Capítulo 14

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A tan solo un día después de haber sido elegido por la profesora para ejercer mi papel como la dama protagonista de la obra, Melody no pudo contener los nervios al enterarse de la noticia

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A tan solo un día después de haber sido elegido por la profesora para ejercer mi papel como la dama protagonista de la obra, Melody no pudo contener los nervios al enterarse de la noticia. Enfocado y plasmado sobre un póster junto a Zackary y chicos de otras clases; El Castillo en el Cielo fue así por dado el nombre de la obra teatral entre purpurina y focos.

—¡No me lo puedo creer! Cat...estas radiante y te ves muy contento.—dio un par de codazos mientras ponía cara de entusiasmo. —¿Cuándo empezáis los ensayos?

—Creo que esta tarde pero todo depende de lo que haga la profesora entre sus clases ¿tienes pensando ir a vernos?

—¡Por supuesto!—cogió mis manos. —Es que es tan emocionante y de segura será precioso para el final del curso, estoy sin palabras solo con pensarlo.

—Tranquila Mels, aun queda mucho por hacer.

—Lo sé, pero es que se me hace hasta raro verte actuar de chica.

—Ya...la profesora no me dejo ni hablar cuando le cambio el papel a la chica que ya lo tenía.—miré al suelo.

—Da igual, seguro lo haces mejor que ella.—sonrió muy pícara. —Y por ahí viene tu caballero andante.—dijo viendo a Zackary saliendo de clase. —Yo me tengo que ir al examen de filosofía. Te veo luego.—se marcho a las prisas en lo que venía Zackary hasta las taquillas.

—¡Hey!—saludo abriendo su taquilla para dejar unas carpetas en lo que hizo caer una nota de color azul al suelo. Zackary la cogió y la miró. Se echo una sonrisa torcida y me miró con la nota en la mano. —Por esto paso de tener pareja.

—¿Que pone?—cogí la nota. La nota decía; Quiero ser tu doncella. A lo que Zackary rió y cerro la taquilla. Cogió la nota de entre mis manos y la rompió tirándola a la basura más cercana.

—Tienes una doncella...—puse voz de intriga.

—Paso.—dijo muy seco.

—¿No quieres saber quien es esa anónima?—me acerqué a él.

—Prefiero centrarme en la obra.—asumió con la mirada.

—Ya...pero tendrás el verano para conocerla y averiguar quien es.—puse ojos de cordero viendo que sería una bonita historia de la que contar.

—En serio Cateo, céntrate tu también.—me puso el dedo índice en mis labios y se marcho muy recto.

En eso me giré y marché hasta el recreo y me puse al lado de la cafetería. Vi un banco a lo lejos y quise sentarme mientras en lo que Melody acababa de hacer el examen. En ese instante dos chicas salieron de la cafetería muy pegadas y se juntaron con Damien quien estaba esperando sobre una columna. Los tres juntos se saludaron entre besos y abrazos y se sentaron a un unos metros de mi. Damien no me apartaba ojo mientras le miraba por el rabillo de ojo. Me sentía intrigado y cauteloso del que iban a hablar. Los tres parecían las hienas del Rey León y eso me daba muy mala espina.

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