A Wonderful Meeting

CAPITULO 2: Contacto visual

Es el dueño, no un ladrón, es el dueño, no un ladrón, estas mismas frases vagaban por mi mente, mientras que estática veía como el chico ahora conocido como Phillip caminaba tranquilamente y con una ligera sonrisa de medio lado hacia su coche, cuando tuve el valor de despertar de mis cavilaciones y justo en el momento en que él se montaba en el deportivo susurre un débil:

-Lo siento- estaba apenada, lo juzgue sin pensar y le califique como un delincuente más que por supuesto no era. Todos mis principios sobre justicia se vinieron abajo con el solo hecho de llamarlo ladrón, no debí actuar deliberadamente.

Levanto ligeramente sus hombros como queriendo manifestar que mis cuestionamientos no le importaban y tenía la razón.

Hizo chirriar las ruedas del automóvil y desapareció con su orgullo en lo alto mientras que el mío junto con mi conciencia bajaba decibeles cada vez más rápido.

Tome la ruta más corta, ya no me importaban los gritos de mi madre al ver mi hora de llegar a casa, tampoco mis tíos y tías con sus risas burlonas, ni tampoco el desastre que estaba casi segura que mi pequeños primos habían hecho en mi recamara, solo quería dormir y olvidar todo lo sucedido.

El tren salió justo a tiempo para dejarme luego de una  angustiosa hora cerca de mi casa, era ya media noche y como había imaginado mi madre se encontraba horneando un postre mientras me esperaba, con su popular cuchillo de untar en las manos, de lejos la imagen parecía sacada de un thriller, gracias a dios que no estaba picando el pollo del almuerzo de mañana puesto que el tamaño del cuchillo seria el triple.

Mi madre era una cocinera innata, cuando estaba feliz cocinaba, cuando estaba triste cocinaba y pues cuando estaba enfada cocinaba, lo bueno sería que podría disfrutar de un buen trozo de tarta mañana en el receso de mis clases de fotografía.

Mi padre era un tipo más tranquilo, se encontraba durmiendo ahora mismo, es el tipo de hombre que confía ciegamente en su hija, aunque eso no le quitaba lo sobreprotector que era algunas veces, pero eso era comprensible debido al hecho de ser su única hija.

Subí las escaleras corriendo para evitar esas miradas lanzallamas que ahora me dirigía  mi madre y grite un:

-Lo siento, ¿Prometo charlarlo mañana mama?- deje la pregunta en el aire sabiendo que era un gran POR SUPUESTO.

Al llegar a la jungla, que era ahora mi habitación, di un grito ahogado para luego comenzar a acomodar toda y cada una de las cosas que se encontraban en el suelo, calcetines, zapatos fuera de su lugar e incluso rastro de cereal de chocolate ligado con jugo de fresas en el piso, si… totalmente asqueroso y lo mejor era que solo quedaban 5hrs de sueño puesto que tenía clases temprano.

  --------------------------------------------------------------------------------------     Every girl from here to soho, love to tell me things i don’t know……oh no era la tercera vez que sonaba la alarma de mi Ruidoso teléfono, aunque era una de mis canciones favoritas, la estaba empezando a odiar , aunque nunca podría odiar mi banda favorita The Brobecks.  Ahora que lo pienso, la alarma se repite cada 10 minutos y puesto que suena por tercera vez…… ESTOY 30 MINUTOS RETRASADA.

Salte de la cama  dando patadas casi karatecas y me duche, lavando mi cabello todo esto en menos de 10 minutos, lo sé...En tiempo record. Tome lo primero que encontré en mi gran armario, una falda azul sencilla de lunares blancos, un suéter  liso vinotinto con las palabras: I’M A BITCH, no es la mejor opción pero voy tarde como para elegir otro, me calce rápidamente mis amadas botas UGG negras y recogí mi cabello en una media cola, sujeta de un hermoso lazo negro como prendedor.

Tome mi desayuno del mesón y salí corriendo hasta la parada de trenes, con la suerte de que  su retraso no me sorprendería en un día tan estresante como este.