Sergi ROBERTO

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En el minuto 95 por primera vez, pude oír el silencio en el Camp Nou.

Sergi chutó y el balón cayó dentro.

6 - 1 contra el PSG.

Grité al igual que todo el banquillo y nos abrazamos entre nosotros mientras celebrábamos el milagroso gol.

Pasabamos a cuartos.

El árbitro dio el pitido final y yo miré a Sergi sonrojada mientras él me dedicaba las mismas sonrisas de lejos.

Hoy daba la casualidad de que era nuestro aniversario, y sin lugar a dudas ese había sido el mejor regalo con diferencia.

Llevaba ya dos años con él. Dos años desde que me pidió salir en los Búnkers de Barcelona delante de aquel maravilloso atardecer.

-¡Hermanita!

La voz de Gerard me sorprendió y me giré a mirarle sonriente, este me abrazó.

-Lo merecéis tanto hermano, este títo es vuestro.

-Gracias, pequeña, gracias.

Nos volvimos a abrazar.

A él sobretodo tenía que encubrirle mi relación, porque era muy celoso y muy sobreprotector. Algunos de los jugadores lo sabían, pero él no, si no me había obligado a dejarlo.

-Julia...

Me giré al ver sus ojos claros mirándome.

-Hola Sergi.-Me sonrojé.-Enhorabuena.

Gerard se quedó ahí de pie como un policia.

-Gracias, estamos muy felices.-Sonrió.

Me acerqué venciendo la vergüenza y lo abracé.

-Julia, ya.

-Qué pesado, tío.-Murmuró Sergi.-¿Vendrás esta noche al Shaoko para celebrar el triunfo no?

-¡Obvio! Hay que celebrar esto.-Sonreí.

El me sonrió como tonto.

Después de todo aquel alboroto me puse mi mejor vestido y como era obvio, engañamos a Gerard con el local y en realidad fuimos a otra discoteca a celebrar el triunfo.

Mi móvil no paraba de vibrar en el bolsillo.

Sergi y yo bailábamos pegadísimos y su mano a veces se deslizaba por mi trasero mientras sus perfectos labios besaban los míos.

-Los dos mejores años de mi vida.-Dijo en mi oído.

Me reí.

-Lo mismo digo, cariño.-Susurré en su oído.

Nos besamos.

La noche continuó de una forma maravillosa. Baile y muchas risas, además de mucho amor entre Sergi y yo, que no me dejaba tranquila, bailábamos, nos besábamos y nos abrazábamos.

-Nena, ven un momento, quiero hablar contigo.

Le seguí y fuímos a la terraza del local, estaba sola por completo y las vistas eran espectaculares.

-Julia.-Me agarró de la mano.

Le miré.

-¿Sabes que te quiero no?

Asentí.

-Yo también...

-Lo sé, amor.

Me acerqué a besarle.

-Por eso en esta noche tan especial, quiero...pedirte algo.

Le miré en silencio.

Sacó de su americana una cajita.

-Jamás creí en el amor, y jamás pensé que viviría un momento así, pero desde que te vi en la enfermería del club, supe que tenías que ser mi mujer.

Abrí los ojos como platos.

-Desde el día que me curaste supe que llegaría este momento.

-Sergi...-Dije a punto de llorar.

-¿Quieres casarte conmigo?

Se arrodilló.

-Gerard me matará pero no me importa.-Sonrió.

Me reí.

-Claro que sí...-Sonreí con lágrimas.-...claro que quiero casarme contigo, Sergi.

Nos abrazamos con fuerza y lloramos en el hombro del otro.

-Prometo hacerte feliz, prometo hacer lo imposible por ti.

Sonreí y me abracé a él.

One shots (Pedidos cerrados)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora