Esa noche abracé a María mientras dormía. Cuando amaneció me apresure a vestirme para salir al bosque y poder encontrarme de nuevo con W. Noté que María se estaba moviendo así que intenté hacer menos ruido para no despertarla. Cuando me vestí salí silenciosamente de la habitación. Cuando estaba cruzando el pasillo Ángela me paró.
Ángela:
-Antes de que te vayas debo cambiarte las vendas, ven a mi habitación. Sé que María aun esta dormida, estos días fueron muy cansados para ella.-
Me agarró de la mano y me arrastró a su habitación. Me senté en una silla que me ofreció, ella abrió su botiquín y a medida que me iba desvendando las heridas las iba desinfectando. Cada vez que me tocaba con el algodón mojado en alcohol yo soltaba un pequeño gemido y respiraba más fuerte. Después me puso unas vendas nuevas que saco del botiquín y me volví a poner la camiseta y la chaqueta.
Ángela:
-Ahora ve a desayunar y no te metas en líos cuando salgas al bosque.-
Ángela sonrió y guardo su botiquín mientras yo salía de la habitación.
Bajé las escaleras y cuando me disponía a agarrar la puerta para abrirla y salir, Julia me cortó el paso poniéndose delante de mi con una bandeja de carne.
Julia:
-No te vas a ir sin desayunar, acábate la bandeja y podrás irte.-
Yo:
-Esta bien.-
Me senté en un sofá mientras me comía la carne. Una vez la acabé salí por la puerta y abandoné la cabaña.
Presentí que Béretriz sospechaba algo pero dudaba de que me siguiera.
Comencé a caminar por el bosque como la mañana anterior pero, esta vez llevaba mis armas por si aparecía lo que me observaba ayer o ese criminal con malas intenciones del que me habló Béretriz.
El cielo estaba cubierto de nubes grises que le daban al bosque un ambiente triste. La humedad era mayor y caminar por el lodo era inevitable.
Los cuervos comenzaron a graznar a mi llegada y escuché una voz conocida:
-No me gustan los días nublados, prefiero las tormentas.-
Me giré hacia donde se acumulaban los cuervos y bajo el árbol donde graznaban estaba Sabela apoyada en la madera, mirándome con una sonrisa que su bufanda casi ocultaba.
Yo:
-¿Qué quieres ahora de mi?-
Sabela se río levemente bajo su bufanda y dijo:
-¿No habrás conocido a alguien últimamente? ¿Un chico de cabello castaño que suele vestir como un surfista quizás?-
Yo:
-¿Que tiene que ver él contigo?-
Sabela se apartó del tronco del árbol y se puso erguida ante mi.
Sabela:
-Conmigo no tiene que ver nada, pero dudo que a Béretriz le agrade que te juntes con él.-
Me sorprendió lo que dijo y ella lo notó dado que sonrió de nuevo.
Yo:
-Béretriz no es mi jefa. Ella no me dirá con quien juntarme.-
Sabela:
-Pues asegúrate de que no se entere. No sabes el carácter que esa chica tiene.-
Los cuervos comenzaron a graznar muy fuerte y se echaron a volar, eso atrajo mi atención y cuando bajé la vista de nuevo y Sabela ya no estaba. Esa chica era muy siniestra.
Entonces W me encontró.
W:
-Da gusto verte por aquí de nuevo.-
Me giré y W estaba detrás de mí con su sonrisa y sus pantalones de estampado hawaiano pero, esta vez eran de diferente color y en vez de una camiseta de caracola verde llevaba una camisa roja con un árbol del mismo color pero más oscuro. ¿Acaso no tiene frío con esta humedad?
Yo:
-Yo también me alegro de verte de nuevo.-
W:
-No cuesta mucho saber que estas cerca cuando haces tanto ruido con esas botas metálicas con...¿Garras?-
Yo:
-Jejeje...Bueno, es que me dan mayor agarre en el lodo y los arboles.-
W:
-¿Osea que te gusta estar en las alturas? Veamos si llegas hasta aquí.-
W saltó a un árbol cercano y sujetándose a su tronco subió por él como si fuera un mono o un lagarto ayudándose de las ramas. Luego se sentó en una y se quedó mirándome.
Yo intenté hacer lo mismo en otro árbol cercano. Salté a su tronco clavando las garras de mis botas en él y comencé a subir pero mi mano estaba sujetada a una rama húmeda con musgo, cuando mi pie no se sujeto bien, eso provocó que me cayera de espaldas contra el suelo.
Yo:
-¡..Mierda..!-
W me miró desde la rama del árbol y sonrió.
W:
-Deberías limpiarte la tierra húmeda de la espalda o la humedad te dejará helado a esta temperatura.-
Yo miré hacia donde él estaba.
Yo:
-¿Eres una especie de hombre ardilla?-
W:
-Podría ser...¿Quien sabe?-
Me levante del suelo y al alzar la vista vi un cuervo volando sobre los árboles, observándonos. W saltó de la rama al tronco de otro árbol y bajó deslizándose por él como lo haría un oso. Se acercó a mi y comenzó a sacudirme la tierra húmeda de la espalda con la mano.
W:
-¿Por qué no usas las uñas para agarrarte al tronco?-
Yo:
-¿Y no se me romperán?-
W:
-Lo dudo mucho, inténtalo y sácanos de dudas.-
Puse los dedos tensos como garras e intente de nuevo saltar y agarrarme al tronco del árbol.
Cuando mi cuerpo se puso en contacto con el árbol clavé las uñas en su tronco, tanto de las manos como las de las botas. Noté que mis uñas se alargaron cuando las clavé.
Me mantuve en el tronco sin caer y ahora debía avanzar hacia arriba, visualicé la rama y extendí una mano para comenzar a subir. Pude ver que en efecto, mis uñas se alargaron. Clavé de nuevo la mano más arriba e hice lo mismo con el resto de extremidades para subir. Finalmente agarré la rama con las uñas e hice una exhibición asombrosa de fuerza al subir todo mi cuerpo a la rama con una sola mano. Apoyé todo mi cuerpo en la rama para descansar. Estaba exhausto.
W:
-No pongas esa cara de esfuerzo, no ha sido para tanto.-
Yo:
-¿Cómo que no? Yo no soy tan atlético cómo tu.-
W:
-Entonces tendrás que practicar.-
Yo:
-Esta bien. Me entrenaré y así quizás pueda hacer esas virguerias que tu haces con los árboles.-
W:
-¡Eso es!-
W me sonrió y alzó su puño hacia mi extendiendo su pulgar hacia arriba.
Yo:
-Oye W...¿Conoces a una chica llamada Sabela?-
W:
-¿Te refieres a una chica de ojos grises, cabello negro, siniestra y que viste de forma monocroma?-
Yo:
-¡Justo esa! ¿Qué sabes de ella?-
W:
-No es una persona corriente. Ten esto seguro: ella no es humana.-
Bajé de la rama de un salto para acercarme a él.
Yo:
-¿Por qué dices eso?-
W cambió totalmente su expresión y se puso serio. Sus pupilas se contrajeron tanto que se convirtieron en dos puntos negros que se clavaban en los míos.
W:
-Esa chica es una entrometida. Investiga cosas que no deberían saberse. Además sus pulgares tienen tres articulaciones, tiene un sexto sentido como los tiburones que le permite detectar tu electricidad y además solo necesita pescado y agua para vivir. No es humana.-
Yo:
-No sabía todo eso...-
W:
-Esa chica solo trae problemas, mejor aléjate de ella.-
W comenzó a caminar en dirección contraria a mi.
Yo:
-¿Ya te vas?-
W:
-Olvide que tenia una cita con alguien. Ya nos veremos.-
Alzó su mano para decirme adiós sin girarse y se perdió en la espesura.
ESTÁS LEYENDO
La raza perdida
AventuraDesde los avances de la tecnología y la sociedad hemos olvidado que lo que nos acosaba por la noche en el pasado también ha podido evolucionar al igual que nosotros. Lo que debe preocuparnos es lo que quieren. Ni los buenos son tan buenos ni los ma...