𝐓𝟐. 𝐁𝐚𝐫𝐝𝐨𝐜𝐤 𝐲 𝐆𝐢𝐧𝐞 • 𝐮𝐧 𝐚𝐦𝐨𝐫 𝐝𝐞 𝐯𝐞𝐫𝐝𝐚𝐝

Capítulo 4

Pasaron dos días en los que Tapion luchaba para que la bestia que llevaba dentro no saliera, días largos en los que luchaba para que a Note no le pasara nada. Esa niña había conseguido parecerse a su hermano, con una sonrisa de esa pequeña su día se alegraba, pero ese sentimiento fue cortado cuando una noche, descansando en una de las habitaciones de CC el joven sintió como de su ser emanaba una gran fuerza, que le fue dando forma al monstruo que lo atormentaba a todas horas. El ser, al no tener la otra mitad de su cuerpo, cayó en el suelo destrozando medio cuarto, se abalanzó sobre Tapion quien, ya con la ocarina en sus manos hizo sonar una hermosa melodía, la misma que salió al abrirse su caja musical. Trataba de meterlo de nuevo en su interior, pero era tarde, la otra mitad del cuerpo allí presente apareció y se fusionaron haciendo aparecer a Hildegarn. La gente de la ciudad, al oír el ruido y ver aquel destrozo salieron gritando despavoridas.  Los guerreros Z guiados por los gritos de su nuevo enemigo, llegaron al centro de ciudad satán, ese bicho tenia un ki enorme, que solo Vegeta y Goku en super saiyajins dios podían percibir.

-¡Kakaroto! -exclamo Vegeta- ese enemigo es más fuerte que nosotros dos juntos, ¿Qué hacemos? 

Por otra parte.
 Note se encontraba curando a Tapion, quedó muy malherido después de lo que pasó. Este, con los nervios a flor de piel cogió la espada y la ocarina, emprendiendo marcha hacia la base de combate. Dejando paralizada a Note observando como su mejor amigo desde hace poco trataba de irse dejándola sola. Pero algo deslumbró el sitio donde se escondía, un joven, con un pelo parecido al super saiyan dos apareció, con unos ropajes rojos  y amarillos con una cola como la de la niña enrollada en su cintura, también tenía una expresión de asombro al percatarse del lugar donde estaba, este chico había llegado este mundo gracias a una kaioshin del tiempo.

-Note se puso en guardia- ¿Tú quién eres? No deberías estar aquí niño.
-El recién llegado visualizó de donde provenía esa voz.- yo soy Beat y para tu información, soy más poderoso que tú. Así que relaja esos humos, nenaza. -adoptó una posición firme, con los brazos cruzados.