Chapitre 22

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─Si Allen fuera yo, ¿por qué se llama Allen y no Sherman? ─ Sherman hablaba solo, una costumbre que se iba formando, a veces se reía de él mismo, era muy gracioso. ─ ¿Por qué la naturaleza no dejaría que Allen y yo nos juntáramos? Bueno, al final, sí soy el padre de éste niño.


Shy había ensuciado los pañales y ahora Sherman lo cambiaba, sin parar de hablar solo.


─El señor Peabody ya había visto una foto de Allen en el pasado cuando estaba vivo, ¿por qué no mencionó nada de esto ahora? ─Sherman le puso un pañal nuevo, no sin antes poner algo de talco. ─A no ser que mi yo del futuro se lo haya pedido, en ese caso, ¿por qué habría de haber un yo del futuro? ¿Qué habré hecho?


Sherman se confundía mucho con las líneas del tiempo, jugar con él sólo hacía que las cosas empeoraran. Su cabeza le dolía, lo único que tenía claro era que Allen y él eran la misma persona por alguna extraña razón.


Peabody lo sabía desde antes de que Shy naciera, antes de que Allen muriera, antes de que Penny volviera a Nueva York, ¿por qué se lo habría ocultado?


Penny había mencionado una vez que podrían ser hermanos, una teoría totalmente rechazada, pero si realmente investigó, tendría que tener unas pruebas de ADN, eso podría darle una pista.


Shy empezó a llorar, Sherman lo tomó y mientras lo mecía, se metió al cuarto de Penny, ya había dormido antes con ella allí, pero nunca había revisado, no había necesidad. Sintió algo debajo de la cama...


Bingo.


Caja de cartón muy pequeña como para ser vista, en ella, varios cabellos pelirrojos y dos papeles, ¿por qué Penny guardaría algo así? El bebé no se dormía, pero Sherman moría por examinar los documentos.


Le dejó en la cuna y volvió por la caja, los desdobló en la mesa y empezó a mirarlos detalladamente, algo le daba mala espina, miró en la edad y vio un error diminuto en el tipo de sangre, alguien muy idiota subió la información como: ABO+


─Cielos, es un maldito hospital alemán, no cometen este tipo de errores, alguien debió haber estado muy despistado. Más que nada, ¿cómo Penny no se dio cuenta de esto? ─Se dio un golpe en la cara y de reojo vio que no tenía sello. ─No era alguien despistado...


El documento era falso.


─Maldita sea, Penny. Ni en eso te fijaste. ─Masculló molesto, cuando volviera Penny, se despediría de ella, iría al hospital y pediría una segunda muestra.


Tonta Penny.


─Regresé con la cena lista, ¿cómo están mis dos hombres favoritos?


─Adiós. ─Sherman la besó y se fue empujándola con el hombro, Penny se sacó de onda, antes de que pudiera decirle algo, el bebé empezó a llorar.


Sherman corrió al hospital y dejó las bolsitas con los cabellos, se quedó toda la noche y al día siguiente, la duda no lo dejaba dormir.

Sherman et Penny 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora