¿Un misterioso criminal?

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Me desperté en la madrugada y me encontré con que estaba recostado en mi cama con los brazos y las rodillas vendados. María estaba tendida a mi lado y al notar que me despertaba vislumbré sus ojos abrirse en la oscuridad.
María:
-¿Cómo te encuentras?-
Yo:
-Bien, gracias.-
María:
-Esta noche lo hiciste bien, Béretriz creyó que no sobrevivirías pero finalmente mataste al odincara desde dentro. Te las arreglaste muy bien sin aire aunque... también tuviste suerte de que te engullera entero y no te hubiera atravesado con esas costillas que tenia a modo de colmillos.-
Yo:
-Si,Tuve mucha suerte...-
María:
-Deberías descansar, has estado tosiendo una substancia negra y viscosa.-
Me levanté para ver si era verdad y vi un cubo metálico con un poco de esa substancia en su interior, lo se porque el cubo producía un tenue resplandor metálico, pero esa substancia negra no producía resplandor alguno, solo se veía un vacío negro cuando la miraba. María al ver que me levanté puso su mano en mi pecho y me recostó de nuevo.
María:
-Debes reposar y no hacer esfuerzos, hoy lo diste todo en esa cacería y necesitas dormir.-
Me mantuve recostado y cerré los ojos. Finalmente me dormí pero no solo soñé con dolor y devastación. Desde que el etreum me perforó el brazo con su tentáculo negro no soñé nada que me causará alegría y estar a punto de ahogarme en fluido negro solo acabó empeorándolo. A veces me dolía alguna parte del cuerpo pero hacia lo posible por ocultarlo, no quería que se preocuparan por mi.
Por la mañana María continuaba a mi lado. En cierto modo siempre está a mi lado, aparece siempre en el momento oportuno para salvarme.
Sentí como María se iba despertando.
María:
-Es agradable despertarse y sentirse apreciado ¿No crees? -
María bostezo tras decir esto y adoptó una pose pensativa.
Yo:
-Si que lo es.-
María:
-Te traeré el desayuno, es mejor que no te muevas.-
María se levantó y salio de la habitación a buscar comida para los dos.
Tras un rato de irse llego Ángela a la habitación con un maletín de primeros auxilios.
Ángela:
-¡Buenos días Alberto! Vengo a cambiar tus vendas.-
Cogió mi silla donde yo me sentaba para construir cosas con la chatarra que María acumulaba y se sentó junto a la cama mientras yo me erguía para facilitarle la tarea.
Yo:
-¿Has vuelto a curarme tu?
Ángela:
-Bueno, Béretriz me ayudo.-
Dijo mientras me quitaba las vendas manchadas de sangre.
Yo:
-Pensé que me iba a morir... No sabes lo que es sentir que te estás ahogando en esa nefasta y viscosa oscuridad...-
Ángela:
-Debió de ser horrible, espero que no te ocurra nada malo por haber tenido ese fluido oscuro en tus pulmones.-
Yo miré hacia el cubo, no había mucha substancia pero la que tuve en mis pulmones solo me causó un temor horrible y grotesco...Cómo si algo malo fuera a ocurrir. Ángela término de cambiarme las vendas y me miró regalándome su mejor sonrisa. Puso su mano en mi hombro y me dijo:
-Es mejor que hoy descanses pero, si quieres salir ten cuidado con tus heridas y vuelve antes del anochecer.-
Yo:
-Sin problema.-
Ángela se despidió con un gesto de su mano tras recoger su maletín y salio de la habitación en la cual María entró justo cuando Ángela salía.
María se sentó en la cama junto a mi portando una bandeja de carne.
María:
-¿Te parece bien si compartimos la comida?-
Yo:
-Seria un placer.-
Le dije con una expresión afable. Su rostro al igual que el mio también adoptó una expresión afable y comenzamos a comer las costillas de cerdo, lengua de vaca y demás carne de la bandeja hasta solo dejar los huesos.
Yo:
-María, deberías dormir. Ayer estuviste de cacería y no descansaste mucho durante la noche.-
María:
-¿A que viene eso? No eres el más indicado para decirlo, yo no fui quien esta vendado por caerse de una altura considerable estando en el interior de un odincara.-
Dijo ella con cara de desconfianza.
Yo:
-Tengo pensado salir al bosque a tomar el aire y no pretendía que vinieras conmigo solo porque estoy herido. Se que necesitas descansar y al saber que yo voy te preocuparás y vedrás.-
María cerró sus ojos y sonrió levemente.
María:
-Esta bien "Don preocupado", descansaré pero llévate esto contigo.-
María me lanzo su cuchillo de caza dentado con su funda.
María:
-Si yo no estoy para protegerte al menos que mi cuchillo lo haga.-
Ella se tumbó en la cama y se dispuso a dormir. Yo me levante y la cubrí con la manta, luego me vestí, me enfunde su cuchillo en la cintura y salí de la habitación.
Béretriz estaba en el pasillo de brazos cruzados y apoyada en la pared. Cuando salí de la habitación me miró con sus ojos amenazantes, los cuales ya no tomaba en serio pues siempre tenía esa mirada.
Béretriz:
-¿Vas a salir así?-
Me paré para hablarle cara a cara.
Yo:
-Si. Y por cierto, gracias por lo de ayer. De no ser por ti seguramente estaría muerto ahora mismo.-
Béretriz:
-Pues no me decepciones ahora y ten cuidado, últimamente ha estado rondando un conocido criminal por estas zonas.-
Yo:
-Casi me devora un odincara, no creo que un criminal pueda hacerme algo peor.-
Béretriz:
-Si escuchas un silbido vuelve inmediatamente sin hacer ruido,.
Yo asentí con la cabeza y proseguí mi camino hasta las escaleras bajo la desafiante mirada de Béretriz.
¿Que tendrá ese criminal para llegar a preocupar a Béretriz?

La raza perdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora