La Verdad

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Ama a todos,

Confía en unos pocos,

No le hagas mal a ninguno.

-William Shakespeare

—Tenemos que extraer tejido de la retina de tu ojo. —Dijo Aaron

— ¿Qué es eso?— Dijo Elizabeth confundida y asustada porque claro que te extraigan retina de tu ojo suena bastante extraño.

—La retina está en el interior de tu ojo, es la que es responsable de que seas sensible a la luz.

— ¿Para qué quieren eso? —Exclamo Elizabeth más insegura de lo que le hubiera gustado admitir.

—Necesitamos tu ADN y en la retina se encuentra en estado más puro, en tu cuerpo.

—Pero esa operación no existe aún. — Afirmo Elizabeth.

—No en este mundo—Dijo con una sonrisa maliciosa Aaron.

Aaron al ver la reacción de Elizabeth se echó a reír.

—Era una broma Elizabeth tranquila, estas en buenas manos. Recuerda tu mama dice que tu padre hubiera querido esto.

¿Cómo sabía lo que le había dicho su madre? ¿La habían estado vigilando?

Fueron a una pequeña puerta, al otro lado de la bodega.

Peligro, Solo personal autorizado

En el pequeño cuarto había unas grandes piezas mecánicas el ambiente se sentía tenso, húmedo y frío, había crecimiento de hojas que venían desde el techo como que arriba de ellos estuviera una maleza en el otro lado de la habitación había una puerta extraña.

Elizabeth siguió caminando, no podía detenerse a pensar el porqué de todo eso, solo siguió, no tenía tiempo para pensar. En medio de todo, había unas camillas, con una luz muy intensa por encima de ellas, Elizabeth se acostó en la cama más cercana, nerviosa.

—Muy bien Elizabeth, gracias por comprender el objetivo de esto—Dijo Aaron

—Aunque aún no me lo ha dicho—Mascullo Elizabeth para sí.

Ya que, Elizabeth estaba acostada agujas de metal perforaron sus ojos, usaron una anestesia muy fuerte así que, ella no sentía en absoluto. Pero, podía ver las agujas del metal perforando su ojo. Y se durmió. Empezó a soñar...

«En la primera imagen era todo blanco, y había un hombre de traje hablando.

Su padre.

Estaba exponiendo un caso, su caso.

—Es la bacteria— decía—aun no conocemos como paso, pero sobrevivió a las pruebas de grado C.

¿Cómo lo hizo?

Era algo muy extraño, no estaba soñando con el padre que ella recordaba, este era un hombre totalmente diferente, físicamente hablando se veía demasiado diferente a lo que ella de lo que Elizabeth recordaba cuando murió como si fuera otra persona totalmente diferente, pero ella sabía que él era su padre, aunque el hombre que ella estaba viendo en ese momento no era el hombre de las fotografías familiares.».

Elizabeth despertó de golpe Tenía aun las agujas en los ojos, Y la anestesia la volvió a dormir.

«En la otra imagen, estaba muriendo tal vez de 7 años o menos, su padre le gritaba a su madre que todo era por su culpa, y que ella moriría

Sin embargo, aún estaba ahí.

En la otra imagen, veía a su madre gritando ¿Qué hiciste? ella no es un experimento, llorando

Pero, seguía otro hombre ahí, ¿acaso esos eran recuerdos o solo sueños? Porque ese hombre era y a la vez no era su papa, se negaba a creerlo.»

Y por fin despertó.

Elizabeth estaba en su celda/cuarto y Aaron la veía

—Gracias nos diste lo que necesitábamos ya tenemos una idea de que habilidades tienes. —dijo Aaron

—Acaso, ¿Tengo más?, pensé que era solo una teoría que te habías inventado para mantenerme aquí.

—Por supuesto, según los estudios, gracias a tu tejido ocular y cerebral, podemos decir por los diagnósticos que tendrías que tener la habilidad de mover cosas.

—Por fin, algo que no es mortal—dijo Elizabeth con un tono de sarcástico — ¿Solamente?

Se hizo un silencio.

—No

— ¿Cómo?—dijo Elizabeth alterada.

—Puedes controlar mentes.

— ¿Qué? ¿Cómo no me había dado cuenta? No es que sea algo normal.

—Elizabeth, creo que en cierta parte lo sabías, por eso sabias todo de las personas cuando las tocabas —Dijo calmado Aaron—tenemos que empezar a hacer una cura, a no ser que prefieras quedarte con ellos. Quiero ayudarte y cualquiera opción que elijas estará bien para nosotros quiero que sepas que yo no soy el enemigo.

—Tengo que pensarlo pero, igual quiero aprender a controlarlos de igual manera.

—Te comprendo, empiezas mañana. Vendrán unas personas a ayudarte. Elizabeth, sabes porque estás aquí, ¿cierto?

—En realidad, no.

—Creo que es la hora que sepas la verdad.

—Está bien...—Dijo Elizabeth algo confundida.

—Tu padre era un científico de muy alto rango, se le encargo una investigación. Tú tenías unos 7 años tal vez, y estabas enferma, muy grave, tu padre te empezó a inyectar una bacteria. A esa bacteria la llamamos "Hachi" es una combinación de muchas cosas, eso no te interesa, pudo ser una vacuna para muchas de las grandes enfermedades de hoy. Y tú fuiste la primera que sobreviviste y hasta donde yo se la única.

— ¿Como que la única?

—Empezamos a probarlas en diferentes personas, pero ninguna sobrevivió. Obviamente, la vacuna ya no siguió en pie. Pero, esa vacuna fue lo que hizo que tus habilidades crecieran. Ahora, otro par de científicos que también trabajaban con tu padre te quieren, quieren seguir con el proyecto. Por eso estas aquí, porque queremos protegerte.

Ahí es donde Elizabeth cedió cuenta que Aaron en realidad no era el enemigo.

— ¿Han hablado con mi madre sobre esto? Y, ¿Por qué mi maestro me trajo hasta acá?

—Tu madre está de acuerdo a protegerte, si las otras personas te llevan con ellas, pueden experimentar de una manera no muy sana para ti, a lejanas cuentas se ve que ellos tienen la razón, sacrificar a una persona por lo que sería masas, como te dije la cura de diversas enfermedades está en tu ADN, pero el problema también es que no todos lo soportarían, se perderían muchas vidas, sería una masacre. Yo era amigo de tu padre, y respecto a tu profesor trabaja para mí. Él también era muy amigo de tu padre.

—Nunca los menciono, a ninguno de los dos...

—Entiendo, quizá no nos recuerdes...

En ese momento Aaron le pasó una fotografía a Elizabeth, en su casa él estaba junto con Alexander en el patio donde Elizabeth solía jugar con Matthew.

—Nos tomamos esa fotografía en tu casa mientras tu padre calentaba café para todos.

—Quiero ver a mi madre.

—Temo que eso no se va a poder, no en este momento, pero mañana temprano estará aquí. Te lo prometo.

—Está bien—. Dijo Elizabeth quitándose un peso de encima.

Dicho eso Aaron se fue, y Elizabeth pudo dormir, aunque no dejaba de pensar en el hombre de sus sueños, su padre no padre.

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⏰ Última actualización: Jan 02, 2018 ⏰

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Elizabeth EvansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora