-¡Oye tú, flamante rubia! No deberías andar desarmado ni en tu propio campamento- le grité sólo para molestarlo...
-¡No puede ser!- estaba boquiabierto, me rodeó con los brazos fundiéndonos en un fuerte abrazo -. No puedo creer que seas tú. ¡Mírate...
Hola humanos :) me extrañaron? Como podrán ver en el título, esto se va a poner un poquito cursi y quizá algo locochón, este capítulo es la razón por la que marqué el fic como Contenido de adultos... No se asusten, tampoco está tan salvaje xD Por cierto, sí, va a reunirse con el papito-suegro (imagen ☝)... Creo que Legolas heredó todo el sex appeal de su padre 7u7 jajaja ok no 😂
PDV: Legolas. Ella montó conmigo, se abrazó a mi cuerpo pegando su pecho a mi espalda, haciéndome recordar una y mil veces lo ocurrido en el lago. Cuando llegamos al palacio de inmediato quisieron detenerla, después de todo era una ajena al palacio, pero yo se los impedí y la arrastré hasta mi alcoba y pedí que le llevaran ropa. Le indiqué a ella que me alcanzara en la sala del trono. La dejé sola y me dirigí a ver a mi padre... Sabía que me esperaba una conversación algo difícil. -Esperaba que llegaran un par de horas antes- dijo desde su trono, mirándome con una expresión condescendiente. -Lo lamento, ayer tuvimos un contratiempo en el camino y llegamos tarde al campamento. Me levanté tarde y retrasé a todos, nos demoramos en alzar el campamento. -No es toda la verdad que me ha dicho el jefe de tus escoltas- se levantó y bajó los escalones hasta estar frente a mí -. Dice que te levantaste poco después de amanecer, pero desapareciste 2 horas y finalmente te encontró tu amigo el enano, en el lago, en compañía de una persona. -Padre, sé que cometí una falta al retrasarlos a todos. No lo repetiré.
PDV: Níniel. Me acerqué por el pasillo y esperé junto a la entrada a la sala del trono, donde Legolas me pidió que lo alcanzara. Conocía el lugar tan bien como la palma de mi mano, no me perdería nunca, después de todo pasé los primeros siglos de mi vida entre esas paredes. No dejaba de ver en mi mente una y otra vez lo ocurrido en el lago, había sido tan emocionante y causaba una revoltura en mi estómago, estaba enamorada de él, en definitiva... Pero eso no cambiaba el hecho de que debía conseguir la estela restante, ¿de verdad tendría el corazón de tomarla e irme?
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-No, claro que no. Pero lo que me perturba no es la demora, sino con quién te encontraron. Una elfa, sí, pero indigna de tu nivel, hijo. Sabes que en la nobleza tenemos prohibido liarnos con elfos de castas menores- escuché decir a Thranduil. -Padre, no es de una casta menor, su familia fue una de las familias cortesanas hace mucho tiempo, antes de que los exiliaran- su tono era frío. Hubo un silencio. -Imposible- dijo el otro -. Toda la especie murió hace mucho. No quería decírtelo porque sabía lo mucho que apreciabas a esa chica, la hija menor de los Elley. -Pero sabías que un día lo sabría. -Sí- suspiró -. De todos modos su especie se caracterizaba por ser ladrones y malechores- algo en mi interior se rompió, era cierto, todos sin excepción éramos así tarde o temprano. -La condenas por las acciones de otros, dale una oportunidad. -Bien, ¿de quién se trata?- Legolas miró hacia donde yo estaba aguardando, como si hubiera sabido siempre que estaba ahí. Di unos pasos al frente y me detuve, la mirada atónita del rey lo decía todo. Caminé hasta estar frente a él e hice una reverencia. -Hola, mi señor- que fuera una ladrona no significaba que no tuviera modales.
