One shots (Pedidos cerrados)

Leon GORETZKA

Pasaron varios años desde que Leon se fue a Alemania con sus padres, ya que aquí en sudamérica la situación no iba nada bien, y sus padres necesitaban prosperar.

Nuestra relación fue un amor intenso de instituto, me prometió el cielo pero después todo se desmoronó con un desgarrador "adiós" que me dejó hecha trizas.

Él se marchó al otro lado del charco y yo supe que jamás volvería a verle.

Pasaron los años, en concreto nueve, y yo después de hacer una buena carrera y de conseguir dinero, pude cumplir mi sueño de irme a vivir a París para empezar una nueva vida, además de poder ayudar a mis padres desde la lejanía.

Después de una gran temporada de trabajo, pude escaparme a Berlín con unas amigas y visitar desde ahí la grande y bonita alemania.

No voy a negar que cuando supe que pisaría suelo germano, algo que tenía enterrado desde hace tiempo, volvió a salir a la superficie.

Llegamos allí y visitamos muchísimos monumentos, calles y demás cosas, haciendo fotos para el recuerdo.

-¡Eh! ¡Mirad!

Una de mis amigas señaló un cartel que había pegado una pared.

"Borussia Dortmund - Schalke 04

DFB Pokal fussball finale"

-¡Vamos a ver el partido! ¿No decías Valerie que te gustaba el fútbol alemán? ¡Es nuestra oportunidad!

Sonreí al ver que esa sería una de esas únicas oportunidades que pasaban una vez en la vida, así que acepté y compramos las entradas para la final, que era al día siguiente.

Lo que yo no sabía era que ese partido, me cambiaría la vida.

Llegamos allí justo a las siete y media de la tarde y el ambiente que nos rodeaba nos dejaba asombradas. Aficiones, fútbol y emoción se amontonaban en cada rincón del estadio.

Cuando anunciaron la salida de los jugadores las dos aficiones rugieron y nosotras aplaudimos emocionadas.

Hasta que esa emoción se transformó en sorpresa.

Uno de los jugadores que salió a calentar me pareció bastante conocido, hasta que giró la cara, y mis peores miedos se confirmaron.

Leon.

Mis amigas reaccionaron a la misma vez que yo y me decían cosas cuando aún yo estaba intentando asimilar lo que acababa de ver.

-Yo...yo...me debería ir.

-¿Tu eres tonta? Tú no te vas a ningún  lado.

Lo que pensaba que iba a ser un partido maravilloso y un momento inolvidable en mi vida se transformó en recuerdos y mucha tensión.

El partido fue muy disputado pero al final ganó el Schalke 04, el equipo de Leon. Levantaron la copa y celebraron emocionados en el césped.

Cuando iba a entrar al túnel de vestuarios miró a la grada y sus ojos y los míos se cruzaron.

Se quedó congelado, literalmente.

Para asegurarse de que era yo subió a la grada y se acercó a mi mientras yo paralizada observaba lo hermoso que estaba.

-Valerie...

-Leon...-Dije sonriendo débilmente.

Mis amigas nos miraban atentas.

-Cuánto tiempo...

-Sí...enhorabuena, nosotras ya nos íbamos.-Sonreí falsamente.

Nos levantamos pero él me agarró del brazo.

-¿Podemos hablar?

Miré a mis amigas.

(...)

Acabamos a solas en el vestuario.

-¿Qué...te trae por aquí?

-Turismo...-Sonreí tímida.

-Valerie creo que...deberiamos hablar de lo que pasó.

-Yo creo que no, ya ha pasado demasiado tiempo.-Dije algo molesta mientras recordaba cosas que no quería recordar.

Se acercó peligrosamente a mi y acarició mi rostro suavemente. Yo débilmente me resistí ya que caí presa, como siempre, de cualquier gesto que me dedicaba.

-¿Es que no me has echado de menos?-Susurró en mi oído, seguidamente empezó a besarme la mejilla y luego atacó mis labios.

Me aparté intentando contener las lágrimas.

-Lo siento...lo siento tanto...

Le miré.

-Me habría quedado contigo si hubiese estado en mis manos...

Acaricié su angelical rostro y sin poder resistirme volví a besarle, él me agarró de la cintura y me acercó a él.

-Nunca jamás dejé de quererte y nunca estuve con nadie, esperé años y años a que este día llegase.

Sonreí y unas lágrimas cayeron de mis ojos.

-Te quiero.-Murmuró.

-Yo más.-Sonreí.

Nos besamos tiernamente.