Dame tu Luz

Capítulo 29: Avanzando juntos

En el momento en que abrió los ojos sintió algo frío sobre su frente que la relajaba por completo. Su visión al principio fue algo borrosa pero luego pudo apreciar el lugar donde estaba. Estaba en la habitación de la posada, pero... ¿Cómo había llegado ahí?, ¿Qué había pasado?, ¿Cuánto tiempo llevaba inconsciente?, se preguntó mientras trataba de responderse por su cuenta. La tormenta en el exterior se escuchaba fuertemente, y el congelado viento golpeaba la ventana de manera violenta. El frío en el lugar aumentaba cada vez más provocando que ella comenzara a sentir más frío en sus extremidades.

—Ya despertaste. —La grave voz del azabache la sacaron de sus pensamientos y miró para su derecha. Uchiha estaba sentado apoyando su espalda contra la pared, a su lado había un bol con agua junto con pequeños paños blancos, aunque lo suficientemente grandes para posarse sobre el rostro de alguien.

—¿Sasu...ke-kun? —Murmuró algo extrañada.

—Hmp, soy yo. —Dijo acercándose a ella y removiendo el paño de su frente que ahora estaba tibio por la calentura de la chica. — Tienes fiebre, te dije que te abrigaras. —Hablaba con tranquilidad mientras volvía a mojar la tela en el agua.

—Lo hice... pero...—Una repentina tos la atacó y tuvo que sentarse para no ahogarse, Sasuke le ayudo sosteniendo su espalda ya que aún estaba muy débil. —El clima es muy extraño aquí...—Finalizó cuando paró su tos.

—Lo sé, pero eres médico, deberías saber cómo cuidarte. —Sasuke la volvió a acostar y la tapó hasta el cuello.

—¿Qu-Qué sucedió? —Preguntó ella aun sin poder recordar nada, ¿Cuándo se había desmayado?

El azabache la quedo mirando en silencio mientras parecía dudar. Después de unos instantes cerró los ojos para suavizar su expresión.

—Debes dormir. —Habló estrujando el paño metido en el bol para apartar el agua innecesaria.

—¿Sasuke-kun?

Él suspiró y le respondió.

—Te desmayaste por la fiebre, llevas un día inconsciente—Dijo con voz tranquila.

—Lo siento...—La pelirrosa luchando para no quedarse dormida sonrió en modo de disculpa pero sus ojos se cerraron sin poder evitarlo, no quería dormirse nuevamente, quería permanecer un instante más junto a él. No creía lo que estaba ocurriendo, el azabache la estaba cuidando y quería disfrutarlo cuanto pudiera.

—Sigue descansando. —Escuchó la masculina voz de Sasuke pero no pudo abrir los ojos, el sueño que sentía era muy grande y su cuerpo le rogaba que volviera a dormir. Volvió a sentir un paño frio en su frente que la volvió a relajar, pero cuando sintió como se alejaba la mano del azabache de ella, un miedo junto a la soledad invadieron su corazón.

—Sasuke-kun...—Habló ella en un débil susurro—quéda...quédate conmigo...—Pidió con sus últimas fuerzas para volver a caer inconsciente.

—Claro...—Lo escuchó desde lejos mientras sentía que una calidez invadía su mano derecha y la apretaba suavemente. —Mejórate luego.

***

La sensación de pesadez en su cabeza comenzaban a interrumpir su descanso, sin poder aguantar más la desagradable sensación, la pelirrosa abrió los ojos para encontrarse con la estancia en penumbra. Las cortinas del lugar estaban cerradas y el sonido del exterior seguía siendo muy fuerte. Al parecer la tormenta aún no había cesado. Ella al no ver al pelinegro en la habitación, se sentó y con su mano derecha se retiró el paño frio de su frente, aún estaba húmedo pero ya no estaba caliente, al parecer su fiebre se había retirado. Se quedó mirado el lugar sin ver nada en realidad, estaba preguntándose qué había ocurrido, ni siquiera sabía cuántas horas había estado descansando y además no sabía dónde estaba Sasuke, todo era tan confuso.