Capítulo 1

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Camila: Dinah, te recuerdo que solamente vamos a ir a la cafetería a comer, no vamos a ir a un restaurante 5 estrellas - Camila había esperado 10 minutos porque su amiga no le gustaba ir mal arreglada a ninguna parte, ni siquiera a la cafetería del manicomio.

Dinah: listo - dijo saliendo del baño.

Camila: al fin - le dijo a su amiga.

Camila y Dinah se dirigieron a la cafetería por los estrechos pasillos. Platicando sobre cosas sin importancia alguna.

La señora les entregó su comida, como todos los días, su comida era solamente un sándwich, gelatina y agua. Dinah nunca estuvo de acuerdo con la comida. Un día, Dinah se quejó con la dueña del manicomio, pero solamente empeoro las cosas, no le sirvieron de comer por dos días, y eso para Dinah, fue un castigo muy malo. A Camila tampoco le gustaba, pero nunca dijo algo.

Dinah: estoy harta de esta basura - le dijo a su amiga furiosa.

Camila: es lo único que vas a comer por el resto de tu vida, Dinah - le dijo Camila bebiendo de su botella de agua.

Dinah: lo sé y eso hace que me enoje más - se quejó.

Continuaron comiendo. Al final, tiraron su basura en el basurero y dejaron la bandeja a lado de este.

Camila iba caminando junto con su amiga hacia el jardín.

Al llegar, se sentaron en unas bancas. Era un día soleado, uno muy soleado en realidad.

Había algunos pacientes más. Algunos estaban caminando, otros sentados en las bancas como ellas y otros simplemente mirando las flores.

Camila recordaba momentos de su pasado. Uno de sus recuerdos, era ella plantando unas lindas rosas junto con su madre, le encantaba jugar con la tierra, hacia castillos de tierra y después los destruía pisándolos. Era uno de sus pocos recuerdos felices, los demás, eran tristes y dolorosos. A Camila no le gustaba pensar en esos recuerdos, no importaba que fueran felices o no, no quería recordar su pasado, su horrible pasado.

Era hora de regresar a sus habitaciones.

Camila entró a su habitación, agarró su libro y se sentó a lado de su ventana. Le gustaba leer, en realidad, le encantaba leer. Leer la hacia sentirse desconectada del mundo real y meterse a un mundo de fantasía. Lamentablemente Camila no podía leer todo el día. En la mañana tenía que desayunar, después tenía que ir a un salón junto con otros para escuchar como estaban mejorando, muy estúpido para Camila, después tenía el almuerzo, tenían una hora libre después del almuerzo, y siempre iba con Dinah unos minutos al jardín y después se regresaban a sus habitaciones para hacer lo que cada quien quisiera, y finalmente, tenía que ir con su psicóloga y hablar durante una larga y aburrida hora y luego otra hora haciendo unos estúpidos ejercicios, y después de esas horas tan aburridas, era su cena, y el día acababa. Esto era todos los días. Camila nunca iba a estar conforme con su vida, aunque su psicóloga se lo dijera todos los días.

Después de que terminara su hora libre. Se dirigió a la oficina de la psicóloga. Tenía que recorrer un gran camino para llegar. En el camino siempre escuchaba su música, afortunadamente eso no estaba prohibido.

Al llegar, tocó la puerta tres veces, escuchó un " adelante " y entró.

Como siempre, se sentó en la silla que está enfrente del escritorio.

Psicóloga: hola Camila - la saludó.

Camila: hola - saludo quitándose los audífonos.

Psicóloga: ¿cómo te has sentido? - preguntó.

" como siempre, una estúpida que todos culpan por haber matado a mis padres" pensó.

Camila: bien

La sesión transcurrió como todos los días, aburrida.

Al terminar. Camila fue en busca de su amiga. Cuando iba pasando por los pasillos, una chica chocó con Camila.

Xx: lo sien... - era Lucia, una de las muchas personas que cree que Camila mató a sus padres - oh, eres tú, la asesina - le dijo cruzándose de brazos.

Camila no estaba de humor, en realidad, ningún día estaba de buen humor.

Camila: aunque sea yo no maté a mi novio por haberme engañado - se defendió Camila.

Lucia había matado a su novio por haberla engañado con una chica que trabajaba en una heladería. La muerte del chico fue dolorosa. Primero, le enterró un cuchillo en las manos, después fue recorriendo sus brazos, hasta llegar a su corazón, dejándolo con múltiples heridas en los brazos y una gran herida en el corazón. El chico de inmediato murió desangrado. Lucia fue llevada a la cárcel y después al manicomio.

Lucia: eres una maldita! - le gritó.

Camila no pudo reaccionar rápidamente, Lucia ya estaba encima de ella. Camila intento defenderse, pero no lo logro, Lucia era más fuerte que ella.

Lucia: eres una maldita asesina! - le dijo dandole puñetazo por cada palabra que dijo.

Camila ya no sintió a Lucia encima de ella. Observo que la chica estaba sujetada por su mejor amiga.

Lucia: suéltame! - le grito a Dinah.

Dinah la soltó y después de haber hecho eso, le dio un golpe en la cara haciendo que Lucia quedara inconsciente.

Dinah: ¿estas bien, Mila? - le preguntó a su amiga ayudándola a levantarse.

Camila: si, estoy bien - le dijo acomodándose su blusa.

Camila y Dinah fueron a la cafetería. La misma señora les sirvió su comida, un vaso de leche y pan. Camila y Dinah se sentaron en la mesa y comieron su cena.

Camila estaba sentada en su cama, terminando de leer su libro. La noche era fría. Camila traía puesto una pijama color azul cielo y unas calcetas rosas, cubierta por una manta. Las noches eran muy frías en el lugar, pero Camila ya se había acostumbrado a eso.

En las noches, antes de dormir. Camila se quedaba pensando en su pasado, e incluso en su futuro. Algunas veces se deprimía mucho, a veces se hacia cortadas en sus brazos por el horrible dolor que había provocado su pasado.

Terminaba llorando y con cortes que sangraban de sus brazos. Ella no podía remediar las cosas, aunque lo quisiera tanto, no podía.

Camila se sentía muy afortunada de tener a Dinah, ella siempre esta con ella en sus mejores momentos y en sus peores. Camila nunca supo porque Dinah estaba ahí, y su amiga nunca se lo había dicho, y ella no le preguntaría, hasta que ella se lo dijese.

Camila quedo dormida en un profundo sueño, deseando no despertar al siguiente día como todas las noches, pero nunca se hacia realidad.

Enamorada de una suicida (CAMREN) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora