Elizabeth Evans

Lo imperdonable

Las cosas empiezan a encajar

Con perfección absoluta,

Cuando estamos concentrados

En lo que queremos

-Paulo Coelho

"Lightning"1, esto le había pasado a Elizabeth un millón de veces, consistía en la necesidad intensa de energía. Elizabeth decidió llamarlo Lightning porque así como aparecía así se iba. «No puede estar pasando, no ahora» pensaba Elizabeth.

Iba a ser una estupidez.

Minutos después entro una chica muy hermosa era demasiado bonita que Elizabeth no reconocía pero, en ese momento sabía todo de ella, sus recuerdos, sus sueños, sus metas, todo, en ese momento la conocía a la perfección y ella era perfecta pero, eso no cambiaba el hecho...

La estaba matando.

Con solo tocar la piel desnuda de la joven, Elizabeth absorbía para sí, toda su energía, mientras miraba su palidez, se detuvo pero, ya era demasiado tarde Elizabeth trato de encontrar el pulso de la chica y para su suerte aún estaba viva. Intento despertarla, pero, no pudo. Estaba desmayada.

Cuando tocaba a una persona Elizabeth podía estar en una fuerte comunicación con esa persona, en otras palabras se volvían una sola. Pero, la otra persona jamás sabría quién era ella... Cada vez que le pasaba "The Lightning" corría al bosque que quedaba cerca de su casa, a buscar cualquier cosa, un mosquito o alguna otra cosa que tuviera un átomo de energía en su cuerpo. Ya había intentado controlarse, cuando tenía 7 años, cuando apenas empezaba en este mundo que ahora era su vida y su padre aún estaba vivo, se encerró en el sótano y se amarro a una silla. Lo último que vio fue a su padre diciendo que todo iba a estar bien. Despertó en la misma silla con su madre llorando —Ibas a morir—. Había dicho su madre, Elizabeth volteo y vio una marca en el brazo de su madre, y lo reconoció al instante era una marca de una mano. Su mano.

Elizabeth salió del baño, fue hacia el consejero de la escuela y le dijo que había encontrado a una chica desmayada en el baño. El consejero se alarmo mucho y le dijo a Elizabeth que le agradecía mucho por avisarle, Se sintió mal por no contarle toda la verdad al consejero Hoffman, que en realidad, parecía un buen tipo.

—Vaya a casa señorita Elizabeth, no era bueno que mirara eso. Tómese el día.

El consejero llamo a la madre de la chica llamada Megara, y la habían llevado al doctor, Elizabeth salió de la escuela y tomo el autobús que la llevaría a su casa, o al menos cerca de ella. Elizabeth vivía bastante lejos de la ciudad en medio de un pequeño bosque. A su padre le gustaba bastante la tranquilidad por eso decidieron vivir allí. Más o menos eran treinta minutos de la escuela a su casa para llegar.

El autobús la dejaba siempre a unos diez minutos caminando de su casa, Elizabeth le agradeció como siempre al conductor y le dio su boleto. Empezó a caminar por todo un sendero de árboles y plantas. Amaba el camino a su casa, el sendero de tierra y los arboles de cada lado, cantos de aves y de vez en cuando se miraba una ardilla corriendo de un lado a otro. Era la perfección en un solo rincón del mundo.

Entro a su casa y su perrita Zelda que era un husky con ojos color grises y Beth que era una chihuahua blanca con manchas café por todos lados, recibieron a Elizabeth, esas perras por alguna razón incomprensible para todos, excepto para su padre, eran inmunes a los poderes de Elizabeth, así que eran, su única compañía y la única que necesitaba en momentos de crisis.

Elizabeth llamo a su madre Mía pero no hubo respuesta, significaba que estaba en su oficina. La mamá de Elizabeth trabajaba en su pequeña empresa que era de publicidad, mercadeo y diseño gráfico, todo lo que una empresa pueda necesitar y eso para Elizabeth resultaba bastante genial, la idea de crear algo para los demás, era maravillosa. Todo para Elizabeth era maravilloso. Una cosa que le había dejado su peculiaridad era aprender a valorar todo, todo el mundo es una maravilla, hasta el hecho que salga el sol y se oculte a una determinada hora es fascinante.

Elizabeth subió las escaleras de dos en dos hasta llegar a su habitación de todos los lugares a donde había ido, su cuarto, era sin duda su favorito (tampoco es que había viajado mucho) No era el más genial del mundo, pero para ella era lo mejor. Tenía un librero, la pared estaba cubierta de posters de sus diferentes gustos, un escritorio y encima de este un cuadro de mariposas, y un sofá al lado. Del techo despejaba una escalera que llevaba al lugar donde estaba su cama, aunque casi nunca dormía ahí.

Le gustaba mucho estar sola, en su casa o en la biblioteca, le daba bastante tiempo para pensar, que era algo que le gustaba bastante hacer, la reflexión era una de sus cosas favoritas desde que se había adentrado en el mundo del yoga, que era una de sus cosas favoritas en el momento...

Empezó a escribir en su Bitácora, que era un pequeño cuaderno donde escribía lo que pasaba en su día, mejor dicho, cuando se acordaba...

Hoy, 22 de marzo 2011

Esto empeora, cada vez pasa más seguido, no lo puedo controlar, hoy... casi mato a una chica, vi sus ojos poco a poco quedarse sin color, no puedo más con esto, escucho su voz, en mi cabeza suplicando piedad, no quiero ir a la escuela, no quiero hacer nada, ni hablar con nadie. ¿Estoy siendo demasiado drama? Claro que no, esto es real. No es cuento, aunque prefiriera que lo fuera. Los cuentos tienen finales felices ¿no? Extraño como era todo antes, fuera más fácil todo. Si Matthew estuviera conmigo todo fuera más fácil Si yo me lo propongo todo estará mejor. Todo será más fácil así. Soy la única que puede sacarme de donde estoy, soy la única que puedo cambiarme cuando yo quiera, soy la única que decide sobre mi vida.

Era hermosa, no solo físicamente, ella era muy hermosa... Tenía sus metas claras, y yo casi las arruino... Pero, confío plenamente que estará bien, solo espero que no le haya pasado nada grave... Pronto todo mejorara, eso espero. Confió.

Necesito aprender a controlar esto y lo necesito hacer ahora.

Quiero una vida normal y perfecta para mí...

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1 Lightning: Relámpago en español, referido a que la reacción de Elizabeth no lo ve venir y viene tan rápido como se va.