados pero el niño movía repetidamente la cabeza como si supiera que estábamos ahí.
Trate de moverme muy lentamente hacia la puerta, con tan mala fortuna que pise una madera suelta y esta rechino con un sonido traicionero. La cabeza de el niño giro tan rápido como lo haria un cazador siguiendo a la presa. Empezó a caminar velozmente hacia nosotros hasta que tome un pequeño adorno de cobre de la habitacion y lo arroje en dirección opuesta nuestra. El niño paro, casi a unos 20 cm de mi cara. Pensé que sentiría mi respiración y mi aura de desesperación, pero volteo rápidamente en busca de esa pequeña muñeca de bronce.
Y todo se puso claro, esas cosas no podían vernos, pero si escucharnos. O tal vez sólo era un defecto de infección de ese niño.
Nos miramos y tratamos de agarrarlo entre los dos, ambos, que éramos asesinos, no nos importaría alguien más.
Lo agarramos de las manos y el cuello queriendo librarse, y a su mala suerte, término asfixiandose con nuestros brazos. Tuvimos que ver a ese niño muerto todo el tiempo que permanecimos en ese cuarto. Hasta que los pasos en la iglesia disminuyeron notablemente.
Salimos, lo más despacio posible sólo para ver qué, en efecto, todos se habían ido, a la caza de un pobre diablo que encendio su camioneta para escapar a sólo unas casas de la capilla. Se le detuvo el motor a unas cuantas calles y no tuvo más opción que huir a pie. No supimos más de el.
Aprovechamos la ventana de tiempo y huimos de la iglesia.
Usurpamos una pequeña casa a unos 50 metros de la capilla y, aunque no lo esperamos, nos llevamos una grata sorpresa. Ya no seríamos Dereck y yo solos sobreviviendo. Se uniría una asustada joven encerrada en su cuarto.

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⏰ Última actualización: Jun 06, 2017 ⏰

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