Recuerdos: Motocicleta y Lamborghini

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El la había guardado como un maldito trofeo: la maldita motocicleta con la que lo había perseguido hace tiempo, despues de que el muy maldito escapó de Arkham, después de darme electrochoques.
Y en un segundo la realidad se esfumo y comencé a oír el ruido del motor de la motocicleta en la carretera.
A lo lejos podía ver su Lamborghini rosa, —o bueno, morado— correr en la carretera a toda velocidad. Acelere la velocidad de mi motocleta, en realidad no era mía, la había robado, fue algo que no se ni por que hice, pero bueno, ¿En que me quedé?. A si; acelere la velocidad de mi motocicleta hasta que estuve junto a la ventana de su auto, el solo iba riendo.
Lo voltee a ver intentando no separar mucho mi vista del camino, el dejo de reír aunque no creo que en ese momento se allá dado cuenta de mi presencia. Lo voltee a ver de nuevo con el ceño fruncido y el me vio, el muy maldito se puso una mano en la cara, como cuando vas en el autobús y ves a alguien conocido pero no quieres que te vea. Lancé un rugido de enojo y acelere para quedar frente a el. Tome la motocicleta por un lado hasta voltearla y la monte de pie hasta que se detuvo obstruyendo el paso del Lamborghini. Deje la moto, caminé y me puse frente a su auto, el freno centímetros antes de atropellarme.
—Tu —dijo juguetón.
—No me vas a dejar —dije casi en un susurro con desesperación —¡No me vas a dejar! —esta vez grité con enojo y golpee el cofre de su auto.
—Eres un verdadero dolor en el trasero — sentencio con una sonrisa maliciosa.
Abrió la puerta de su auto y se bajo. Casi al mismo tiempo un tráiler se paro detrás de su auto.
—¿Ya terminaste? —refunfuñe —. Todo lo que dijiste —camimé hacia el —. Con cada examen, cada prueba, cada iniciación —en ese momento en mi voz no había nada mas que dolor —... Probé que te amaba —sentencié —. ¡Solo acéptalo! —esta vez parecía que le rogaba.
— Entendí. Entendí — en su voz había algo, parecía que están harto de mi —. Yo... no soy alguien que pueda ser amado —dió un fuerte aplauso frente a su cara y la mía —, soy una idea, un estado mental.
Sonaba el claxon de el camión que estaba detrás del Lamborghini. Comenzó a caminar al rededor de mi mientras me decía:
—Ejecuto mi voluntad de acuerdo a mi plan.
Yo cerré mis ojos con dolor.
—Y tú, doctora... —con cada palabra me lastimaba más y más, cada vez mi corazón se iba destruyendo —no eres parte de mi plan
—Dejame entrar —refunfuñe —. Te prometo... Dejame entrar —rogué con dolor —, te prometo que no te lastimaré.
—¿Una promesa? ¿Una promesa? —dijo con enojo.
El Sr. G comenzó a reír maniáticamente. El trailero se bajo de su transporte y grito:
—¡Oye, estúpido! —se lo dijo al Sr. G, lo cual me hizo enojar.
El trailero era la típica imagen de... pues de un tráilero: sucio, grosero, maleducado y vestido como el estereotipo lo dictaba.
—¡¿Podrías gritarle a tu perra en otro lugar?! — y esa fue la gota que colmó el vaso.
Tome la pistola que el Sr. G guardaba en su saco y la levante, por un segundo pareció que apunté al Sr. G, en realidad apunte a la cabeza del sujeto del tráiler y... ¡Qué puntería! Ya que di justo en el centro de la cabeza.
— Iba a decir: "yo no haría eso si fuera tu" —dijo con una gran sonrisa refiriéndose a que parecía que le dispararía a el.
Le apunte a le ahora a la cabeza.
—No me lastimes —levanto las manos y uso un tono de burla en la voz —. Voy a ser tu amigo —continuó con ese tono de voz de burla.
Suspiró.
—Hazlo... Hazlo, hazlo, hazlo, hazlo.
—¿Mi corazón te asusta y un arma no? — pregunte con dolor conteniendo mis lágrimas.
—¡Hazlo! —gritó con enojo y me arrebató la pistola en un movimiento rápido y violento.
Soltó una risa macabra y el mismo se apuntó con la pistola en la cabeza.
—Estabas tan loca que pensaba que estabas demente —cometó —. Vete —dijo serio y en sus ojos había desesperación y enojo, pero al mismo tiempo... había algo más ¿preocupacion?
Me dio una fuerte bofetada y caí al suelo casi inconsiente, veía borroso y apenas y podía percibir algo, lamentablemente pude percibir que se orinó en mi.
El recuerdo me había atormentado dolorosamente muchas noches, pero nunca se había sentido tan real.

—¿Harley? — la voz de mi amiga comenzaba a sacarme de mi transe —. ¡Harley! ¿Estas ahí?
—Si —dije con un hilo de voz.
Me miró con preocupación durante unos segundos y dijo:
—Ammm.... El camión ya esta, lleve algunas cajas de cosas tuyas y algunas que solo creí que serian tuyas, espero que no te moleste.
—No.
—Bien, terminemos con esto y vámonos.
—De acuerdo.
Continuamos guardando cosas, con cada cosa que tomaba luchaba por que los recuerdos no me atormentaran de nuevo. Cuando terminamos llevamos todo al camión y salimos. Solo faltaba una caja.
—Bien, esta es la última, la llevamos y subimos al camión.
Pero yo no me iba a ir hoy en ese camión, tenía otra idea de transporte...
—Adelantate, roja, ahora voy.
—¿Por qué? ¿Qué harás?
—Luego te explico. ¿Bien?
—Bien, te esperaré en el camión.
Asentí. Fui hacia donde la moto, logre encenderla y salí de ahí con ella. Llegue donde Hiedra.

—¿Y eso? —dijo refiriéndose a la moto.
—Mmm... Mejor te cuento en casa.
—Bien —encendio el camión y nos fuimos.
Íbamos a toda velocidad y estoy segura de que, por lo menos, habíamos roto diez reglas de tránsito. En nuestro camino nos cruzamos con el Lamborghini morado y cruzamos miradas, yo lo vi con odio y dolor el con sorpresa y.... ¿preocupación?
De nuevo estaban lado a alado motocicleta y Lamborghini.

Espero que les haya gustado. Use esta escena:

Es de la película de: Escuadrón Suicida.
Quizá sea algo confuso ya q estoy usando escenas de comics y la película, pero espero que les guste. Dejenme su opinión en sus hermosos comentarios.
Amor, besos y un abrazo psicológico.

Te necesito, mi horrible amor (Harley Quinn/ Harlivy/ Jarley) [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora