Elfte

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Había pasado ya más de dos semanas desde que la pequeña SaeMin había entrado a la casa. Joshua aún no había aprendido como cambiarle los pañales, entonces Jeonghan decidió que esa sería su tarea. En cambio, al americano le encantaba darle un baño a la niña, ni él sabía porque le gustaba tanto, sólo sabía que disfrutaba aquello.

— SaeMin-ah —le dijo Joshua cuando la tuvo en sus brazos— ¿Sabes que eres hermosa? —rozó sus narices y luego sonrió — Estoy tan feliz detenerte con nosotros.

La niña sólo respondió dando patadas y sonriendo tiernamente, el americano dejó un besó en su cabeza y empezó a mecerla. Era tan bonita que era imposible mirarla y no quedar enbobado por ella a pesar de ser sólo una pequeña niña de unas cuantas semanas. 

— ¿No les apetece dar un paseo? —preguntó Jeonghan mientras bajaba las escaleras de su casa— Yo creo que nuestra pequeña SaeMin quiere un poco de aire fresco —sonrió mirando a la niña y le dijo cosas como"¿Nuestra pequeña niña quiere salir a la ciudad?" en un tono tierno.

Como la pequeña aún no hablaba, Joshua tomó el bolso luego de pasar a Jeonghan a su hija para que la sostuviera. Había un clima agradable afuera, pero prefirieron ir al centro comercial para comprar cosas que entretuvieran a la niña ya que empezaba a fijar su atención en cosas que se movían y tenían luz, pero la única cosa que hacía eso en la casa era la televisión y ambos chicos aún no se arriesgaban a ponerle frente a aquel aparato ya que tenían un poco de miedo de que pudiera causarle algo.

Jeonghan paró frente a una vidriera donde habían pequeños vestidos y conjuntos para bebés, sin pensarlo dos veces entró a aquella tienda para ver las pequeñas prendas de ropa. Joshua sólo sonrió y lo siguió.

— ¿Qué piensas de éste? —preguntó el pelilargo mostrándole un vestidito de color azul.

— ¿Pero que no es acaso para bebés de más edad? —se acercó a aquella prenda y revisó la etiqueta, definitivamente ese vestido no era para la pequeña SaeMin ya que ella aún no tenía ni un año— Hannie, esto es para niñas de un año o más.

— Pero se vería bonito en ella ¿No es así? —le puso la ropa encima para ver como le quedaba, parecía más que tenía una manta encima que un vestido.

— Cuando tenga un año volvemos ¿Está bien? —dijo Joshua riendo, Jeonghan sólo frunció el ceño y siguió observando la ropa, pero esta vez para bebés con la edad de SaeMin.

Al final Jeonghan terminó comprando varias prendas de ropa para SaeMin y unas cuantas que le quedaban grande, pero según él "No le importaba esperar porque es mejor comprar cuando pueden", el americano terminó aceptando y pagando por las compras.

— ¿Y ahora?

— ¿Ahora? —preguntó cansado— Jeonghan deberíamos ir a la casa ya, SaeMin aún es un muy pequeña y no sé que haremos si es que se enferma.

— Tienes razón, deberíamos volver.

Ya era de tarde y el sol se estaba yendo, Jeonghan estaba jugando con su hija mostrándole un juguete que habían comprado de paso en aquel lugar, porque a SaeMin parecía llamarle la atención. Joshua estaba cocinando la cena, haciendo el biberón de la niña y preparando la mesa, todo a la vez. Algunas veces Jeonghan creía que era inhumano por todas las cosas que podía hacer, o porque simplemente lo soportaba cuando estaba de malhumor, lo cual era frecuentemente, su prometido tenía mucha paciencia y admiraba eso de él.

— ¿Necesitas ayuda, cariño? —preguntó entrando a la cocina.

— ¿Y SaeMin? —Joshua estaba sacando el biberón del microondas y revolviendo algo en la olla.

— La dejé un su carro mientras venía a ver si necesitabas ayuda, te ves muy ocupado.

— Toma —Joshua le extendió el biberón tibio a Jeonghan.

— Aún no entiendo como haces esto...—decía mientras sujetaba el biberón en sus manos y lo sacudía un poco para que la leche este bien mezclada con el agua.

— Haría todo por verlos felices y sanos —respondió sin mirarlo ya que aún seguía cocinando— Ahora ve a alimentar a SaeMin, si no empezará a llorar y no queremos eso ¿O si?

— Es verdad —sonrió y salió de la cocina— SaeMinnie...

Jeonghan tomó a la pequeña en sus brazos y lentamente le puso el biberón en la boca, no quería presionarla, pero la pequeña niña extendió sus brazos como si fuera ella a sostener aquel envase. Sus ojos eran preciosos, ninguno de los chicos sabían como SaeMin había salido con los ojos claros, ya que ambos tenían los ojos marrones y los padres de los chicos del mismo color.

— Vamos a cenar, Hannie —dijo Joshua cuando vio que la niña ya se había terminado toda su leche.

— Si,  espera que la hago eructar y ya voy —colocó la cabeza de la niña en uno de sus hombros y le dio palmaditas suaves en la espalda. Luego de completar su objetivo se sentó frente a Joshua y tomó uno de los tenedores para empezar a comer.

— ¿Cómo te sientes? —preguntó el americano al ver que Jeonghan no hablaba.

— Yo estoy bien, pero no creo que tú lo estés —lo apuntó con el tenedor mientras seguía masticando.

— ¿Por qué crees eso? Yo estoy perfectamente bien—sonrió.

— Es que haces tantas cosas y yo...yo nuncahago nada. Soy un holgazán y un bueno para nada.

— Eso es mentira —dijo rápidamente, odiaba que el pelilargo dijera esas cosas sobre sí mismo— Me ayudas siempre cuidando a SaeMin y me subes el ánimo cuando te veo al llegar a casa, siempre tratas de hacer lo mejor cuando cocinas el almuerzo. Despiertas por las madrugadas para hacer callar a la niña cuando despierta llorando. No duermes noches por dejarme descansar a mi.

— Es muy poco comparado con lo que tú haces.

— Y a pesar de que estés cansado y con ojeras siempre tienes una sonrisa para nosotros.

— Joshua...

— No digas nada más y sólo come —Joshua tomó un poco de su comida con el tenedor y se lo puso en la boca a Jeonghan, provocando que ambos rieran.

Niños 》JihanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora