Presentación

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Los pseudo ojos de Ágata pararon en seco en mi cuello, esa mujer me veía de arriba a abajo pero se detuvo ahí.

-¿Que es ese cristal que llevas en el cuello?-. Las piedras en sus ojos brillaron, Y mi corazón se aceleró dado que no recordaba el cuarzo, esa podría ser mi salida...
-¿Esto?- señale con mi dedo la rosa de cuarzo. -Una baratija que me dio mi padre, y ahora bien "Ágata" ¿Para qué se supone que estoy lista?-. Dije con un tono algo altanero.
-Ya lo veras querida, por cierto ese cuarzo se ve horrible con tu atuendo. ¡Dámelo!-. Carraspeó su garganta y extendió su mano.
-¡No! Estoy segura que por eso tienes esos ojos viejecilla, ¡esto es mío! - gruñí y apreté mis dientes. - ¡Ya me quitaron mucho, ¿no crees que es suficiente?!.
-Nunca es suficiente para mí señor.
Puedes quedarte con ese horrible cristal, no creas que me interesa, Solo que no queda con tu vestido-. Giró y me hizo señas de que la siguiera.

Cada vez se alejaba más sin mirar atrás, decidí que lo mejor era seguir así y cuando menos se lo esperarán escapar, tenía que negociar con Melelao que libere a mi amigo, después puedo usar el portal del cuarzo para largarme de aquí. Parece un exelente plan, quizás funcione.

Bajamos las escaleras de ónix con sumo cuidado, las zapatillas resbalan un poco por lo liso del suelo, llegamos hacia un enorme recibidor adornado con flores amarillas que contrastaban perfectamente con el lugar, el piso cambiaba de un negro sólido a un dorado brillante, y ahí estaba el, sentado en un enorme mueble de caoba forrado con piel de lo que parecía ser un oso.

Mi corazón volcó cuando se giró a verme, viste un traje negro con unos lustrosos zapatos que contrastaban con el ahora piso dorado, se paro y empezó a acercarse a mi con cautela, sentí mi boca secarse a cada paso al observar que aún seguía en el cuerpo de Wesh, y lo atractivo que me parecía.
Debo de estar enferma suspire hacia mis adentros mientras el me acercaba su mano.

-No te daré la mano-. Mi voz salió como un suspiro.
Y el mal nacido sonrío, sonrió al verme destrozada.
-Esto es solo el comienzo mi Lunae - Extendió de nuevo su mano, tomándome a la fuerza.
-¿Qué es lo que quieres de mí?- mis ojos se sentían a punto de estallar por tantas lágrimas guardadas.
- Lo que me prometiste hace un tiempo, necesito que recuerdes.- apretó mi brazo fuertemente.
-Prefiero que me lo digas de una buena vez, No sé si pueda recordar algún día, pero quizás podamos hacer un trato-. Traté de soñar tranquila.

-Muy bien, creo que ya estamos avanzando en esta relación - la sonrisa más macabra que había visto en mi vida salió de ese hombre que desconocía como mi Wesh.  - Mira querida, tú me prometiste un par de cosas, pero estoy muy molesto contigo, por qué nunca me mencionaste el hecho de que te irías y reencarnarías como una humana. Ese hecho me tiene tan molesto, que creo que te mereces sufrir un poco más, así como lo hiciste conmigo, por qué adivina que, yo te amaba de verdad, Así que sin más por el momento camina a mi lado, que tengo que presentarte.

Sentí un agudo chillido en mi oído, los nervios inundaron mi cuerpo, mientras observaba cómo se abría una enorme puerta, con incrustaciones de piedras hermosas, que resaltaban perfectamente en el negro fondo.

Al abrir las puertas la luz me cegó un segundo, y lo que vi, arrastró una ligera memoria de lo que fui.

-¡Ya te dije que no! Debo irme lo nuestro no puede ser, cometí un error y lo sabes bien-.
-Lunae, ya fuiste mía, ahora me perteneces para siempre,no importa lo que hagas,estaremos unidos y lo sabes bien-.
-Tú solo jugaste conmigo, sabes bien que te amaba de verdad, pero solo me utilizaste, tu fin nunca fue ese, y yo fui tonta y no quise verlo, un Dios y un demonio será el caos en la tierra, no se en que estaba pensando....

De pronto aparecí en un foro a lado de Melelao, y en la vista de todos aquellos seres infernales que nos rodeaban, me fue desagradable el ver la horrible escena de aquella mujer en la mesa siendo degollada y comida por esos demonios, las brujas con sus horribles ojos de serpiente no dejaban de mirarme y en el techo aquellas personas colgadas de ganchos por sus espaldas, algunas tenían unas heridas en su abdomen que hacía que la sangre chorreara llenando unas copas puestas debajo de ellos.
A lo lejos alcance a divisar una silueta conocida, que hiso que la sangre dentro de mí se helara.
Mi padre... estaba colgado de un gancho...
Gire rápidamente hacia Melelao y lo obligue a mirarme. Sus órbitas negras se posaron en mis ojos.
-Tienes que liberarlo-. Las lágrimas estallaron.
-Querida, para de llorar, entiendo tu felicidad, pero aún no es tiempo-. el muy desgraciado guiño su ojo y giró hacia sus colegas que nos observaban exitados.

-¡Amigos míos, que me acompañan esta noche, se que están cansados de ser una inmundicia para nuestro rey  que nunca nos ah tomado en cuenta, pero eso está por acabarse, quiero presentarles a la mismísima diosa de la Luna aquí con nosotros, ella me donara sus poderes y venceré a aquel que nunca nos tomó en cuenta, seré desde ahora su rey y reinaremos fuera de este estúpido bosque!-.
Los seres infernales empezaron a aullar y a gritar mientras mi piel se erizaba.
¡Mierda! No puedo concentrarme, quiero ayudar a mi padre.
-Melelao, mi padre, porfavor, libéralo, haré lo que mi pidas-. Mis manos lo tocaron con suplica.
-Tengo un regalo para ti, querida-.  Tomó mis hombros mientras su tacto me quemaba, y a lo lejos una luz apuntaba al cuerpo desnudo de mi padre, mientras unos meseros acomodaban las copas debajo de el.
- No, porfavor no, haré lo que me pidas, cualquier cosa-. Terminé incandome mientras el presionaba con fuerza mis hombros-.  Y lo inminente llegó , uno de sus meseros con patas de cabra se acercaba  a mi padre con una lanza que atravesó su entre pierna haciendo que borbotones de sangre salieran chispeando y llenando cada una de las copas que están dispuestas en pirámide, mientras un grito agudo llenaba la sala.
-!Nooo!-. grite con la poca fuerza que me quedaba.
El tacto en mis hombros se hacía más delicado cuando sentí como su cabeza se ponía a mi altura en el suelo.
-Selene, soy yo, tienes que huir, no sé cuánto tiempo podré retenerlo-. Mi lágrimas pararon.
-¿Wesh?

Ocultandome Del Demonio #MásAlládelaPluma2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora