Capítulo 15

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Lauren estaba sentada en una mesa junto con Camila y Dinah en la cafetería.

Volteó a ver a Camila. Sus ojos no tenían ese brillo de todos los días. Ese brillo había desaparecido.

Lauren se preocupó, ella siempre tenía ese brillo, todos los días.

Le iba a preguntar pero la hora del desayuno había acabado.

Intentó hablar con Camila, pero ella ya se había ido.

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George: hola chicos, hoy les tengo otra gran historia de amor. Esta historia es de la mitología griega y se llama Apolo y Dafne.

Apolo, el dios del sol y de la música, era un gran cazador.

Éste queria matar a una gran serpiente piton que se escondia en el monte Parnaso.

Fue a buscarla y se enfrentó a ella con sus flechas,le irió y la mató.

Los dioses estaban muy disgustados puesto que Delfos era un lugar sagrado y no le gusto la idea de que hubiera un asesinato.

Los dioses querían vengarse de Apolo por lo que había hecho, pero Apolo reclamó Delfos para sí. Se apoderó del oráculo y creó unos juegos anuales que se celebraban en un anfiteatro, en la colina que había junto al templo. Apolo orgulloso de su victoria se burló del dios Eros por llevar arcos y flechas siendo tan niño. Enfadado, Eros se vengó y le disparó una flecha de oro que le hizo enamorarse locamente de la ninfa Dafne, mientras que a Dafne le disparó una flecha de plomo que le hizo odiar el amor y especialmente el de Apolo.

Dafne era una ninfa cazadora consagrada a Ártemis, y por lo tanto, rechazaba cualquier tipo de amor masculino, y, por supuesto, no quería casarse.

De tal modo, el enamorado Apolo persiguió locamente a Dafne. Mientras, ella huía de él. Pero, poco a poco, Apolo fue reduciendo distancias y cuando iba a darle alcance, y se encontraba ya cansada, Dafne pidió ayuda a su padre, el río Peneo de Tesalia.

Apenas había escuchado su llamada, cuando todos los miembros se le entorpecen: sus entrañas se cubren de una tierna corteza, los cabellos se convierten en hojas, los brazos en ramas, los pies, que eran antes tan ligeros, se transforman en raíces, ocupa finalmente su cara, la altura y sólo queda en ella la belleza. Este nuevo árbol es el simbolo del amor de Apolo, y puesta su mano derecha en el tronco, advierte que aún late el corazón de su amada dentro de la nueva corteza, y abrazando las ramas con cariño, besa aquél árbol que parece rechazar sus besos.

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Camila ha evitado a sus amigas todo el día. No se ha sentido muy bien. No está enferma, solamente no se ha sentido bien consigo misma.

Estaba en una parte del jardín que nadie visita. Se escuchaban los pajaritos, el viento resoplando y una tranquilidad indescriptible.

"Sería un buen lugar para morir" se dijo.

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Lauren estaba buscando como loca a Camila. No estaba en la cafetería, ni en su cuarto.

Lauren: ¿dónde estás Camz? - susurró.

Siguió buscando durante unos minutos más. Hasta que se acordó de un lugar al que nadie iba.

Se dirigió a una parte del jardín al que nadie visitaba, ese era un lugar muy tranquilo y relajante.

Cuando llego, vio a una persona sentada en el pasto.

"Camila" dijo Lauren para si misma.

Se sentó a lado de Camila y esta se sobresalto.

Camila: ¿qué haces aquí? - le preguntó.

Lauren: te he estado buscando desde la mañana.

Sacó lo que le quería dar a Camila desde hace un rato y se lo dio.

Camila: ¿qué es esto?

Lauren: es chocolate caliente, no tenían helado en la cafetería, entonces te traje esto.

Camila: gracias.

Las dos sonrieron.

Lauren: ¿te puedo preguntar algo? - dijo tímida.

Camila: si.

Lauren: ¿por qué siempre usas manga larga?

Camila: ocultan mis batallas.

Lauren: ¿batallas?

Camila: si, las batallas en las que siempre lucho pero al final pierdo.

Camila se levanto las mangas de su blusa. Había cicatrices, estaban por todos los brazos de Camila.

Lauren quedó sorprendida.

"¿Cómo una chica como Camila podía hacer eso?" Pensó.

Camila: algo anda mal en mi.

Lauren: Todos fallamos de una u otra forma

Camila: si, pero al final, todos me fallaron - una lágrima se deslizó por su mejilla. Lauren la retiró con su dedo.

Lauren: yo nunca te fallaré, te lo prometo.

Camila: pero algún día te haré mierda.

Lauren: mi mente es la que se encarga de hacerme mierda.

Se quedaron en silencio por un rato.

Camila: ¿cómo hiciste el chocolate?

Lauren: digamos que le caigo bien a la cocinera - sonrió.

Camila: ¿en serio?

Lauren: si.

Camila: yo llevó más años aquí y ni siquiera me cambia el sabor de mi gelatina - hizo un puchero.

Lauren: no hagas eso, te ves adorable.

Camila sonrió y siguió tomando su chocolate caliente.

Lauren no le pregunto a Camila que le estaba pasando, no ahora, si no cuando estuviera preparada para decírselo.

Las dos se quedaron ahí, disfrutando del hermoso ambiente que las rodeaba.

Enamorada de una suicida (CAMREN) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora