Sería medianoche en cualquier momento, y Louis miraba el reloj como si fuera cenicienta. No temía que su saco se convirtiera en harapos, ni su carruaje en calabaza. Pero tenía una nota en la que pensaba, desde hacía dos días, y la certeza de que el único modo de reparar todo, era hacer algo, esa noche.
Habían estado bailando, con Harry, casi toda la noche. Se sentían un poco raros, al principio, pero Liam había robado unas petacas del licorero de su padre, y unos tragos más tarde nada importaba realmente.
Pero ahora, la fiesta llegaba a su fin: habían coronado a la reina y el rey —Sophia y Liam—, y la selección de música era cada vez más lenta, y había un modo en reconocer a los que estaban a punto de graduarse, por el andar pausado y aquella expresión en el rostro de desconsuelo.
Zayn tomó a ambos por los hombros.
—Vamos a fumar —dijo, ruidoso y sonriente. Llevaba la corona de Liam.
—¿Tienen la llave?
—Algo así.
Treparon por encima de la reja, porque no había nadie en el laboratorio y la noche los protegía. Liam los esperaba arriba, acostado de brazos abiertos sobre el suelo.
—¿Conseguiste marcador? —preguntó, levantando la cabeza al oírlos llegar.
Zayn asintió y se acercó hasta sentarse a su lado.
—Estábamos pensando —dijo, haciéndoles un gesto a ambos para que se acerquen también. Louis empujó a Harry suavemente por la cintura—: sería genial dejar un mensaje aquí arriba.
—¿Un mensaje? —preguntó Harry.
—Una herencia —explicó Liam—, una marca en el colegio.
—Es decir, sabemos que tú te quedas, Harry —continuó Zayn—, pero es nuestro adiós. Y no quiero que los próximos púberes que vengan a fumar aquí se crean muy especiales por encontrar este escondite.
—Tenemos marcadores —Liam dijo, moviendo en el aire el que acaba de sacar del bolsillo de Zayn.
Louis se encogió de hombros: sonaba como un buen plan.
Se amontonaron los cuatro junto al tanque de agua, el plan era escribirlo en la base, donde un profesor no lo descubriría enseguida, pero sí cualquiera que se escondiera allí para fumar. Zayn dibujó caricaturas de los cuatro, con corazoncitos entre Harry y Louis. Louis no podía realmente enojarse con él, porque no le había contado de la última nota. Dejaron mensajes, sobre los peligros de fumar, cómo pasar Física con la profesora Riley, y una promesa impuesta a no contar a nadie que no sea cool sobre ese escondite. Firmaron con sus iniciales, y Louis dibujó un pene.
La música seguía sonando, varios minutos después, y Louis miró la hora y eran las once y cuarenta y seis. Ninguno de los cuatro hablaba, pero Harry estaba sentado a su lado y lo consumía de a poco como una llama.
—El laboratorio es bonito —dijo, porque el silencio lo estaba matando—, considerando que se incendió.
—Fue hace cinco años —explicó Zayn—, no fue un incendio tan grande.
—Oh, es cierto —dijo Harry—, oí acerca de eso. ¿Fuiste realmente tú, Zayn?
—No —fue Liam quien respondió—, fui yo, de hecho. Fue un accidente.
Aún en la oscuridad de la noche, Louis podía ver el modo en que Zayn sonreía.
—Me creía demasiado bueno, y quise experimentar con unos ácidos. Malos cálculos, no seguir las normas de seguridad, tú sabes.
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Cuando Sonríe Extiende la Primavera - HL Highschool AU
FanfictionFrodsham es un pueblo bastante corriente de siete mil habitantes, cerca de la costa. Posee en su inventario poco más que un castillo, tres puentes, cuatro escuelas primarias, cinco panaderías, demasiadas avocetas y absolutamente ninguna escuela secu...