Cerre la puerta de mi departamento de un golpe. Estaba enojada, frustrada y con la cara roja. Era esa clase de enojo desmedido dondé no habia pies ni cabeza y mucho menos una causa razónable a mi edad.
Mi cabeza daba vueltas como esas veces en las que después de subirte a las tazas locas en el parque de atracciones, tenerminas casi por expulsar el vomito acumulado en tu garganta. Me tumbe sobre la cama, dejando que el aire que entraba por las ventanas invadiera mis pulmones, mire al techo y sonreí.
Recobre la cordura tiempo después. Tomé el espejo dentro de mi abrigo era bastante bonito estaba bañado en plata y los bordes habían sido tallados a detalle, parecía una concha. Al mirarlo sentía que el mar mojaba los dedos de mis pies y podía escuchar la briza del mar cerca de mi oído acompañado por el sonido de las gaviotas sobrevolando alta mar. Jamás había estado en el mar pero, extrañamente sentía que había estado ahí toda la vida.
Mi teléfono comenzó a sonar una, otra y otra vez pero en mi cabeza solo existía el azul... y comenzó a nacer la imagen de cabellos color jade bailando sobre ese azul intenso.
Ya no estaba en mi habitación aquella mujer de cabellos color jade parecía una bailarina de caja de musical, la escuchaba reir. El paisaje se torno completamente blanco, por un segundo me sentí en paz. Y sin explicación alguna las sombras de mi sueño se acercaban a ella cada vez más y más. No pude moverme ni gritar para advertirle.
Las sombras con mascaras de porcelana por fin habían alcanzado a la bailarina y... sonreían al atravesar con sus garras su abdomen . Tenia la ropa mojada el sudor de mi cuerpo se habia encargado de ayudarme con eso . Su sangre se plasmo en mis mejillas.
- Ayu...da...me- Jadeo
La puerta se abrió el viento invernal erizo los bellos de mi cuerpo.
-¡Lindsey!- Gritaron
Tenia la vista borrosa y el cabello mojado. Alguien me había tomado entre sus brazos sentía el latir de su corazón agitado.
-¿Alex?-
- ¡Levántate debemos irnos!-
Mi cabeza palpitaba, pero estaba regresando a la normalidad, mire a mi costado el espejo estaba abierto y una grieta recorria ambos extremos.
- ¿A donde vamos?-
- Levántate tu mamá a estado llamándome, no hay tiempo -
Tomé el espejo y subí al auto de Alex era de mañana el caos había invadido la ciudad. Los semáforos no funcionaban, el cielo lucia extraño.
Los autos piteaban sin parar, la gente gritaba, todos corrían sin parar no habia estado inconsciente demasiado tiempo estaba segura de eso.
- ¿Alex ... que esta pasando?
- Eso debería preguntarte, ¿Porque no contestabas el maldito teléfono? Tu madre no a dejado de llamar no le contestaste el telefono en dos días.
-¿Que? Dos días- Era imposible que pasarán dos días, no tenia sentido- ¿Me prestas tu celular?- Debía llamarla tenia que hacerlo. No soportaría que algo malo le pasara ella o a papá eran mi familia.
- Olvídalo desdé hace unas horas las lineas están caídas, así como el internet, la luz, todo. Nadie sabe que pasa. Por ahora lo único que podemos hacer es ir al departamento de tus padres - Alex me miro con tristeza, tomo mi mano al tiempo que posaba nuevamente la vista en la carretera.
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LA NADA
Science FictionLindsey es una universitaria común hasta que cierto día una serie de "eventos extraños" comienzan a darle un giro de 180 grados a su vida. Ella poco a poco se dára cuenta que no solo el bien y el mal conviven a diario en esta dimensión. Aceptando en...