Capítulo 7

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Wesh

-¡Mierda!, ¡Mierda!, ¡Mierda!-.

Como rayos pude ir y ser así de directo, obiavemnte no me creería. Y aparte de eso llegar desnudo, bueno como animal no había problema pero como humano claro que se  asustaría.
Luego... Sentí mis mejillas arder. Esto es tan nuevo para mi.  Lanzarme su ropa para que me vistiera, por suerte estos pantalones son negros y no rosas o de algún color femenino.
Vaya que son  incómodos...

Empeze a recordar, como estaba ahí tirada en el suelo, sus ojos hinchados de tanto llorar, su piel lastimada.
Realmente se veía mal.

Senti  mi cuerpo vibrar, había  sentimientos encontrados dentro de mi, supuse que esto se debía a este nuevo cuerpo, y vaya que era difícil manejarlo.... supongo que esta parte humana me hace ser así....

Tal vez pueda ganarme de nuevo su amistad, ella no se veía muy bien, quizás pueda llevarle comida y agua.

Lo pensé por un momento y decidí ir a buscar comida, no quería alejarme tanto... Así que empeze a buscar bayas, encontré algunas.

Busque algún artefacto que pudiese servir para llevar agua
Y emprendí  mi viaje convirtiéndome en águila  en busca de algún río,  no tardaría demasiado así que, espero y ella este bien...

Mi vista de águila  me dejaba ver con ejemplar perfección, sentir el aire en mi, me provocó una sensación de extasis inexplicable.
A lo lejos  encontré una desembocadura de un río y baje.

Al llegar me convertí en perro, recordando mi desnudez.
No querría sorpresas de nuevo.

Al acercarme al río pude observar una aldea, no dude que tal vez ahí,  podría haber algo más decente de comida para llevarle, así que me adentré.

Me encontré con una pequeña niña, sus ojos se posaron en mi, y una sonrisa se dibujo en su rostro. Pude ver que se acercaba a mi.

-Hola perrito-. Al verla de cerca me di cuenta que no pertenecía a la raza humana.
Ella me parecia una especie de elfo. Supuse por sus orejas puntiagudas y aquella nariz que bajaba de su frente con singular rectitud.

Empezo a tirar de mi oreja, me llevaba hacia su aldea.
Al llegar pude ver, una exquisita estructura, la aldea esta formada por hermosos árboles gigantescos que por dentro se convertían en hogares.

La niña me llevo con su madre,
una mujer alta con unos ojos marrones que denotaban seriedad, con orejas puntiagudas y un vestido rojo hasta el suelo, su pelo castaño  adornado por unas flores que desprendían un delicioso aroma.

-¿Me lo puedo quedar mami?

La mujer me miró sería y la observó.

-Ya te eh dicho que dejes de traer animales, el es parte del bosque y no podemos tenerlo con nosotros, o no es así ¿cambiaformas?.-

Mis ojos se abrieron como platos al ver que ella noto que yo no soy sólo un perro...

-Sal de aqui Éstel,  tengo que hablar con el.- Su mirada fue directo hacia mi, sevéra y preocupada.

La niña giro en sus pequeños talones y se fue. Cerrando la puerta de su casa.

Y ahí estaba yo, parado con una mujer que sabía más de lo que yo podría manejar.

-Puedes mostrarte cómo eres-. Giro su cabeza

Y asi fue, en un parpadeó me volví de nuevo a mi versión humana.

Aquella mujer se dio la vuelta y sacó de un cajón unos pantalones cortos, y los aventó  hacia mi, como por arte de magia mis manos los atraparon.
Me los puse lo más rápido  que pude, su color café me recordaba a la madera mojada.
Realmente eran cómodos

-Gracias-. Dije intimidado
-De nada, ahora dime, ¿Que haces en mi aldea? Ella giro y posó su cara sobre mí, sus ojos me atravesaron.

-Yo.. vine a buscar agua para una amiga que esta en problemas.
Y me encontré con su hija...
-Muy bien.- su cara no tenia expresión alguna.
Se dirigió a su cocina, podía verla desde mi lugar, sacaba un canasto y lo lleno de fruta y pan, agarro una cantimplora de un material extraño y la relleno de agua.

Se acercó a mi, y alargó su mano entregandome  aquelló.

-Espero que lo regreses cambiaformas-. Me dijo seriamente, casi como una orden.
-¿Por qué  me ayuda?. Dije de puro impulso, Este cuerpo reaccionaba sólo, aún  me es difícil controlarlo.

Ella sonrió. Aquella mujer sería, me había regalado una sonrisa.
Tocó mi hombro desnudo con delicadeza

-Eres un cambiaformas, existen muy pocos en este lado del bosque, y pronto necesitaremos tu ayuda. Te esperó de regreso con mi canasto-.

Agradecí con un gesto por aquella ayuda que sabía pronto tendría que pagar.
Pero Selene me necesita, y ella es mi prioridad.

Corrí de aquella aldea con esos pantalones desentes que me habían regalado, en mi mente no había otra cosa más que Selene, Sentí mi corazón doler por haberla visto en aquellas condiciones, tan rota sin nada de esperanzas.

Llege después de un par de horas.
Por suerte los cuervos no habían regresado en mi ausencia.

No quise acercarme demasiado pero a lo lejos la vi, en aquella cueva, tan fría e incómoda, su pelo blanco ahora estaba sucio, sus ojos ya se habían desinflamado, pero su cuerpo seguía  magullado aún.

Sentí como mi estomago se endurecia de ira, al verla tan susceptible.

Sentí la necesidad de protegerla, de brindarle un abrazo y decirle que estoy aquí para ella, que la protegere de todo.
Pero...sabía que aún no era el momento.

Ella se recostó en aquel horrible suelo de la cueva, sucio, que no merecía que su delicado cuerpo estuviera sobre el.

¿que estoy pensando?

Sentí mis mejillas calientes de nuevo. Creo que estaba exagerando al pensar eso.

Aproveche ese momento en el cual ella se puso en posición fetal y deje el canasto muy cerca, a su alcance.

Pude observarla de cerca y admirar aquellas pestañas blancas que adornaban su piel canela, resaltaban de una manera extraordinaria...
Abrió sus ojos de pronto y me miro. Con aquellos ojos negros que me quitaban el aliento. Sentí algo extraño en el estómago.

¿Que mierda me pasa? Me pregunté de nuevo.

Ella se levantó del suelo como pudo y observo el canasto.

-¿Que quieres?Frunció su ceño

-Traje comida y agua para ti.

-Bien, gracias-. Vaciló  un momento y agarro el canasto.

Lo jalo hacia ella, y abrió la cantimplora, bebió el agua de una manera fantástica, en un solo tragó.
Y yo no podía quitar los ojos de ella.

-¿Qué?.-Me miró severamente, ¿acaso nunca viste a una mujer tomar agua?

-Yoo..- me quedé sin palabras.

-Puedes irte..- Giro y me dio la espalda.








Ocultandome Del Demonio #MásAlládelaPluma2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora