Era domingo en la noche y tocaste a mi puerta, abrí y te miré
- ¿Por que no has llegado a clases? - fue lo primero que dijiste
- Mañana llegaré - solo fuí capaz de decirte, ¿qué se suponía que hiciera ahora mirarte y derretirme mientras tu te ríes?
Cerré la puerta y volví a mi cuarto, te ví desde la ventana irte