Niños 》Jihan

Zweiunzwanzigste

— Vamos Joshua, si no llegaremos tarde.

— Si, si. Ya voy, estoy terminando de arreglarle el cabello a Shiho...

Jeonghan tomó un abrigo de color rosa flamenco entre sus manos para dar inicio a sus pasos, los cuales sonaban por aquellos mocasines que llevaba. Eran nuevos y solamente los había comprado para esa ocasión, pues no era fanático de esa clase de zapatos, él era más cómodo.

— Cariño ¿Tienes mi corbata? —preguntaba Joshua buscando desesperado un pedazo de tela.

— Aquí hay un moño —contestó Jeonghan colocando entre sus dedos el accesorio— Te verás mejor con éste, úsalo.

— Cariño, sabes que no me gusta usar moños —se quejó pero de igual forma lo tomó entre sus manos soltando un suspiro.

— ¿Entonces iras sin moño, ni corbata?

— Hm...

— Te verás mucho más sexy así —confesó Jeonghan mientras veía a Shiho sentada en la mesa, jugando por sus dedos.

— Entonces voy así y con el saco abotonado —sonrió de lado y se acercó a Jeonghan para tomarlo de la cintura.

Luego de estar completamente bien arreglados, los tres salieron de la casa y se subieron al nuevo auto, que Joshua había comprado hace unos meses atrás, claro con ayuda del salario de Jeonghan, si no, nunca lo habría conseguido.

SaeMin se encontraba en el salón de belleza, por lo que debían ir a buscarla. Jeonghan ya había preparado tanto su vestido como sus zapatos y accesorios para que su hija ya pueda cambiarse en aquel lugar y no llegar a su fiesta con ropa de casa.

Se trataba de una noche especial, pues SaeMin se graduaba de la escuela. Ya había cumplido la mayoría de edad hace unos meses atrás y ahora ya estaba dejando el colegio. Jeonghan se sentía nostálgico cada vez que recordaba las veces que SaeMin era una niña, cuando no quería ir a la escuela, o cuando quería dejar de tomar leche a los 6 años, pues decía que ya estaba muy fuerte y por eso debía dejar de beberla.

— Cariño ¿Trajiste el perfume? —preguntó Jeonghan a Joshua.

Shiho solo observaba el camino en silencio, a pesar de ser muy habladora con sus padres, cuando se trataba de un viaje prefería estar mirando por la ventana o que encendieran la radio para así poder crear un ambiente cómodo.

— Traje tres perfumes, no sé cual es el que ella suele utilizar. Así que traje los tres que estaban encima de su tocador.

—  Bien, esperemos que sea uno de esos. Si no, estaremos muertos —Jeonghan soltó una pequeña risita y luego giró al cabeza para verificar si su hija se encontraba bien. Shiho al notar que se dio media vuelta, lo miró y le sonrió, indicándole que estaba bien.

— Shiho-yah, no te duermas —bromeó Joshua, pues Shiho también era de dormir cuando se encontraba en movimiento continuo dentro de un auto o cualquier otro medio de transporte cerrado.

— Yah, no voy a dormir —después de aquella frase, un bostezo salió de la boca de Shiho.

— Pero tienes sueño ¿A que si? —dijo Jeonghan siguiendo con la broma.

— Un poco... —confesó con timidez, pero al rato soltó una risa— Sólo lleguemos rápido a la fiesta, tengo hambre.

La pareja que estaba en frente soltó una carcajada  y siguieron observando la carretera, Jeonghan ya había encendido la radio y colocado dentro uno de sus CD's que contenían canciones muy relajantes para crear un ambiente con la misma temática. Sólo esperaba que Shiho no se durmiera con aquellas clases de canciones.

Después de unos diez minutos llegaron lograr al salón de belleza en el que se encontraba la hija mayor de ambos, Jeonghan se bajó rápidamente del auto tomando le vestido, la caja de zapatos y el bolso donde se encontraban los accesorios y otras cosas que SaeMin necesitaba para poder arreglarse.

Aquel salón de belleza tenía toda la pinta de ser muy fino, pues su recepción era muy bonita, y por lo que había llegado a oír tambien tenía un spa y un gimnasio dentro del edifico, los cuales pertenecían al mismo dueño del salón. A Jeonghan le indicador en qué vestidor estaba su hija y sin dar muchas vueltas se dirigió hasta el lugar, se quedó tan sorprendido de que un salón de belleza tuviera un ascensor, pues sí lo tenía y lo había utilizado.

Jeonghan a penas entró y el vestido, la caja con los zapatos y la bolsa ya habían sido arrebatados de sus manos. Observó a su hija, quien ya estaba peinada y maquillada, y sonrió.

— SaeMin-ah, no puedo creer que vayas a graduarte ya.

— ¡Papá, ahora no hay tiempo para eso! —se quejó tomando su vestido y abriendo el cierre para poder ponérselo— ¡Ayúdame con ésto!

Mientras la ayudaba con el cierre, Jeonghan recordó el día de su fiesta de graduación del colegio. No había mucho que contar pues Joshua no estaba en aquella época, ya que el primer mencionado se había transferido a otra escuela, lo habían invitado a la fiesta de graduación de su antigua escuela por el simple hecho de que Joshua seguía allí y todos sabían el tipo de relación que ambos llevaban, pero Jeonghan había decidido no ir ese día para asegurarse de no arruinar la noche del americano.

— Listo, listo —dijo SaeMin colocándose el arete que le faltaba— ¿Cómo me veo? —preguntó a su padre sonriendo.

— Preciosa —Jeonghan observaba como su hija se miraba una y otra vez en el espejo— Me gustaría darte un beso, pero supongo que no quieres que se arruine tu maquillaje.

— ¿Qué cosas estás diciendo, papá? —la chica soltó una risa y se acercó a su padre mostrándole la mejilla. Jeonghan debía admitir que le encantaba que la mayor fuera así de cariñosa con ella a pesar de que ya tenía su edad— Bien, debemos irnos si no, llegaremos tarde ¡Vamos, vamos!

SaeMin tomó toda su ropa y la guardó de una vez en aquel bolso que había traído su padre, tomó sus zapatillas y las lanzó dentro. Después se arrepentiría de no haber ordenado las cosas, pero ahora le importaban en lo más mínimo, sólo quería llegar a su fiesta y disfrutar.