Ataque nocturno

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Entrenar con Sandra me ha ayudado aunque dudo poder volver a hacer eso de moverme tan rápido, por otro lado no he probado si mis protectores de metal para mis costados funcionan como espero. Después de mi primer día de entrenamiento me fui a mi habitación a acostarme. Hoy María salía de cacería y supuse que como siempre volvería tarde. Simplemente me recosté sobre mi cama, me tapé con la manta y me dispuse a dormir. Pasaron horas y yo estaba medio dormido cuando repentinamente escuché un sonido... Un sonido que me recordaba al que hace el cuello cuando lo giras y suena.
Me levanté de la cama y cogí mis cuchillos aerodinámicos. Me puse las botas y las muñequeras pesadas para salir afuera a ver que era. Al salir de la habitación vi a Besna también en el umbral de su puerta. Me dirigió la mirada y me hizo un gesto que en esa oscuridad intérprete como "sígueme". Ella cruzó el pasillo y bajó las escaleras, yo la seguí. Ella me estaba esperando abajo, nos acercamos a la puerta y sujetamos un cuchillo mientras nos decidimos a abrir la puerta. El sonido continuaba escuchándose... Besna abrió la puerta rápido y salio, yo la seguí. La luz de la luna iluminaba levemente el bosque, Besna estaba parada a unos metros de la entrada pero yo estaba siguiendo el sonido que percibía, pero pronto lo olí... El olor a carne y médula ósea... Me recordaba al etreum al que me enfrenté hace días. Comencé a buscar en la oscuridad al origen de ese ruido esperando a que él no me encontrara a mi antes.
Mis temores se hicieron realidad y vi a un ser negro, una especie de garrapata gigante con un brazo inhumano en su parte superior igual de monstruoso que ese ser y formado de huesos y pocos (pero robustos) músculos de color carmesí. Esa cosa con su brazo mediría unos 3 metros. Usó su brazo para intentar atraparme pero al retroceder tropecé con una raíz y me escurrí entre sus huesudos dedos. Cuando cerró su puño del todo esos huesos hicieron un sonido asqueroso y repulsivo. Al percatarse de que no me agarro alzó el puño en el aire e intento golpearme aprovechando que estaba tirado en el suelo. Rodé rápidamente hacia un lado para evitar el brutal golpe. Luego el ser, abrió su mano huesuda y me pego un manotazo lanzándome a varios metros de él, en ese momento noté como si un coche me hubiera atropellado. El dolor era fuerte, pero mi miedo era más fuerte aún y eso hizo que me levantará del lugar a pesar del dolor para evitar otro golpe.
Esa cosa me había dejado muy dolorido el hombro y aunque no podía pararme a comprobarlo me imaginaba que me quedaría un gran hematoma. Miré hacia donde estaba ese ser y al percatarse que me levanté, comenzó a caminar rápido hacia mi moviendo apresuradamente sus picudas y oscuras patas.
Repentinamente vi como Besna lo embistió clavándole un machete en uno de los grandes músculos de su brazo, haciendo que el monstruo se desviara de su trayectoria. Entonces me espabile y saqué dos de mis cuchillos aerodinámicos, corrí para ponerme en una buena posición respecto al monstruo para evitar darle a Besna, pero esta estaba sujetada a su brazo esquelético con su machete para no soltarse.
Cuando vi la oportunidad lancé los cuchillos, uno tras otro haciéndolos penetrar en el cuerpo negro del monstruo. Lancé 5 y me quedé con uno para defenderme por si atacaba. Cuando lancé los 5 cuchillos aerodinámicos Besna movió ferozmente su machete desgarrando un enorme músculo que causó que su brazo quedara colgando, lo que aprovecho Besna para bajar por el dicho brazo y llegar al suelo.
Entonces Besna agarro el brazo y me grito:
-¡Ayúdame a tirar!-
Yo corrí hacia el monstruo que estaba furioso por el daño producido y salté sobre su lomo mientras estaba zarandeándose para zafarse, agarré su huesudo y asqueroso brazo monstruoso que ahora rezumaba sangre y líquido intersticial, y comencé a tirar de él en sentido contrario del que tiraba Besna. Notaba como la sangre me manchaba desde las manos hasta más allá de las muñecas dejándome la piel viscosa. Entonces escuché ese sonido asqueroso de antes pero mucho más alto y durante un solo momento, el monstruo dejó de moverse y su cuerpo negro se vaporizó haciéndome caer al suelo estrepitosamente. Le habíamos partido su gigantesco brazo en dos.
Besna:
-Eso era un etemamete...Ya vi como casi te aplasta. Recuerda no atacar al cuerpo negro de los monstruos sin antes dañar sus trozos orgánicos. Ahora vamos a dentro de nuevo.-
Besna entró a la casa y yo me dirigí a hacer lo mismo pero antes vi en una ventana a Béretriz. La luz de la luna le incidía directamente y podía verla con claridad, me miraba desde la ventana, cuando yo la miré pasaron unos segundos y se apartó de la ventana para irse a su habitación. ¿Cuanto tiempo llevaba observándonos?

La raza perdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora