Capítulo 5

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Llega ese momento en el que crees que todo lo que estás buscando se vuelve imposible de encontrar. O que no puedes confiar en nadie para que te ayude. Piensas que todo el mundo, a tu alrededor, te dará la espalda. Y..., algunas veces, es así.

Cuando busque a Devon, supe que él me ayudaría. Pasará lo que pasara. El estaría ahí para mí. Que con solo contarle todo por lo que pase, el me tendería una mano.

Y sí, así lo hizo. Y estaba, estoy y estaré, agradecida siempre con él.

Pero, de un momento a otro, todo vuelve a empezar. Necesitas, de nuevo, esa ayuda. Pero esta vez de alguien con más poder que el anterior. Alguien que con solo una llamada, pueda conseguir más de lo esperado. Y, ahora, en este momento, sé que el padre de mi mejor amigo, me puede ayudar.

Estoy consciente que, prácticamente, estoy cavando mi propia tumba, al venir a "hablar" con el jefe de la mafia. Pero también estoy consciente de que es el único que me puede ayudar.

Por eso es que estoy aquí. En la casa del mismísimo jefe de la mafia más buscado en todo Miami. No voy a negarlo, tengo miedo. Miedo de lo que pueda pasar si todo sale mal. De lo que le pueda pasar a Devon.

Pero justo ahora, ya no hay marcha atrás. Es ahora o nunca.

¿Estás bien? la pregunta del chico a mi lado, me hace salir de mis pensamientos. En los cuales he estado metida desde que llegamos a este lugar. Pero como no estarlo, si en vez de parecer una casa, parece una cárcel. Con grandes muros, tan altos que no se ve lo que hay detrás de ellos y de un color gris tan frío que da miedo.

Sí. es lo único que sale de mi boca. Sonrío para que el chico no note mi nerviosismo. Mis manos tiemblan y mi corazón esta acelerado. El asiente poco confiado y agarra una de mis manos.

Tranquila, no te pasara nada. Lo prometo. Asiento. Sabiendo que es verdad.

Bien... Suspiro-... ya es hora.

Sí, vamos. Empezamos a caminar hacia aquel lugar tan tenebroso. Mis nervios se disparan, pero me digo a mi misma que estoy aquí para algo importante. Ya no puedo retractarme.

Veo a hombres vestidos de negro por todas partes. Con grandes armas y semblante serio, ellos hacen que se vean fáciles de sostener. Aunque no pueda afirmarlo.

Seguimos caminando por un largo pasillo, alumbrado por pequeñas lámparas. Hay varias puertas de color gris. Me pregunto que habrá allí dentro. Nos detenemos frente a la única puerta color negro mate.

Devon toca una vez, se escucha un "pase" del otro lado y mi acompañante entra conmigo detrás.

El lugar está iluminado, también, con pequeñas lámparas pegadas al techo. Un hombre, algo mayor, nos sonríe detrás de un impecable escritorio negro, el cual contrasta muy bien con el color blanco de las paredes.

Devon, hijo, que sorpresa tenerte por aquí, de nuevo. Una sonrisa socarrona aparece en los labios del señor. Parece inofensivo. ¿Quién diría que detrás de una máscara de persona tranquila, que no sería capaz de asesinar a alguien, se esconde un ser despiadado, sin sentimientos, capaz de hacer daño con tal de sentirse bien?

Sí, verdad, ¿quién lo diría? Dice Devon, con sarcasmo en cada una de sus palabras. El señor, aún desconocido para mí, sonríe y levanta una de sus grandes cejas. En fin, te quiero presentar a alguien.

Oh, ¿a quién? pregunta el señor con curiosidad. Sé que lo pregunta porque no me ha visto bien ya que estoy atrás de Devon. Este me señala y yo salgo de mi escondite humano.

Siento la mirada del hombre mayor sobre mí. Un escalofrío recorre todo mi cuerpo. Tengo ganas de huir, salir corriendo y nunca, jamás, volver a este lugar. Pero sé que ya no se puede. Tendría una bala entre ceja y ceja.

Ni lo pienses, papa. Miro a Devon, él está viendo como su padre pasa uno de sus dedos por su labio inferior, mirándome con lujuria Ella no será una de tus putas.

¿Porque no? Alza una ceja. A cada segundo mi pulso aumenta Para algo la trajiste ¿no?

Porque no, ella es mía. La voz de Devon suena decidida. ¿Suya? ¿Es en serio? No se le ocurrió algo más creíbleY si la traje es porque... Necesita tu ayuda.

¿Mi ayuda? Devon asiente ¿Para qué o qué?

Para saber quiénes fueron los que asesinaron a sus padres. El hombre hace una mueca de asombro. No cree lo que está diciendo su hijo.

Bueno, pero ya sabes que yo no hago nada de a gratis. Todo tiene un precio. Dice cortante. Frunzo el ceño. Aunque ya sabía esto desde que se me ocurrió la brillante idea de venir aquí.

Ni creas que dejare que se sume a tu grupo de prostitutas baratas. Devon usa el mismo tono de voz que ha usado su padre. A mí se me hiela la sangre, no sé si eh palidecido. Pero lo sé por la cara burlona que ha puesto el hombre.

Bueno, bueno, está bien. Una risa sale de lo profundo de su garganta Ahora, hijo, ¿nos dejarías a solas? Le pregunta a Devon, yo me tenso. Quedarme a solas, sin Devon, en la misma habitación que el hombre que me ha visto como carne fresca, no me agrada mucho.

No. Devon esta tenso, se nota en la forma en la que sus hombros se ponen erguidos. Agarro su mano y le doy un apretón. El me mira y sonríe.

Devon, estaré bien Mi voz sale ronca, sonrío y el asiente. Le da una última mirada a su padre y sale, cerrando de un portazo la puerta negra.

Miro al hombre mayor y este me indica que me siente en el sillón que está enfrente del escritorio. Hago lo que me pide y espero a que él hable.

Bien, habla. Y por primera vez, el hombre mayor, no me ve como comida. Y eso me hace sentir bien ¿En que necesitas que te ayude?

FACIES DE VENGANZADonde viven las historias. Descúbrelo ahora