¡El hombre más fuerte del mundo!

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Rock y Rossette continuaban con su travesía hacia el reino de Fianna. Ya habían pasado dos días enteros desde que se habían alejado de Fillia; el muchacho peliazul no podía creer que aún no hubiera noticias de estar cerca de Fallatia. Por otra parte, la señorita de cabello castaño estaba más serena, como si supiese que para llegar a aquel pequeño reino aún faltaban varios días de camino.

Rock seguía quejándose y preguntando a Rossette si ella no sabía cuánto tiempo faltaba para llegar a su destino, pero la chica hacía caso omiso a las quejas del habitante de Risko. Sin embargo, en medio de su insistencia, el muchacho dejó de hacer preguntas al ver un pequeño poblado empobrecido, al que no dudó en acercarse. Rossette le siguió.

—Parece como si este lugar hubiese sido arrasado por alguna clase de desastre—decía Rock a la chica mientras veía las chozas de maderos y las calles en mal estado.

—Estás en lo correcto. Aquí sucedió una guerra, pero eso pasó hace 100 años, cuando el reino de Fallatia trató de ampliar sus fronteras. Fue una guerra geoplítica que modificó al continente a lo que es actualmente, salvo por el dominio de Fianna. Creo que nos encontramos en el distrito de Rashopon, uno de los lugares más marginados alrededor de Fallatia. Esta es tierra de nadie, no pertenece a ningún reino. No obstante, a costa de su independencia, se han visto arrastrados a la escasez: no tienen lazos comerciales ni de intercambio con ningún otro lugar.— Explicaba la lista mujer, mientras seguían recorriendo aquellas vías, observando a los habitantes, algunos con cara de tristeza, otros ya sin expresión en el rostro. No se veía mucha felicidad en aquellos lares.

De repente, ambos chicos presenciaron a un grupo de 5 adultos intimidando a dos niños de no más de 9 años.

—Dile a tu estúpido maestro que tiene un día para pensarlo— Alegaba uno de los hombres con mala cara.

—¡Azuma-sensei no le tiene miedo a nadie! ¡Su maestro y ustedes son unos zopencos!— Contestó valientemente uno de los pequeños.

—¡¿Te estás burlando de nosotros, chiquillo?! ¡Ya verás con quien te has metido!— Respondió el mismo sujeto, y luego el grupo de cinco hombres se propuso a atacar a los menores.

Rock y Rossette estaban a punto de entrar en acción para ayudar a los niños. Sin embargo, aparecieron dos nuevos hombres a gran velocidad. Uno era alto y fornido, de alrededor de 40 años, con una barba unida a la patilla, estilo stubble y cabello corto de color rojizo brillante; su torso grueso y marcado estaba desnudo, mientras que para la parte inferior de su cuerpo llevaba unos blancos pantalones y unas sandalias de madera, además de cintas de color negro rodeando sus muñecas. El otro hombre que le acompañaba era más joven, su edad rondaba los 28 años. Era menos alto y más delgado que el hombre maduro, pero también poseía un cuerpo bien trabajado. Tenía cabellera gris, al igual que sus ojos e iba vestido de manera similar al hombre pelirrojo, con la diferencia de que el joven llevaba una camiseta de tirantes con el kanji "pelea" sobre su indumentaria. Ambos hombres se pusieron frente a los sujetos, formando un obstáculo entre éstos y los pequeños.

—No creo que sea bien visto que cinco adultos en plenitud le peguen a dos pequeños niños— El hombre pelirrojo hablaba con cierta amabilidad y sermón al mismo tiempo.

—Azuma-san, creo que ellos son discípulos de Ryuuza— El joven adulto de grises hebras interrumpía al mayor.

—¡Azuma-sensei! ¡Y Gael-san también!—Exclamó el niño que aún no había hablado.

—¡Ja, al fin aparece este tonto! Entonces te daré el mensaje personalmente: Ryuuza-sama quiere retarte a un combate. Si él gana, tu dojo se disuelve y pasarás a ser su esclavo personal. Pero en el remoto caso de que pierda, te dejará en paz y se largará de este mugroso distrito. Eso sí, si no aceptas, entonces destruiremos tu dojo y acabaremos con tus alumnos a la mala, como pasó con los dos sujetos de la última vez jajajajaja— mencionaba con voz estridente el hombre al frente de los cinco rufianes.

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