Capítulo 9

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¿Alguna vez han tratado de mentirle a alguien? Es casi imposible, hay algo que nos delata la mayoría de las veces, en mi caso arrugo levemente la nariz, soy muy mala fingiendo siempre me descubren, ahora tenía un problema demasiado grande ¿cómo mentirme a mi misma?

Después de que vi a Dante en el parque no paraba de pensar en él, no pasaba un día en el que no le pidiera a las estrellas que estuviera bien, era tan profundo el sentimiento de quererlo a mi lado que me consumía por dentro.

A cada lugar que iba imaginaba verlo, toda esa ropa pequeña era un recuerdo constante de que él sería padre, para mi era una señal de que quizás lo nuestro no tenía futuro y su destino era estar con Mariana, pero ¿cómo obligar a mi corazón a aceptarlo?

No solo tenía que mentirle a todo el mundo haciéndolos creer que estaba bien y que Dante ya no me importaba, tenía que convencerme a mi misma de dejar de amarlo. 

Cada noche soñaba con su regreso, un discurso diciéndome que no era su intención lastimarme y que aquel bebé no era suyo, pero eran solo anhelos desde lo más profundo de mi alma.

— Hace unos días vi a Dante, Amy— solté de pronto.

Amy casi se atraganta con las uvas que comía — ¿Qué? ¿Por qué no me lo habías dicho?

— No podía— mis ojos se cristalizaron y en mi garganta se formo un nudo que dificultaba mi habla —. No podía, es solo que...

— ¿Aún lo extrañas?

— Más que a nada, y ¿de qué sirve? él esta con otra nuestra historia debe de terminar antes de que me lastime peor.

— Como tu amiga creo que tienes que llorarle el tiempo que necesites pero, no puedes estar triste toda la vida, ¿qué te parece si salimos esta noche? invitaré a Gustavo y otro amigo más ¿qué dices? ¡será divertido!

— No lo sé Amy, sabes que no me gusta mucho salir.

— Tienes que aceptar eres mi amiga y quiero que te diviertas aunque sea por una noche, podemos ir al lugar que quieras, por favor, será algo tranquilo entre amigos.

— De acuerdo— la verdad no tenía muchas ganas de salir pero, Amy tenía razón no podía seguir deprimida y tirada en mi cama todas las noches llorando.

— ¡Genial! Pasamos por ti a las 8. Gustavo tiene coche, así que dile a tu mamá que no se preocupe nosotros te llevamos más tarde.

— Ya sabes su política, antes...

— Antes de la 1 a.m lo sé y estarás ahí antes que la Cenicienta— levantó su mano derecha — . Lo prometo.

Casi no era de salir a bares o a fiestas mi vida se basaba únicamente en ver Netflix y leer algún libro, pero Amy era demasiado persuasiva y pues ahí estaba yo a las 7:50 maquillándome lo mejor que podía.

  — Me da gusto de que vayas a salir— Dijo mi mamá, la vi por el reflejo del espejo, estaba recargada en el marco de la puerta.

— Por fin te desharás una noche de mi— contesté sarcástica.

— Sabes que no es así, te quiero y no me gusta verte así de depresiva y emo.

  — Lo sé— reí y la miré de frente .— Gracias por quererme a pesar de ser emo.

  — Eres mi hija—  se acercó y limpió un poco de delineador de mi pómulo.— Por más extraña y dramática que seas siempre, pero hoy solo quiero que te cuides y te diviertas ¿de acuerdo?

— Sí, gracias— sonreí y revisé mi teléfono. Me estaban esperando allá abajo.

  — Mándame mensaje cuando llegues y si pasa algo.

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⏰ Última actualización: Aug 19, 2018 ⏰

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