Let Me Love You.

CAPITULO 1.

NATASHA POV:

-¡Natasha te dije que subieras las maletas a tu habitación!- Rodé los ojos mientras escuchaba a Rachel gritar. –Natasha, hija.- Rachel abrió la puerta. –Por favor anda y ayuda a tu padre a bajar las cajas del auto, después habrá tiempo para descansar, lo prometo.-

-Bajo enseguida, mamá.- Le sonreí

Ella asintió y cerró la puerta.

Respondí los últimos mensajes de mi celular para después dejarlo en la mesa de noche y levantarme de la cama. Bajé al primer piso, cuando llegue al último peldaño de la escalera logre observar como Andrew recogía algo del césped y lo ponía en la caja. Cuando me acerqué supe que había roto algo.

-Deja que Rachel se entere lo que hiciste.- Él se sobresaltó cuando escucho mi voz.

-No se enterara porque tu no le dirás, ahora ayúdame a recoger esto.-

-Pero mira que tenemos aquí.- Dije sosteniendo un pedazo de vidrio.- Su jarrón favorito y aún no lo estrenaba.- reí.

-Estás jugando Natasha, mira mejor ve con tu hermana y ayúdale a bajar lo que falta.- Pidió Andrew mientras caminaba hacia la casa.

-Sinceramente prefiero comer los trozos de cristal que ir con ella.- Me encogí de hombros.

-Aww, yo también te amo hermanita.- Y aquí estaba la chica que se cree Miss Universo, la mejor modelo de Victoria Secret, mi queridísima y hueca hermana, Grace. ¿Y porque se cree la reina del mundo? Es la típica hija de papi, que por cierto tiene 16 años, se da de altas por ser rubia, tener ojos azules, buen cuerpo debo admitir, "el retrato de Rachel" según mi padre, tratándose de mí, tengo 17 años, mi cabello es castaño oscuro, mis ojos son café claro, mas como papá salvo el color de ojos y por ultimo pero muy importante, soy gay, todo lo contrario a mi querida hermana. –Ahora como buena hermana mayor, necesito que lleves mis maletas a mi habitación y te espero aquí en cinco minutos, quiero ir a visitar a unas amigas y tú conducirás, vaya después de tanto tiempo sin verlas.- La mire incrédula. -¿No entendiste algo de lo que te pedí? ¿Necesitas que lo anote? Ya sé, te lo mando por mensaje.- Saco su celular y comenzó a escribir.

-No sé si seas idiota o... no, espera, si eres idiota. Estas loca si crees que yo haré lo que tú quieras, Grace.- Me cruce de brazos.

-Solo escuche "Yo haré lo que tú quieras, Grace, te amo" así que apúrate.- rodé los ojos y entre a la casa. –Natasha hablo en serio, debes llevarme.- Escuche detrás.

-Existe algo que se llama caminar o autobús, arréglatelas.- Dije mientras tomaba una caja y la llevaba al armario.

-¡Papá!- grito.

-¿Qué pasó, Princesa?- Llego Andrew de la cocina.

-Natas...- Le cubrí la boca con mi mano.

-Lo que pasa es que ella no quiere desempacar.- Dije para después quitar mi mano de su boca.

-¡No! Ella no quiere llevarme con mis amigas.- Hizo un puchero.

-Grace, primero es el trabajo y después la diversión, ya lo sabes.- Y sin decir más regreso a la cocina.

-¿Notaste eso?- Pregunte. –Ya no tienes a Andrew como creías.- Sonreí.

-Idiota.- Dicho esto subió las escaleras.

...

Después de tres largas horas terminamos de desempacar todo, ahora estábamos cenando una rica y deliciosa pizza, claro, solo Andrew, Rachel y yo, Grace por su parte cenaba ensalada.

-¿Están listas para su primer día de clase?- Pregunto Rachel. –El director fue muy amable de haberlas aceptado después de que hubieran iniciado las clases hace unas semanas.-

-Yo si estoy entusiasmada.- Comento Grace. –Ya quiero ver a mis amigas, a los chicos de fútbol, ir al centro comerciar... oh por cierto Papi, necesito dinero para comprar ropa.- Andrew solo asintió.

-¿Y tú que tal Natasha?- Cuestiono Rachel.

-Sigo sin entender porque volvimos.- Me encogí de hombros. –Ya teníamos escuela y todo en Barcelona, me parece algo estúpido regresar e iniciar desde cero, hacer amigos nuevamente aunque ya tenía amigos aquí y tuve que dejarlos, adaptarse al clima, soportar a los nuevos maestros, por eso insisto que es algo estúpido, ahora si me disculpan, iré a tomar mi merecida ducha.- Dije poniéndome de pie. –Oh y me llevare esto.- Tome dos rebanadas de pizza y mi vaso de soda. –Provecho Andrew, provecho Rachel y espero se te pudra en el estómago Grace, buenas noches.- Subí a mi habitación sin esperar una respuesta de alguno de ellos.

Mire mi celular y tenía llamadas perdidas... "Jennifer" ella se convirtió en mi mejor amiga allá en Barcelona, sin pensarlo más la llame.

*Llamada telefónica*

-Hola, idiota. Creí ya te habías olvidado de mí.- Sonreí ante lo que dijo.

-Nunca haría eso estúpida, dime Jenn ¿Cómo estuvo la fiesta de anoche? Seguro estabas ebria.- reí-

-Muuuy bien, oh, adivina quién pregunto por ti...-

-Owen.- Dije sin más. Owen era un tipo guapo, pero no mi tipo, mi tipo de hombres son más como... las mujeres.

-Estaba muy triste cuando se enteró que te fuiste tan lejos. Que por cierto ¿Sabes cómo te saldrá esta llamada? A tu padre le dará un infarto.- Dijo riendo.

-Da igual, sigo un tanto molesta con el.-

-Bueno idiota, tú debes dormir y yo ir a mi próxima clase, claro, después de pasar a la enfermería por una pastilla para este dolor de cabeza, hablamos después, te amo idiota.-

-Suerte estúpida, te amo.-

*Fin llamada telefónica*

Realmente estaba molesta con Andrew ya que por su trabajo tuvimos que regresar, es decir, no me molestaba volver a Miami, en absoluto, será bueno ver a mis viejos amigos, conocer más chicas, que se yo! Pero eso de no preguntar que opinábamos sobre volver, ¡él podía volver solo! Pero no. Deje buenas chicas allá en Barcelona, buenos polvos, extrañare las fiestas que se armaban cada fin de semana, los clubs... tantas cosas, es decir, las fiestas de Miami no son malas pero ninguna de las que asistí aquí se compara con una de Barcelona. Solo espero que el volver aquí traiga buenas cosas.