¿Are you crazy? 2D x Murdoc (Studoc 2Doc)

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Era un día terrible, en el cielo había nubes grises y negras, el viento soplaba con fuerza, se deslizaba por cada centímetro de aquel patio repleto de tumbas y de zombies de gorilas.

Levantando un aroma a tierra mojada, un aroma inconfundible y bastante común en esos días, en ese lugar.

¿Recuerdas?.

Nos obligó a todos a quedarnos dentro de esos estudios.

Podría dar una descripción superficial pero es imposible, hay muchas cosas raras por ahí que no puedo describir.

Solo quienes han tenido la fortuna de verlo tendrán una idea.

No había un lugar bueno en el que todos pudiéramos estar reunidos, solo las habitaciones individuales.

Me vi obligado a permanecer en la mía.

Nuestra relación era extraña.

Cortante, quién diría que de un día al otro empezarán a pasar locuras.

Se escuchaban los tronidos de las hojas de otoño en el suelo... cayendo...

Siendo pisoteadas por los cuerpos de aquellos muertos vivientes.

El silencio era profundo, el clima ya había mejorado, ahora más que húmedo era un clima seco.

¿Recuerdas?.

Esos días en los que no teníamos nada que hacer hacíamos eso que nos complacía y nos gustaba, yo me la pasaba leyendo libros, o salía a la calle a caminar ocultando mis rasgos inconfundibles como mis ojos y mi cabello, tú solo me mirabas llegar cuando lo hacía y en tus ojos no había más que frialdad.

Al menos ya hablábamos más, pero en momentos y situaciones eras extraño.

¿Recuerdas?.

Un día de esos cuando Noodz y Russ habían salido me obligaste a limpiar tu winebago.

Pero a la vez no parabas de hablar, me contabas tus extrañas anécdotas, algunas de esas ya me las habías contado antes, lo recordaba bien.

Los días seguían iguales, no cambiaban, no se escuchaba a la gente hablar ni gritar, no había nada que hacer, se escuchaban a algunos pájaros silba por las mañanas, los pasos incesantes en el patio a todas horas.

Los focos con fallas eléctricas parpadeaban, haciendo un ruido que aturdía.

Compramos algo de ropa ocasional, necesitábamos estar bien para el invierno.

Se avecinaba, lo podías sentir en todas partes, a lo lejos en las casas se podían ver algunas con focos naranja y de otros colores representativos de la época, noviembre había llegado.

Los niños salían de todos los rumbos y casas solo para tocar una puerta y esperar un caramelo que al final dejarían tirado en algún sitio de su hogar en una canasta en forma de calabaza.

¿Recuerdas?.

Hablábamos más, a veces de cosas repetitivas, pero más.

Nos encontrábamos recurrentemente por los pasillos de aquel enorme estudio.

Cada uno con su rumbo pero lo cambiábamos completamente al encontrarnos.

A veces te daban ganas de jugar videojuegos, cuando había buen clima.

A veces los días eran calurosos, demasiado, después el impacto climático en la tierra se sentía al llegar el invierno, de una forma sumamente repentina.