CAPÍTULO 21

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CAPÍTULO 21

-¿Qué tal las vacaciones, Nanase?

Supuestamente creyó que nadie preguntaría por su obvia apariencia.

Estaba más vivo que antes.

Seguía con el mismo aspecto serio, pero de alguna forma lo sentías feliz. Miró a su jefe y le sonrió, dándole la respuesta.

-Vaya, espero que esas vacaciones te sirvan y seas más trabajador que antes.

Haruka asintió, mientras que al darse la vuelta se dio cuenta que alguien lo estaba esperando en recepción.

Con alegría casi corrió hacia allá, y abrazó a su pelirrojo mientras le besaba la mejilla repetidas veces.

-Parece cómo si no me hubieras visto en años-se burló Rin.-Apenas nos vimos esta mañana.
-Yo sentí que estas dos horas fueron un año.

Rin se sonrojó sin pensarlo, mientras que le robó un corto beso a su pareja y le tendió en el pecho una maleta de tamaño chico.

-Tu almuerzo.

Haruka esbozó una pequeña risa y abrazó nuevamente al chico.

-Gracias, Rin.-Susurró.

Rin iba de ahí hacia el café de su mejor amigo y es que sus semanas de vacaciones sólo se basaron en estar con su pareja e inclusive había dejado de lado el que un loco estaba detrás de él.

Ya Hasta la noche. Rin no tenia más que hacer y miraba el reloj.

Haruka llegaba tarde hoy y ansiaba verle. Ansiaba besarle y ansiaba tocarle.

Sonrió. Una idea había cruzado por su mente.

[...]

La alarma había sonado.

Los oficiales que trabajaban en turno nocturno se habían despertado al sujetar sus armas correspondientes y correr a sus autos que les llevarían a un establecimiento.

Gou atacaba de nuevo.

Haruka portaba su arma con fuerza, no por temor. Era por disimular el entusiasmo que le recorría las venas por ver a Rin en acción.

-¿Confiado, Nanase?

Escucho a su jefe Seijuuro. No hizo más que asentir y desviar la mirada. Los ojos de aquel más alto siempre le ponían un tanto nervioso cuando se dedicaba alto observarle o tan siquiera a ordenarle algún acto.

Bajaron de sus camionetas y se dedicaron a rodear el lugar.

Haruka no.

Haruka fue quien se escabulló de ahí. Corrió por unas calles más en aquel barrio tan denigrante que cuando se escucharon los tiroteos, prostitutas corrían a resguardarse bajo los pantalones de un hombre.

Se detuvo enfrente de un callejón. Algo le decía que era ahí el lugar.

-¿Te perdiste, cariño? Luces agitado

La voz de Rin se escuchó, acompañando la silueta que se formaba con las pocas luces del lugar. Era esbelto y era lujurioso.

-Estaba corriendo.

Rin le miraba con deseo, mientras se mordía el labio inferior. Verle a Haruka con esas prendas de rudeza le excitaba últimamente con más fuerza.

Aquél lúgubre callejón era el lugar ideal para poder hacer de las suyas.

Y es que Haruka estaba cachondo.

Aprisionó a Matsuoka contra la pared para atacar su cuello mientras que con una mano le tomaba la cabeza y con la otra manoseaba su trasero.

Rin no hacía más que rozar ambas entrepiernas lo mejor que podía y rodear a Haruka con sus brazos mientras acariciaba su espalda.

Haruka llevó sus labios a los de Matsuoka, apoderándose de los suspiros de ambos. Su lengua invadía la cabidad bucal de su pareja, mezclando sabores, llevándolo a la locura.

Sin verguenza mordió la lenguua del pelirrojo, fue fuerte y rápido que empezó a sangrar la lengua del contrario. A Rin no se le hacía algo doloroso, al contrario, su pene tembló ante la sensación.

Haruka dejó de invadir con su lengua y mordisqueó con misma intensidad hasta hacer sangrar el labio inferior del pelirrojo, y hacer que aquél líquido rojo cayera lentamente por la barbilla con una mezcla de saliva de ambos.

Su lengua recorrió el cuello, por la zona en la que no se escurría la sangre, hasta llegar a sus clavículas, mordisquear y dejar varias marcas que no se quitarían en una semana aproximadamente, calculando la intensidad al hacerlos.

-Mira cómo me tienes.-Susurró. Rin estaba enloqueciendo, la sensación pasional y tosca del pelinegro le encantaba.

Metió sus manos por debajo de la chaqueta de cuero de Rin, y al sentir las manos frías, el pelirrojo sintió un escalofrío en su columna, algo excitante. Le abrió su chaqueta y la abrió, para poder mordisquear los rosados pezones que exigían d ela atención.

Lo hacía sin pensar, sus dientes se apoderaban del musculo mientras apretaba el trasero de Rin sin ningún pudor.
Le estrujaba, lamía y succionaba lo que quisiese.

Por que todo eso era suyo.

No podía decir cosas bellas por ahora. El aroma del sexo le invadía sus fosas nasales combinado con el aroma natural de Rin.

Le abrió las piernas y sin soltarle de sus glúteos, le levantó. Le sostuvo para recargarle en la pared y romperle el pantalón que portaba.

La respiración del pelirrojo comenzaba a sonar más y más deseosa de tacto.

Haruka se bajó la cremallera de su pantalón y sacó su miembro que ya estaba duro y con líquido pre-seminal.

No espero más y le penetró con fuerza. Rin se aferró a los cabellos de su pareja y gimió a su oído. Gimió de tan duro que le había penetrado.

Se movía el pelinegro para embestirlo a profundidad y con enjundia. Haruka gruñía conforme sentía las paredes anales rodearle el miembro con su calidez.

-Haruka...

Rin gimió con fuerza el nombre de su amado.

-Rin... Gou...

Haruka gimió con anhelo el nombre de su amante.

No debió hacerlo.

Alguien mas le oía. Y no hubiera sido problema si no hubiera habido alguien más oyendoles.

Hubiera sido más fácil si ese alguien no estuviese obsesionado con Gou.

-La tengo...

Hubiera sido más fácil si ese alguien no fuera mafioso.

-Los tengo.

Hubiera sido más fácil si ese alguien no conociera a Haruka.

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⏰ Última actualización: Feb 24, 2018 ⏰

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