A lo largo de nuestra vida tenemos dos grandes amores; uno con el que te casas o vives para siempre, puede que sea el padre o la madre de tus hijos. Esa persona indicada para estar el resto de tu vida.
Y luego está un segundo gran amor, una persona que perderás una y otra vez. Alguien con quien naciste conectado y el amor es descomunal, pero siempre se les impedirá alcanzar un final feliz. Y se rendirán, dejarán de buscarlo.
Pero, aunque los dos dejen de buscarlo no existirá una noche sin necesitar otro beso, una caricia, una palabra o incluso una pelea.
Es inevitable enamorarse, te romperán el corazón, somos masoquistas nos encanta sentir el dolor de la decepción, sin embargo, la felicidad que te da el amor es indescriptible y es por eso que nos arriesgamos a amar.
Sabía el riesgo al enamorarme y aun así lo hice, porque confiaba en ti. Creí que valías la pena.
El profesor entregó los exámenes del último mes, dejó el mío sobre mi banca y me dio una palmada en el hombro.
—Excelente como siempre, felicidades — mencionó orgulloso.
Miré a mis compañeros y tenían mala cara, al parecer no los había ido tan bien en el examen como a mí.
—¡Demonios! — farfulló alguien a mi lado.
—¿Qué sucede? — sabía la respuesta, mi novio había reprobado otra materia.
—Saqué un 4 — me miró decepcionado —. Si sigo así tendré que quedarme un año más en preparatoria.
—Vamos Dante te ayudaré a estudiar— traté de animarlo —. Además, tenemos que ir juntos a la universidad ¿lo recuerdas?
—Lo sé, es solo que, me esforcé por este examen. Yo no soy como tú, yo no memorizo temas completos ni hago ecuaciones diferenciales como pasatiempo, no soy un buen estudiante Romina.
—Pero eres mi novio— estiré mi mano y tomé la suya —. Y te ayudaré en todo lo que pueda. Solo porque te amo.
—Eres la mejor— sonrió arrugando la nariz solo como él lo hacía —. ¿Desayunamos juntos?
—Por supuesto.
El profesor dejó de tarea el próximo tema de la siguiente clase, veía a Dante algo distraído. Estábamos en último año de preparatoria, teníamos que conseguir buenas calificaciones, si no, no entraríamos a la Universidad. Eso era lo que estaba estresándolo.
Nos sentamos en una banca en el patio, solo él y yo, como de costumbre.
—Menciona los tipos de epitelios— pregunté con la guía de admisión a la universidad en mano.
—Romina, yo no lo sé.
—Vamos Dante, sé que si lo sabes. Solo dímelos— seguí insistiendo.
—Estratificado, y ¿simple?
—¡Exacto!
—Ahora dime ¿qué es la mielina?
—¿Un tipo de miel?
—Dante, esto es enserio. Quiero ayudarte a estudiar.
—El examen es en más de 2 meses y aun no sé si vaya a aprobar la preparatoria.
—Claro que lo harás— dije positiva—. Ambos iremos a la universidad pública y estudiaremos medicina, tendremos un par de gemelos. Tú serás un gran traumatólogo y yo seré una respetable oncóloga ¿entendido?
—Te amo— me interrumpió y me miró con ternura.
—Aun no has respondido que es la mielina— volví a insistir.
—Bésame— no podía negarme a Dante ni sus besos, era amor. El amor de mi vida. Su nariz afilada hacía juego con sus dientes grandes que se podían ver cuando sonreía. Su piel era suave, aunque se podían sentir unos pequeños vellos de su barba. Su cabello era negro y sus ojos cafés oscuros. Su piel era morena y él era el tipo más guapo que había conocido.
—Sabes que no puedo negarme a eso— admití y me acerqué a sus labios.
—Lo sé, ¿por qué crees que lo hago? — me dijo con ironía.
El resto del día transcurrió normal, un par de clases normales y directo a casa a preparar proyectos y exámenes finales.
Encendí mi computadora y entré a Facebook por un par de horas. Veía videos graciosos y memes para alegrar mi tarde. Una solicitud de amistad fue lo que me distrajo.
Mariana Castro.
Parpadeé un par de veces para confirmar lo que había visto.
¿La ex novia de Dante me había mandado solicitud?
Dudé un poco si eliminarla o no, pero la curiosidad me ganó. Quería saber si solo era una simple casualidad o había algo más a fondo.
Esa misma noche deseé no haber aceptado esa solicitud nunca.
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Te perdí
Teen FictionDante Cervantes y Romina Acosta son una pareja adolescente con muchos sueños y metas en la vida, encontraron el amor a la temprana edad de 18 años, pero, por más enamorados que estén el destino se empeña en separarlos de una manera cruel. Tendrán...