Plan Gregory

Capítulo 4: La Torre

Las madrugadas no tenían nada de esencial para mi. Me encontraba en mi cuarto mirando el techo, esperando a que mi celular sonará. Nada, solté un suspiro con frustración. Miré lentamente el lugar, estaba tal cuál lo había dejado. Tenía dos graves problemas:

El primero necesitaba arreglar mi habitación y mover todos los muebles (bueno realmente no, siempre quise una remodelación en ese cuarto, además que me daba flojera mover todo y dejar como estaba antes).

El segundo, el cual si era un problema, uno realmente serio, se encontraba enfrente de mí con los brazos cruzados, mirando con desden el desorden creado. Esperando que en cualquier momento pareciera un roedor. No lo culpo, a mi tampoco me sorprendería que en cualquier momento saltara una rata.

—Cazador-—Me llamó de manera sorpresiva, no había dicho nada desde que lo encontré.

—¿Qué quieres?

—Ya sabes a lo que he venido, no será necesario que hagas oídos sordos. Escuchadme— Me obligaba a prestarle atención.

Hice una mueca, espere unos simple minutos esperando a que prosiguiera.

—El niño no debería estar aquí— Reprochó. No entendía aquello, por supuesto que sabía que el no debería estar aquí, a que venía ese reproche.

—¿Y...? —Le invité a proseguir, por el contrario solamente dio un golpe seco, haciendo resonar la habitación.

—Has cambiado los planes, haciendo más difícil mi trabajo— Su tono iba en aumento. Ya sabía lo que se venía, por lo que no me inmuté.

—No es mi problema-—Estaba claro que no pensaba cambiar de opinión. Una idea loca cruzo mi mente.

—Lo haré— Acepté. Le vi sonreír e inclusive relajar su expresión— Con una condición.

Estaba dudando, pero, su trabajo estaba en riesgo. El que me aprovechará de la situación a costa de lo que estaba sucediendo, era completamente necesario.

—¿Cuál?-—Temeroso dirigió su vista hacia mí.

—Respóndeme, ¿Quién es Gregory? —

—No lo sé—Me respondió con franqueza. No dejaría que se librará tan fácilmente de mí, por lo que mi mirada demostraba bastante presión ejercida— Entiendo, Gregory... No es un demonio.

Mis ojos se abrieron a más no poder. Algo andaba mal.

—¿Quién es él? — Le pregunté a la defensiva

—No lo sé, veras no se encuentra en el libro de los demonios-—Me mostró un libro que para mi sorpresa conocía muy bien.

—¡Hey!, ¡Eso es mio! —Le reclamé. Intente quitárselo de las manos, solo que era más alto que yo, mis intentos fueron en vano.

—No, esto no te pertenece. Después de todo no tiene escrito tu nombre en ningún lado— Me sonrió de manera superior.

—Estaba en mis manos— Mala excusa.

—En todo caso ¿Cómo lo conseguiste?

—Herencia familiar— Intenté restarle importancia, no podía, aquella mirada estaba perdida analizando las cosas minuciosamente. ¿Será tan importante?

—Me quedaré con esto mientras tanto.

Me resigne, ya no tenía caso. En poco tiempo lo tendría de vuelta, luego vería como quitárselo.

—Sabes, creo que eres el peor en tu trabajo— Me burle de él.

Fruncio su ceja, claramente ofendido.