Locura

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Estaba sorprendida, no tenia idea de quien podría tratarse, solo podía detectar el olor a cuero recién usado que despedía su chaqueta 

-Entonces ¿Quien es la persona nada sociable de la que ustedes dos señoritas, están hablando? -  Los dientes blancos de Mina nuevamente se asomaron de su amplia sonrisa tenia las mejillas ruborizadas.

- ¿No crees que estas siendo entrometido? - Retire su brazo lejos de mi cuello. Entre cerré los ojos intentando mirar con disgusto a mi nuevo amigo entrometido. Me cruce de brazos frente a el, ladeando ligeramente la cabeza haciendo una mueca.

- ¡Que hay! - Sonrió con malicia. No podía entender porque aquel moreno de ojos azules me disgustaba tanto, solo sabia que había algo que me hacia sentir enojada. Por el contrario Mina se encontraba embobada por ese individuo. 

- ¿Entonces... nos disculpas? - Le hice señas con la mano para que se alejara y pudiera seguir con  "mi conversación".

- Espera, porque no dejamos que se quede - Tenía una extraña sensación en aquel individuo, había algo que no cuadraba en todo esto o quizás era yo la que se estaba haciendo ideas sobre todo lo que la estaba rodeando. Pero lo que había pasado esta mañana me tenía aún nerviosa.

-  Me parece bien, hasta luego Mina - Le sonreí, pero justamente aquel chico me tomo por la muñeca.

- Espera, ¿no quieres saber mi nombre? o la ¿Facultad donde estudio? - No podía decir que era más molesto  él o sus preguntas, era más que perceptible que no me agradaba.

- ¿Debería? - Cuestione - Evidentemente si, cualquier persona lo hace  ¡Hola! ¿Como estas? ¿Cual es tu nombre?  es fácil deberias intentarlo alguna vez y dejar de ser tan huraña con los que se acercan a  hablar contigo -  Me sonrió con sarcasmo,  tomo mí mano y la observo unos instantes.

- ¡Que haces estas loco! -  Aleje con brusquedad de su agarre.

- ¿Tienes metal entre los dedos, lo sabias? - Alzo una de sus cejas cuestionándome con sus rasgados ojos azules.

- ¿Que dices? - Me quede anonadada, como sabia sobre lo del metal, no se lo había mencionado a nadie nisiquiera a Alex. El se acerco a mi oído susurrándome.

- Yo tendría más cuidado de hoy en adelante Lindsey Cortillous, te están siguiendo  -   No podía cerrar la boca, sentí como los vellos de la nuca se me erizaban, mis brazos se tensaron y tenía la sensación de un frío helado recorriendome la sangre  rompiendo la sinapsis de mis neuronas.

- Lindsey perdón por tardar pero tu aula esta muy lejos de la mía -  Ahí estaba yo completamente ida. Veía como unos sujetos con túnicas color jade se acercaban ami equipados con una especie de armadura grisácea que se asomaba de la manga de estas. El piso parecia derretirse a cada paso que daban, todo comenzaba a verse como las ondas del agua completamente difuso y en tonalidades oscuras. Sentí como una mano me sacaba del trance regresandome de nuevo al aula de clases.

-¡Lindsey ... Lindsey! - Eran los gritos de Mina y Alex dentro de mi cabeza resonando como campanas.

- ¿Que pasa? -  Me sentía mareada y llena de nauseas igual que en el sueño que tuve hoy.

- ¡Santo Dios! - Alex cubrio su rostro con sus manos - creí que te quedarías ahí como estatua mirado a la nada - 

LA NADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora