Alex y yo nos separamos una hora después. Fui a mi departamento con una pila casi épica de tareas y proyectos para la semana entrante, no sabía por dónde comenzar, pero definitivamente histología no era de mis primeras opciones. Después de estar diez minutos decidiendo si comenzaria por " Funciones de la nefrona" o por "Los principales músculos del rostro" decidí que la fisiología era la mejor opción para comenzar. Cuando al fin termine mi tarea sobre la absorción de los principales electrolitos dentro de la nefrona, opte por tomar un merecido descanso; Así que fui hacia mi teléfono celular. Empecé a rebuscar entre libros, cuadernos y uno que otro lápiz con marcas de dientes en la goma, encontre la tarjeta que Deram me había obsequiado. Abrí el pequeño sobre color paja en el que venía envuelta. Había olvidado casi por completo de que se encontraba dentro de mi mochila.
Era una tarjeta con letras caligrafiadas de forma un poco inusual, se podía leer entre los giros y las pegadas letras manuscritas "Mahana Lincer la gran medium". Era la idea más absurda que había recibido en todo el día. Sonrei con incredulidad. Me senté sobre mi cama y sin esperar demasiado deje la tarjeta sobre esta y le tome una foto para mandarsela a Alex.
- Quisiera contactar a peggy, ¿me acompañas a una de las sesiones más tenebrosas de New york? :) - teclee con rapidez el mensaje esperando que apareciera la palomita de enviado e instantáneamente mande la foto. Peggy había sido mi mascota más preciada. Era una gatita con rostro redondeado y ojos de diferente color. Mi papá me la había regalado cuando tenía trece años. El la habia encontrado semi muerta cuando regresaba del trabajo ese día estaba lloviendo. Recuerdo verlo entrar con los zapatos llenos de tierra y lodo estaba todo empapado; Peggy comenzó a maullar, la alimente y cuide durante dos meses para que se sintiera mejor. Muchos años después peggy murió de vejez, estuve deprimida durante un año entero cuando descubrí lo que le había pasado a peggy. Actualmente mis padres tienen un Husky siberiano llamado Tomás.
Alex no tardó ni dos minutos en contestarme llenándome de mensajes el celular.
- ¡Estas de broma! -
- Suena interesante, deberíamos ir- timbro de nuevo mi celular - También extraño a mi Hamster :(-
- ¿Hablas enserio? - Alex realmente parecía estar entusiasmado por visitar a una supuesta "medium". Alex pasó por mi una hora después en el volkswagen . La dirección indicaba que el establecimiento de Mahana estaba detrás del bar gótico; Era de esperarse que se ubicará en una zona de este estilo.
Dejamos el volkswagen unas cuadras antes de llegar al lugar donde me solucionarian todas mis dudas. De solo pensar en la sarta de tonterías que diría la médium y los supuestos rituales para invocar a los muertos o los demonios más maléficos me causaba gracia. Seriamos estafados pero aun así era algo emocionante.
Alex llamó a la puerta con el número 0176. La puerta era de una madera mucho más antigua que el resto. Sonó la voz de una anciana detrás de la puerta.
- ¡Quien es! - gritó la voz rasposa de la anciana - ¡No son horas de visitar a la gente! - se oía detrás de la puerta. Mire a Alex entrañada, quizás el idiota de Deram nos había tendido una bromita de muy mal gusto.
La puerta se abrió de golpe. Tanto Alex como yo nos asustamos. La anciana tenía los ojos vidriosos e innumerables arrugas por toda la cara, las lagañas amarillentas dentro de sus ojos llamaron mi atención; Miré su cabello estaba hecho un lió, los tubos caídos sobre su cabellera grisácea no ayudaban para nada.
- Buenas noches señora - Dijo Alex en tono amable, para calmar un poco el ambiente que había provocado la mujer con sus gritos, eran muy fuertes estoy segura que todo el vecindario la escucho.
- Estamos buscando a Mahana Lincer - La cara refunfuñona de la anciana se tenso, miró a su alrededor con rapidez. Mire a Alex sus ojos grandes se abrieron un poco más. La anciana parecía nerviosa y un poco asustada, comenzábamos a pensar que no había sido buena idea ir a ese lugar. Miró una última vez a sus alrededores.
- Tienen invitación - susurró la anciana con voz escabrosa que me erizó los vellos de la nuca. Alex tomó mi mano, estaba fría y sudorosa nuestra sensación de burla comenzó a desaparecer. Alex lamia una y otra vez sus labios mientras daba pequeños golpes rítmicos al pavimento con su pie izquierdo.
- Solo tenemos una tarjeta - Tartamudeo Alex. La anciana extendió su larga mano huesuda entrecerrando los ojos la boca tensa. Le di la tarjeta a Alex, la anciana la miro por un momento y pronunció con un hilo de voz.
- Solo puedes pasar tu - me señalo y miró de forma feroz sentí un nudo en todas las vértebras de mis extremidades. Mi aliento comenzaba a agitarse... algo no iba bien. Entre con pasos torpes mirando a Alex con cierta preocupación y miedo. La puerta se cerró de golpe a mi espalda.

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LA NADA
Science FictionLindsey es una universitaria común hasta que cierto día una serie de "eventos extraños" comienzan a darle un giro de 180 grados a su vida. Ella poco a poco se dára cuenta que no solo el bien y el mal conviven a diario en esta dimensión. Aceptando en...