FACIES DE VENGANZA

Capítulo 3

Ya han pasado varios días desde que vinieron Max, Gustavo y Zack. Todo ha estado tranquilo. Excepto por Devon que ha estado algo distante.

Se cual es la razón por la que esta así. Solo que aún no quiere aceptarla. La conversación que tuvimos aun sigue atormentándolo cada noche. Mientras que yo espero una respuesta de su parte.

*Flashback*

—Bueno, habla —Pronuncio algo dudosa. Devon me mira y sonríe, pero parece más una mueca.

—Es que..., yo... —Deja las palabras en el aire y yo me impaciento mas.

— ¿Tu qué? —Le pregunto. Su cuerpo se tensa y desvía la mirada, observo cada uno de sus movimientos.

—Soy Narcotraficante. — ¿Qué? No. No puede ser. Abro un poco mis ojos y niego lentamente. No puedo creerlo.

— ¿Desde cuándo? —Susurro. Mis ojos se cristalizan, pero no, no puedo llorar. No ahora. ¿Pero qué puedo hacer? Me estuvo mintiendo todo este tiempo.

—Mucho antes de que tú llegaras... —Dios, he estado viviendo con una persona que creí conocer, pero ahora me doy cuenta de que no es así. Intenta agarrar una de mis manos pero rápidamente la alejo—, solo..., deja que te explique. Por favor...

Sé que no soy quien para juzgarlo. Por eso necesito una buena explicación de su parte.

—Está bien. —Digo, mientras me paso una mano por la cara y el cabello.

—Entre a este mundo por mi padre. Jhon DeLine. El mafioso más buscado en todo Miami. Cuando estaba más joven no quería pertenecer a su dinastia, pero luego tuve algunos problemas y no tuve más remedio que aceptar.

— ¿Cuales problemas? ¿Tan graves fueron?

—Sí. Le debía dinero, mucho dinero, a uno de los jefes de la mafia contraria.

—Santo Dios... —Susurré. Pero si su padre es el "jefe", podría conseguir la información sobre quien mato a mi familia. ¡Sí! ¿Como no lo pensé desde un principio? —. Haber, déjame ver si entendí. Tu padre es el jefe de la mafia más buscada en todo Miami. Te metiste en problemas, el te saco y te obligó a entrar y tuviste que aceptar sin rechistar ¿no?

—Exacto. —Una pequeña sonrisa apareció en sus labios.

— ¿Sabes? —Negó y yo sonreí malvadamente, sé que esto no le gustara ¿pero ya qué? —. Quiero conocer a tu padre.

— ¿Qué? ¡Estás loca! Ni sueñes con ello. —Se levantó bruscamente del sillón, yo me sobresalte y me acomode mejor en mi puesto— Eso que quieres hacer se llama suicidio, sabes lo que es eso ¿verdad?

—No seas exagerado. Solo quiero que me ayude a encontrar a los que mataron a mi familia. Tú, en tu caso harías lo mismo ¿o no? —Se quedo mirándome por unos segundos hasta que se levantó y se fue sin más. Sin decir ni una palabra.

*Fin Flashback*

La verdad es que no entiendo porque reaccionó así. Solo quiero ayuda. Y sé que su padre me puede ayudar. Pero ya que, si él no me quiere ayudar, lo haré por mi propia cuenta.

Mi padre, Oswaldo Hernández, fue el hombre al que mas amé en toda mi vida. Fue mi amigo. Siempre que tenía un problema él me aconsejaba y me sacaba una sonrisa. Por el, por mi madre y por mis hermanitos, haré lo que sea, con tal de encontrar al responsable de su muerte.

Me encuentro en la cocina, preparando una torta de chocolate. Es una de mis favoritas al igual que la de mi amigo. Quiero que todo vuelva a la normalidad. No quiero que me siga evadiendo.

Hoy salió más temprano de lo normal, así que no sé a qué hora llegue. Solo sé que lo esperare, sea la hora que sea.

Mientras espero a que el cronometro que he puesto, para que no se pase de cocción la torta, voy hacia la sala y me siento en uno de los muebles. Enciendo la televisión y veo que está en uno de esos canales de deporte, seguro fue Devon que lo dejo allí. Cambio de canal, hasta parar en el canal Sony, están pasando una de mis series favoritas, Lobo Adolescente.

Media hora después, sigo viendo la misma serie. Pero el ruido del cronómetro me indica que ya es hora de sacar la torta del horno. Camino hasta la cocina, abro el horno y saco la torta. Esta seve muy bien. Esta demás decir que he hecho un gran trabajo, sólo espero que a Devon le guste.

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