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Al padre de Josh le sobraba dinero pero le faltaba más paciencia y amor hacia su hijo, nunca estaba en su lujosa y gran casa.

 Su madre era muy superficial, prefería ir de viaje a las Vegas con sus amigas que pasar tiempo con él, así que siempre tenía la casa sola.

La mayoría de las veces Josh estaba en casa de Dylan, su amigo no tenía la misma economía que Josh, por eso sus padres se quedaban tarde a trabajar y entre los dos se hacían compañía al ser hijos únicos.

Un día a Josh se le ocurrió la "grandiosa" idea de hacer una fiesta.

- ¿Dylan, por qué no hacemos una fiesta en mi casa?- Dijo a su amigo con una gran sonrisa.

- No lo sé Josh, no tengo plata- Murmuro haciendo una mueca

- No, no, no, el dinero es lo de menos, yo lo pongo-

- Vale, vale, déjame enviar algunos textos- Saco su celular, que había sido un regalo por cumpleaños de parte de Josh

- Sí, haré lo mismo- Josh comenzó a mandar textos a todos sus contactos.

Algunos los conocía de cerca, a otros solo algunas veces había cruzado palabra y de otros ni siquiera se acordaba de sus rostros pero de cualquier forma los invito.

Eran las 9:00pm y una gran cantidad de personas estaban afuera de la puerta de Josh tocando el timbre, él ya se había adelantado a comprar bastantes botellas de diferentes marcas de licor, dejo entrar a la gran multitud y todos comenzaron a saludarlo, algunos rostros los reconocía, otros no, pero todos sabían su nombre.

Eran aproximadamente las 3:00 de la mañana, el lugar seguía casi lleno, Josh estaba acompañado de una chica con mini falda que no dejaba de tocarle la entre pierna, ella le susurró algo al oído y decidieron levantarse e ir a su cuarto.

- Vamos Josh, no me trajiste aquí solo para besos- Dijo sacándole la camisa.

La chica acarició el torso de Josh mientras él comenzaba a apretarle el trasero, le quitó la blusa y dejo al desnudo su brassier el cual ella desabrochó, aprovechando para quitarle la falda, la chica ahora solo llevaba sus bragas color verde.

Al tirar de la falda cayó una bolsita que contenía un polvo blanco, Josh sabía que era, nunca había probado drogas y no tenía la intención, pero la chica miró hacia la misma dirección.

- Oh- soltó una risa- ¿Quieres un poco para tomar fuerzas?- Rió.

La chica se levantó y tomo la bolsita abriéndola, se acerco a la mesa de noche de Josh y exparcio, tomo una tarjeta que traía en el otro bolso de su falda y alineó el polvo, Josh la miraba con intriga y un poco de temor en el fondo, la chica aspiro la mitad, se levantó y lo miró.

- Te toca- dijo alejándose y limpiando lo que le había quedado en la nariz

- Nunca lo he hecho- Dijo sonrojándose un poco, la chica aspiro el polvo que quedaba, tomo la bolsa que contenía más y exparcio sobre sus pechos, lo acomodo y lo miro.

- Pues que sea especial- tomo de la nuca a Josh, lo beso y lo acerco a sus senos.

- Está bien- Josh se acercó y aspiro.

- Muy bien- La chica lo beso y siguieron en lo que estaban.

Después de diez minutos de estar teniendo sexo con la chica Josh comenzó a sentirse muy extraño, tenía más calor de lo normal y sentía sus latidos a todo lo que daba, sentía que el corazón se le salia. Cuando la chica llegó al clímax, él comenzó a reír, se sentía extraño pero muy bien.

Se puso su ropa dejando a la chica en su habitación y bajo, ahí encontró a Dylan con una chica besándose, la chica tenía sus manos dentro del pantalón de este, se acerco y su amigo lo miro, tenía las pupilas dilatadas más de lo normal y sonreía demasiado.

- Josh, ¿Qué te ocurre?- Dijo apartándose de la chica y yendo hacia su amigo

- ¡Es increíble Dylan, debes probarlo!- Lo tomo de los hombros y lo sacudió

- ¡Josh, Josh!, ¿Qué te metiste?- Dijo tomando su cara.

"Eres lo más cercano que estaré del cielo."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora