Capítulo 9

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Justo cuando los planetas parecían alinearse y la historia daba un giro de tuerca, comenzaron a su vez la preparación del baile de otoño

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Justo cuando los planetas parecían alinearse y la historia daba un giro de tuerca, comenzaron a su vez la preparación del baile de otoño. Iba a ser algo grande, simple pero a la vez elegante y yo aún seguía comiéndome la cabeza con mis tonterías. Los chicos iban como locos por los pasillos en busca de una pareja, un tópico jamás visto en todas las escuelas y las chicas como siempre parecían tímidas, en grupos de tres y con la melena suelta para causar buena tentación.

No más lejos de la realidad recordé aquel día como algo geométrico pues llegué algo mojado por las brisas de por la mañana hasta el pasillo de las taquillas para dejar algunos libros en el casillero.

—¿Ya te has enterado del noticia?—llegó Melody con Zackary agarrados del brazo como si fueran un matrimonio feliz. —Es dentro de nada y ¡adivina quien será mi pareja!—tembló la mandíbula inferior.

—Pues, ¿el?—señale a Zackary en lo que Melody respondía con un sí moviendo la cabeza como si hubiera reencarnado en el cuerpo de un chihuahua.

—Yo espero que encuentre a tu pareja ideal para el baile, ya sabes que esto no sucede nunca.—soltó un beso de aire con la mano y se marcho zarandeando de un lado a otro.

Dichosos los ojos. Iba a quedar el último en un día especial pero no. Justo mi bombilla volvió a hacer chispa cuando procedía Damien de las escaleras del piso de arriba. Venía hacia mi con aquel uniforme del que solo se ponía una vez cada tres siglos. Peinado como un niño bueno se colocó la chaqueta y apoyó su mano en las taquilla.

—Buenos días Cat.—saludo en un tono más bien tierno pero salvaje como si pidiera a gritos un camión de bomberos para que le apagaran el fuego interior.

—¿Estas pensando lo mismo que estoy pensando yo en cuanto a lo que me ibas a decir? por que sí no es así ya vas retrocediendo. Me quedaré en casa viendo una película con palomitas, la luz encendida y una gran botella de coca cola.—cerré la taquilla de un portazo.

—Sinceramente, te lo iba a ofrecer...pero viéndolo así mejor, otro año.—encogió de hombros e intento irse pero le cogí del brazo y le hice girar viendo su cara de todo me da igual.

—¡No! a ver, pensé eso de ti pero sabiendo que me lo ibas a decir, sería todo un placer ¿no?—arqué una ceja algo indispuesto. —¿Verdad? ¿me estas diciendo que ya ha venido alguien a ofrecértelo?

—¡¿QUE?! deja de decir tontería, nos vemos más tarde.—me dio una nalgada inesperada y se marcho sacando la lengua.

Hoy estaba carnívoro. Veía pasión desgarradora en sus ojos. Un grado más en aquel pasillo y las taquillas podrían derretirse de la nada, en cambio, aún quedaba mucho por ver aquel día.

Cogí la mochila y me fui hasta el auditorio dónde me estaban esperando para empezar la actuación sobre el baile de otoño. Al ser el primer baile, el profesorado nos había puesto una coreografía suave para ir calentando músculos y así hacer pasos fáciles.

Siempre ángeles © ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora