Eden HAZARD

1.6K 59 0
                                    

-Tengo miedo...

-Tranquila, muñeca, no nos va a pasar nada.

Me besó.

Estábamos de camino a Londres para comenzar mi nueva vida con Eden. Me había escapado de casa para estar con él, nunca les había dicho que tenía novio, porque ellos son muy cerrados de mente y no me habrían dejado verle nunca más.

Le conocí de casualidad en una jornada que el vino con el Chelsea a Liverpool, nos conocimos por cosas del destino, pero mi tímidez le gustó, y terminamos siendo novios, uña y carne, inseparables.

Era de noche y el chófer conducía dirección a nuestro destino. Yo miraba por la ventanilla en silencio mientras él acariciaba mi pierna.

De repente sentí como subió la mano.

Le miré. Él se acercó y comenzó a besarme mientras miraba al chófer nerviosa.

-Shhh...tranquila, no nos oye.-Sonrió.

-¿Aquí?

-Quiero que me quieras un poco, bombón.

Me cogió y con delicadeza me sentó en su regazo. Comenzó a besarme despacio y yo agarré su cara para saborear sus labios.

-Tengo unas ganas de llegar ya...para disfrutarte al máximo.

Sonreí.

-No me arrepiento de haber hecho esto, quiero que estés conmigo, conmigo no te va a pasar nada.

Le besé.

Subió su mano y la metió en el pantalón haciendo que me excitase al momento.

-No...espera...

Sonrió.

De repente, el coche dio un frenazo, y  él me sujetó para que no me diese de bruces con el asiento de delante. Al mirar que había hecho frenar al coche vimos el coche de mi padre aparcado en la mitad de la carretera.

-¡BAJA AHORA MISMO DE ESE PUTO COCHE!

-Déjame a mi.

Eden bajó, yo bajé con él y mi padre le apuntó con una escopeta.

-Hijo de puta, así que eras tú...devuélveme a mi hija.

-No. No me voy a ir con vosotros. Él es mi novio, os guste o no.

Eden me puso detrás de él. Vi como mi madre se bajó y me miró con lágrimas en los ojos.

-Te has convertido en una buscona.

-Pues esta buscona se va para no incomodaros más, que sepáis que a partir de hoy, ya no soy vuestra hija.

Tiré del brazo de mi novio y nos subimos al coche para seguir nuestro camino. Al pasar el coche por el lado de mi padre sentimos como el impacto de una piedra dio con la carrocería.

El resto del viaje me la pasé llorando en los brazos de Eden. Me estrechaba en su pecho y me aliviaba con sus palabras más sinceras para que me recompusiese lo más pronto posible.

Llegamos a su gran piso de Londres.

Allí el lujo y todo lo que tenía me dejó abrumada y algo fría. Él me abrazó por detrás y se giró a mirarme.

-No sé si esto es lo correcto y tampoco sé si...-Lo callé de un beso.

-A la mierda todo eso...hemos deseado estar solos tanto tiempo, ¿y ahora nos vamos a poner a hablar?

Se sentó con las piernas abiertas en el sofá y yo me senté a horcajadas encima de él.

-Mira en lo que convertiste a esta niña  inocente.-Susurré.

Acarició mis pechos mientras nuestras lenguas chocaban y nuestra ropa caía al suelo.

-Un placer fue quitarte esa inocencia...-Dijo en mi oído.

Besé su cuello con delicadeza para finalizar con un chupetón. Él agarró mi trasero con fuerza y se puso de pie conmigo rodeándole la cintura mientras estaba semidesnuda. Me llevó a su cama, a esa gran cama en la que tantas veces hemos dormido, y nos hemos querido.

Me besó y me dejó con delicadeza allí mientras sus grandes manos se deslizaban por mi cuerpo al igual que sus labios.

-Sabes a gloria...-Murmuró.

Arqueé la espalda y jadeé sorprendida intentando no gritar.

-Vamos a estar así día y noche, no te imaginas la de veces que me has hecho tanta falta, Cami.

Nos besamos.

-Te amo tanto.-Susurró en mi oído.

-Te amo más, cariño, mucho más.

Nos besamos y acabamos fundiéndonos en uno mientras la tarde caía en la capital inglesa.

One shots (Pedidos cerrados)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora