Querida Abi:
Hoy te detuviste y me miraste, me preguntaste por qué siempre iba detrás de ti y me pediste que te acompañara. Conversamos de muchas cosas, me contaste de tu gatito llamado panqueque, de tu perro llamado Arnold, me hablas de Pinky tu canario y de glotón, tu hámster. Oírte hablar sobre tus animales es tan hermoso, es como escuchar a una niña de cinco años hablando sobre sus juguetes o sus dulces favoritos.
Ahora sé querida Abi que amas a los animales, que deseas convertirte en la mejor veterinaria de toda la ciudad y comprarte una casa enorme para acoger a todos los animales que están en la calle. También sé que todos los meses vas por la calle tirando comida y dejando pocillos con agua para que los animales se alimenten y beban agua. ¡Eres la perfección hecha mujer!
Te amo.
Atte: Adrían.