Zwölfte

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— ¡SaeMin- ah, sonríe!

— ¡SaeMin, por aquí!

— ¡Mira el pajarito, SaeMin!

Los fotógrafos hablaban para llamar la atención de la niña y tomar una foto en la que pudiera salir al meno mirando hacia la cámara, no hacía falta ni que sonriese.

Jeonghan y Joshua habían decidido no hacer el primer cumpleaños de SaeMin como el típico coreano, al contrario. Aunque sus familiares no tenían muchos niños de la edad de SaeMin, sí tenían niños con 6 o 8 años, los cuales aún corrían y querían divertirse. Es por eso que Joshua sugirió hacer su cumpleaños como uno normal, compraron un pastel y lo colocaron en el centro de la mesa con caramelos y dulces alrededor.

La decoración de la fiesta era de Eddy, uno de los personajes del programa animado "Pororo" que solía ver la niña. Eddy era un rozo de color amarillo y tenía puesta una jardinera de color azul, por lo que los únicos colores que se usaban para las demás cosas eran esos dos.

— SaeMin ¿Te gusta tu cumpleaños? —le preguntó Jeonghan luego de que Joshua la pasase a sus brazos.

La niña, como era de esperarse, no dijo nada pero pataleó y sonrió.

— Parece que sí le gusta —Joshua sonrió.

— ¿No quieres ir a saltar en el inflable? —Jeonghan se encaminó hacia el lugar sin esperar respuesta.

Joshua se encargaba de repartir la comida a los invitados, los cuales estaban dentro de un lugar cerrado en el mismo local. Las puertas eran transparentes, así que los padres igual podían observar mientras los niños jugaban.

— Eddy...—decía SaeMin cada vez que pasaba cerca de la mesa donde estaba el pastel, ya que una gran figura de Eddy estaba detrás de ésta.

— Si, cariño. Ese es Eddy —Jeonghan volvió hacia Joshua después de hacer que la niña saltase en el inflable.

— ¿Ocurre algo? —preguntó Joshua mientras acariciaba la mano de la niña.

— Sólo venía a ver como van las cosas ¿Está todo bien?

— Todo perfecto, cariño —SaeMin hizo gestos de ir con su Joshua— ¿Quieres que yo te alce, pequeña? ¿Quieres venir conmigo?

— Eso parece —Jeonghan pasó, con mucho cuidado, la niña a Joshua— Ten cuidado, voy a ver si los invitados necesitan algo más.

Jeonghan salió de la vista de Joshua y éste empezó a pasear con la niña, mostrándole diferentes lugares. SaeMin era una niña muy bonita, pero no era mucho de jugar con otros niños. Casi siempre que iban al parque, la niña terminaba por quedarse frente a la banca donde estaban sentados sus padres para jugar con sus juguetes.

— SaeMin ¿Quieres caminar un poco? —Joshua bajó a la niña y tomó ambas manos para ayudarla a caminar, aún tenía los pasos un poco torpes pero con la ayuda de su padre podía tener algo donde apoyarse.

El momento más importante había llegado, al menos para los padres. La niña tenía que escoger una de las cosas que estaban encima de la mesa, las cuales eran: un tazón de arroz, hilo, un micrófono, una pelotita de golf, dinero y un lápiz.

— Yo quiero que nuestra SaeMin estudie mucho —confesó Jeonghan mientras veía como acercaban las cosas a la niña.

— Yo estoy bien con cualquier cosa que le toque — Joshua tomó las cosas y las revolvió un poco.

SaeMin se veía decidida, completamente decidida por el micrófono. Fue la primera cosa que había tomado la niña, tan rápido como el micrófono estuvo en sus manos lo llevó a la boca.

— ¡SaeMin! ¿Serás cantante? — preguntó Jeonghan un poco asombrado — Entonces tendrás que esforzarte mucho — le dio un beso en la mejilla.

La fiesta terminó siendo un gran éxito, los invitados estuvieron más que satisfechos con la comida y la atención, y los niños jugaron hasta que no pudieron más. Todos agradecieron por la invitación y algunos que otros decían a los padres que hacer una fiesta de primer año como esta era algo curiosa y original.

— ¿Deberíamos ver los regalos? —Jeonghan bajó a la niña en el sofá y ayudó a Joshua, quien a penas podía entrar por la puerta con tantos regalos en la mano

— ¿No deberíamos cambiarle la ropa?

— Claro que lo haremos, cariño.

Joshua tomó el bolso de la niña y sacó la ropa que había dentro para luego poder ponérsela. SaeMin era una niña adorable, había sacado el carácter de Jeonghan y la mayoría de su físico parecía pertenecer a Joshua. Era muy atenta, observaba y escuchaba todo lo que ocurría a su alrededor, no se le escapaba ni un solo detalle. También tenía una buena memoria, recordaba donde dejaba sus juguetes, aquellos que según sus padres habían desaparecido, aunque haya pasado más de una semana.

Los regalos eran los que más llamaban la atención de SaeMin, sólo había dos pero ella quería averiguar qué eran. Uno de ellos era una pequeña cocina de juguete y la otra un tocador de juguete, pero sí tenía un espejo de verdad así que debían ser cuidadosos cuando la niña jugase con ese.

— ¡Wow, SaeMin! —Jeonghan sonrió, hacía eso con cada regalo que abrían— Ohh...—dijo al observar que lo que cubría el papel de regalo era un pequeño pianito que también tenía sonidos de animales.

Le habían regalado mucha ropa, un par de paquetes de cremas y jabones para niños, una de sus tías le había regalado una carpa que tenía la forma de una torre de un castillo, unos cuantos sonajeros y pelotas de goma, y varias cosas más.

— Sé que son demasiados regalos, probablemente SaeMin se haya quedado con uno de los más grandes —dijo Joshua cuando ya todos estaban en la habitación y SaeMin estaba durmiendo.

— Yo creo que le encantó la carpa que le regaló mi hermana.

— A mi también me gustó —confesó mientras se recostaba al lado de Jeonghan— Espero que dure mucho y que no se rompa el primer día que lo utilice.

Niños 》JihanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora