Si fueran fudanshi... [ INCONCLUSA; 2017 ]

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N/A: IM BACK😎

3. Martín y Migue (ArgPer)

Miguel deja de lado su celular cuando Martín comienza a acariciar su cabello. Estaba buscando una receta por internet de un platillo que tenía pensado cocinarle a un amigo como regalo de cumpleaños. Pero oh, eso podría esperar ¿verdad? Ahora podía mejor cerrar los ojos y disfrutar de los mimos que su pareja le proporcionaba con tanto cariño y cuidado. Sip, mejor hacía eso. Receta después. Martín ahora.

El argentino sonríe ampliamente cuando logra conseguir la total atención de Miguel. Desde que empezaron a salir ya era una costumbre para ambos el mimarse a escondidas durante el recreo. Y Martín no iba a permitir que ningún celular ni ninguna receta de cocina se interpusieran en ser el centro de atención de su novio. Ahora lo que más quería era lograr escuchar ese suave y melodioso suspiro que Miguel siempre soltaba cuando le acariciaba el cabello. Afortunadamente, no tuvo que esperar mucho para lograr su cometido y celebra mentalmente el triunfo. Besa la mejilla del peruano y pasa a la fase dos: susurrarle cumplidos lindos a Miguel que sabe le gustan mucho. El moreno suelta una risita tonta ante las palabras del argentino, sonrojándose en el trayecto, y le contesta a los cumplidos, diciéndole cosas bonitas también.

Estaba a punto de pasar a la fase tres, su fase favorita: besarlo —Y, por favor, no pregunten por qué Martín sigue un orden y no hace las cosas a su gusto. Él tenía que cumplir con las dos fases anteriores o, de lo contrario, no podía besar a Miguel. ¿Por qué? Porque le gustaba escuchar sus suspiros y su risita antes de unir ambas bocas. Sólo por eso—. Todo iba de maravilla hasta que dos hermosas y fastidiosas personitas interrumpen su momento de amor gay.

—¡Miguel, Miguel, Miguel, Miguel! —gritaba Francisco, corriendo en círculos alrededor de la feliz pareja.

—¿Qué pasa, mi querido brócoli?

—¡Migueeeeeeeeeeeeel! —Seguía gritando mientras corría.

—Dale, boludo, quedáte quieto —le regaña Martín.

—¡Martín! —Luciano llega por el otro lado. El rubio se gira hacia él y lo mira por unos instantes.

—¿Voce yo? —Se señala, incrédulo de que el brasilero lo estuviera buscando.

Luciano frunció el ceño ante la mala imitación de su acento y rueda los ojos.

—Necesito hacerte una pregunta de vida o muerte.

—Perdón, pero tengo novio; está acá al lado —Señala a Miguel con el dedo pulgar—, un poquito más de respeto che.

—No iba a preguntarte eso... —Se ofende.

—MIGUEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEL —Seguía gritando el ecuatoriano.

—¿QUÉ, PANCHO? ¿QUÉ?

—¡Miguel! ¡Tengo novio! —No deja de correr en ningún momento—. ¡Miguel, Miguel, Miguel! ¡Me engrupe! ¡AYUDA, MIGUEL!

—¿Por qué necesitas ayuda? ¿No es eso bueno...? —Se confunde.

Martín arruga la nariz, sin entender un carajo y mira a Luciano.

—Martín, tengo novio —declara el brasilero de la nada. Miguel quita la mirada del castaño y la dirige hacia el señor voce.

—No me digan que nos piden ayuda para hacer una orgía entre ustedes y sus noviecitos —Fue la mejor conclusión a la que llegó Martín.

—¡No! ¡Qué mushpa eres!

Martín se le queda mirando por unos segundos y luego se gira hacia su pareja.