Esta historia es desde aquí en adelante un fenómeno que describe así los cuentos de hadas como obras dónde siempre han acabado con una final feliz. Un príncipe encantador, una princesa hermosa, el famoso beso, las andaduras de la antagonista bella y...
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Aún no había amanecido y ya me encontraba en frente de la fachada de aquel edificio. La puerta estaba abierta así que entre y la cerré muy despacio. Se oyó de fondo el rugido de algún mueble rodando por los suelos. En eso subí las escaleras que tenía delante de mis ojos y subí hasta la primera planta en la que cual ví vacía. Con una espléndida vista del mar y un olor a incienso y café, un señor mayor tocio detrás de mi y me giré de repente.
—Tu debes ser Cateo ¿cierto? me han hablado de ti y sinceramente esperaba tu visita por aqui. Coge asiento y ponte cómodo.—dijo tras mirar su agenda en color púrpura. Dejo la taza de café que tenía en sus manos y se sentó en el sillón.
Por mi parte me acosté en el sofá largo que daba para las vistas de las que quedé enamorado hasta hace unos segundo y volví a mirar al señor con cierta inseguridad. No me encontraba cómodo en aquel lugar. Oscilaba a ser un tanto repelente.
—Bueno Cat, descríbete en tres palabras.—abrió una libreta en blanco y sacó un bolígrafo. Se bajo las gafas y me miró con cierto resguardo.
—Soñador, tímido y enamoradizo.—asumí mirando al techo por si estaba de acuerdo y acorde a como era. No sabía para donde tirar entre tantos pensamientos.
—Estupendo y ¿cual es tu mayor temor actualmente?—se mordió el labio para captar mis adentros. Yo le miré frunciendo el seño. Se pensó que iba a sacar lágrimas pero estaba bastante equivocado. Jugué con las manos intentando saber cual era mi temor hasta que dí con el.
—Pienso que es...quedarme solo. Sentirme solo y abandonado.—le volví a mirar a los ojos. Mis ojos se habían vuelto lagrimosos cuando me imagine un mundo solitario en el que nadiem hacía caso.
—Siento que estas tenebroso Cat, hay algo que no consigo entender. Tu amigo, Zack, me contó maravillas de tu personalidad y carácter. Eres creativo, respetuoso, paciente, carismático, artístico, soñador como bien dices, realista y sobre todo eficaz. Tienes coraje, eres justo, valiente y terco pero ¿porque te ves tan nublado?
—Es ahí a dónde quieres llegar ¿no?—uní mis dedos índices y miré al suelo ante un suspiro largo.
—Puedes decir lo que sea, estas en tu momento de soltarlo todo.
—Jamás supe que el enamorarse fuera algo de locos ¿sabes? Pero todo es bastante caótico.—mi voz tembló a razón de lo que iba a explicar. —Todo comenzó cuando llegué aquí, a este punto de mi vida. Desde muy pequeño siempre me imaginaba las cosas como detalles mágicos e irrelevantes. Mi madre pensaba que estaba en la paranoia.—reí. Pero mi mundo de hadas cambió cuando mis ojos se proyectaron en la córnea de un chico llamado Damien. Me enamore a primera vista y sí, me obsesione de su forma de ser, de sus ojos, de su pelo, de su rostro, de forma de vestir, de su forma de reír...pero, todo fue una ilusión.—salió una lágrima de mis ojos. —Estaba dando mi corazón a alguien a quien creía que estaba enamorado de mi...—empecé a llorar de manera leve. —Me sentí usado ¿entiendes? me sentía destruido y decepcionado. Estaba muerto. Mis sentimientos parecían cuervos muertos después de comer carne caducada y el solo se limitaba a darse idas y venidas sin preocuparse ni un solo minuto por mi.
