Enfrente de mi se encuentra mi casillero abierto y en su interior además de libros en el pequeño espacio de enfrente hay un pequeño peón blanco encima de un pequeño papel con letra impresa que dice:
"Felicidades"- Vaya suerte, Morales- su voz grave y ronca sonó tan cerca de mi oído que pude sentir su alimento en mi cuello. Me sobre salte y me aparté rápidamente. Era Víctor.
Las palabras no salían de mi boca, las emociones se robaron mis palabras; Enojo, miedo, resentimiento, confusión... nada era claro en mi cabeza.
-¿Qué? ¿Te puse nerviosa?- dijo con cierto gesto de placer en su rostro y con sus ojos miel en mi.
No puedo hacer más que demostrar mi clara insatisfacción por la situación. Bajo la cabeza, tomo la maldita pieza y cierro al casillero fuertemente para dirigirme corriendo hacia el baño. Para entrar rápidamente y después cerrar la puerta detrás mío.
El baño está solo y la furia en mi corre por todo mi cuerpo. Lanzó con fuerza la pieza y suelto la mochila, mi espalda choca con la pared, mis manos suben hasta mi cabeza. Son tantas las cosas que me empiezo a imaginar...
Sentí que las lágrimas caían de mis mejillas, algo me presionaba el pecho, me dejo caer con la espalda en la pared. Quiero gritar, quiero que esto termine, quiero despertar.
"No, no puedo dejar que esto me hunda"
Me siento obligada a pararme después de escuchar esas palabras en mi cabeza, me dirijo al lava manos y me mojo la cara para limpiarme las lágrimas. Mi imagen en el espejo no es la de siempre, aún parece hinchada por el llanto.
"No"
Me pongo derecha y levantando la cabeza y voy por la pieza que aventé. decidí salir del sanitario. El pasillo ya está completamente solo y el ya no está.
Para cuando he llegado a la salida solo quedan unos cuantos alumnos en la entrada.
Mientras más me voy abriendo paso entre la pequeña bola de gente más escucho más las conversaciones.- ¿Quién crees que sea el pobre inútil de este año?-
- ¿Qué te tocó?-
-¡Pieza negra!-
- ¡Rayos! ¿quién crees que sea el Rey?-"Calma, calma o lo notarán"
Levantó la cabeza. Víctor está sentado en la fuente que se encuentra frente a la entrada viéndome, como si disfrutará mi situación, tiene la pierna cruzada y el uniforme desarreglado como de costumbre, La corbata está floja y la camisa blanca semi-abierta de los primeros botones y desgajada del pantalón gris y el saco abierto, todo ese lío acompañado por su cabello negro que cae hasta sus ojos, con una sonrisa en sus labios que causa un par de ojuelos en sus mejillas, me enoja pero no estoy estoy en posición de discutir con el, solo me queda pedirle que no diga nada.
Me dirijo hacia el y ya siento que mis puños hacen tanta fuerza que me entierro las uñas en la palma. Llego en frente de el, y alza la cara para verme a los ojos.
-Por favor no se lo digas a nadie- intento sonar lo más calmada posible con la mirada baja.
Cruza la pierna derecha y recarga su peso en las manos y me mira con esa mirada retadora.
- ¿Qué ganó con no decírselo a nadie?-
- No te lo estoy pidiendo para darte algo a cambio, tarde o temprano lo sabrán pero quiero mantenerlo secreto el más tiempo posible.-
- Con esa mirada tan fría y seria que siempre tienes en la cara, es divertido verte desesperada, comienzo a creer que si eres humano.- Sus palabras me irritan, el me irrita.
"Idiota"
- ¿Sabes? No importa, me las arreglaré sola.- Mis pies avanzan dejándolo atrás y salgo de la propiedad del colegio y me dirijo a casa.
"Carajo, lo volví a hacer, tal vez no debí pedirle ayuda desde un principio."
El camino me pareció más largo de lo habitual, me pesa el cuerpo, sacó las llaves de mi bolsillo del saco.
- ¿Cómo estuvo tu primer día?- dijo mi hermano sentado en la mesa con una computadora y un café. Cuando lo encuentro así quiere decir que no ha dormido en varios días.
Tom se ha encargado de cuidarme desde que mis padres fallecieron cuando yo tenía cinco años y el diecinueve en un accidente carro. Dejó la universidad para trabajar y así es desde entonces. Decidí ayudarlo entrando a un buen colegio con una beca. Toda mi vida he sentido que es mi culpa el que el haya tenido que dejarlo todo por mi, es mi responsabilidad el que no haya sido en vano.
-De la mier...-me doy cuenta que estaba pensando en voz alta... -¡Bien!- "no es cierto."- voy a estar en mi cuarto.- creo que no me escuchó.
Me dejo caer en la cama mi vista queda en el techo, no me había dado cuenta que aún traigo en peón en la mano, lo sostengo frente a mí.
"¿Porqué a mí?"
*toc toc
-¡Pasa!- Tom entra y se sienta en la cama a mi lado. Me gusta cómo se ve cuando trae esos lentes grandes, lo hacen parecer un hombre importante y el ser alto llama la atención junto con sus ojos aceitunados y pestañas largas. Son como los ojos de mamá...
- Me pidieron ir a un viaje de parte del trabajo, así que no estaré por un par de semanas.- hizo una pausa como si le preocupara mi respuesta.
- Esta bien.- se dejó caer al lado mío, se quitó la corbata y la lanzó.
- Nunca me acostumbraré a esa cosa.-
-Ahora que tienes un puesto de asistente para una importante empresa, supongo que es necesaria.- soltó una pequeña carcajada.
-Supongo...- hizo una pequeña pausa. - Se que es tonto preguntarlo pero ¿vas a estar bien?-
- Son solo dos semanas, se que es demasiado para tu hermanitis pero podrás superarlo.- soltó otra carcajada.
- Me preocupaba más por ti, ¿quién te traerá tus toallitas?- Se paro rápido sabiendo que iba a responder a tal humillación.
- ¡Cállate! ¡Yo puedo! ¡Fuera de aquí!- le dije lanzando almohadazos mientras el corría a la salida de mi cuarto con una carcajada.
Cierro la puerta detrás de mí. Y me vuelvo a encerrar en mis pensamientos.
"comienzo a creer que si eres humano"
Claro que lo soy... Idiota.
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Pieces
Genç KurguNadie sabe cómo empezó ni cuando o quién lo inventó. Pero de tu suerte dependerá tu año escolar. ¿serás rey o peón?