Entre Nosotros.

5. El suicidio perfecto.

NARRA CORINA (MAMA)

Entré en la casa. La puerta estaba abierta todo patas arriba, oí un ruido. Empecé a localizar la navaja que me dio Valencia.

Quería coger la ropa he irme de aquel sitio. Corrí con el propósito de llevar a la habitación de mi hija, para coger por lo menos el 50% de sus cosas e irme. Ya me daba igual lo mio. Al subir las escaleras al final del pasillo me encontré una sombra. Saqué la navaja me dirige a la habitación. Ya en esta cogí todos los posters que Valencia tenia en la pared. La costó mucho conseguir cada uno de ellos. Ya al recoger todos, la puerta de la habitación se abrió, me giré. Me encontré con una cara muy conocida. Luis. Luis era el padre de Valencia. ERA. Valencia no le necesita.

- ¿Qué haces aquí? - Pregunté con desprecio. Porque era lo que tenía hacia ese monstruo  - Vine a por mi hija. no me mires así no eres nadie para juzgarme con la mirada. - Genial y además estaba borracho.     - ¿Tenías que esperar 13 años para buscarla? ¿Acaso no te das cuenta de que esa niña que veías antes ahora ya no te necesita? Por si lo quieres saber  Valencia, no se si sabias su nombre, no me ha preguntado ni una sola vez por ti. ¿Sabes el porqué? Tranquilo yo te lo digo. No me ha preguntado por ti, porque eres una persona despreciable. No pasaste con ella ni su primer cumpleaños, no sabes ni cuando comenzó a caminar, si necesitaba ropa, comida, ayuda. No sabes NADA. Así que vete. Y no vuelvas. - De la nada Luis sacó una pistola  - ¿Qué haces? - ¿El loco este me va a disparar? ¿De verdad? Verdaderamente da pena.
-Voy ha hacer lo que debía de haber hecho hace 13 años. - Dijo quitándole el seguro al arma.
-Vas a matar al único apoyo que tiene "tu hija"
-Sí, no va a necesitar más tu apoyo porque me tendrá a mi. - Dijo con desprecio, como puede despreciar a la única persona que a mantenido en vida a la persona que se supone que debe de ser su luz.
-Vale, matame, no vas a conseguir nada. - Sin pensarlo dos veces ese moribundo disparó.

No me daba miedo morir. Ya que seria lo único bueno que me pasaría, pero que será de mi niña. Mi bebé. La nena de mis ojos. Ojalá nunca la encuentre.

NARRA LUIS

La dí. Necesitaba el número de Valencia, la encontraré.
De la nada empecé a escuchar sirenas de la policía -Mierda - Pensé.
Corrí y salté por la ventana.

NARRA VALENCIA

Eran las 8 a.m. Mama no llegaba. La llamé. Nadie contestó. Tenía miedo. Me tumbé  y esperé a que ella me llamara.

Cuando ya había conciliado el sueño, alguien llamó
-¿Sí?
-Señorita Valencia González Sabeño?
-Sí
-Le llamamos desde el hospital 12 de octubre. Su madre acaba de fallecer. Lamemtamos su perdida.
-¿Cuando podré ver el cuerpo?
-Se podría pasar por el hospital mañana a primera hora.
-Vale. -Dije con la voz quebrada

Genial. Lo peor es que yo ya sabía que iba a pasar, ¿y que hice? Nada. Me odio tanto por esto. No hice nada. Ya no quiero vivir, no valgo ni para proteger a la persona que más quiero.

Empecé a llorar, no me importaba si "mi tía" me escuchaba. Corrí hasta mi bolso, de este saqué una cagita donde guardaba mis cuchillas, ordenadas de más  pequeña a más grande, las 2 navajas que tenía,  las cuales están pérdidas. Cogí la cuchilla más  pequeña empecé con 3 cortes verticales. Salía poca sangre, necesitaba más. Tenía que sufrir como nunca lo había hecho. Cogí la más grande. Echaba de menos mis perfectas navajas. Solo un corte con esa maravillosa herramienta libera TODA mi tristeza.

Con la cuchilla hice 4 cortes, pequeños. Quería sentir el dolor. Salía bastante sangre ya que apreté demasiado, no importaba. No podía para de llorar. Llorar, cortarme, llorar, cortarme. Era lo único que hacía. La felicidad ya no existía. Caí me levanté, Caí, me levanté. Pero esta vez no me quería levantar. Quería  morir.

Ya está, no aguanto más. - Cogí la navaja la besé, cogí mi muñeca e hice lo mismo. Trace una línea recta, desde la muñeca. Apreté. Empezó a sangrar. Era el final.

Cogí mi móvil,  busqué una foto de mi difunta madre. Era tan hermosa,  tan joven. Ya no está. Ella no me va a buscar. Tendré  que  buscarla yo. Se me cerraban los ojos. Coloqué el móvil a un lado. Volví a coger mi bolso, de este saqué un bote de pastillas. Llevo 2 años preparando mi suicidio, tengo 100 pastillas distintas en el bote, me tomaré  14, por los años que llevo aguantado todo. Cogí  la botellita de alcohol me la tomé entera. Me sentía fatal todo me daba vueltas. -Al fin me moriré. - Dije encendiendo un cigarrillo. Me moriría infeliz como siempre, pero aliviada. El suicidio perfecto.

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Me levanté en un sitio muy raro. Todo era blanco. ¿Un manicomio? ¿El cielo?
O peor todavía. El hospital. Ese maldito sonido me ponía nerviosa. Pi, pi, pi,pi. Puto hospital. Espera si estoy es el hospital ¿Quién me trajo? Estaba en la casa de mi tía, no recuerdo nada. Todo es borroso después de haberme tomado las pastillas.

La puerta se abrió. Joder si era la tía.
-Hola - dijo seca
-¿Me trajo usted? - pregunté educada
- Sí, pensaras que soy un monstruo y de más pero si te mueres en mi casa perdón pero no quiero tener tu alma rondando por mi casa. - Me hizo risa
-Creía que me odiaba.
-A ver odiar odiar pues no. De pequeña eras mi tesorito.-lo dijo con mucha ternura. Que raro. - Y pues... Yo también recibí la llamada te fui a buscar para comunicarte pero pareció que ya lo sabias y pues te ayudé. No te puedes morir ahora. Tienes 14 años. Eres joven y sobre las cortadas, las pastillas, el alcohol y los cigarrillos. Yo que tú los dejaba. - Me guiñó un ojo. Al pareces no era la bruja que pensaba. Ella también tenía sentimientos
-Gracias por preocuparte por mi pero... Deberías de haberme dejado morir. - dije bajando la mirada
- Hey, estoy aquí. Podremos vivir juntas o mudarnos. Te cuidaré como una hija, dejaré de beber y seré responsable por una vez - Quería empezar de 0 y conmigo. Que raro.
-Me tienes pena. - No me gusta dar pena. Yo no pido ser la protagonista. Yo soy el fondo.
-¿Qué? - abrió sus ojos
-Sí, no lo niegues. Sí la mejor decisión seria morirme. Soy una suicida y te doy pena ¡NO QUIERO DARTE PENA! NO SOY UNA MIERDA, QUE SE OS QUEDE CLARO. - Empecé a llorar.
-No quería hacerte sentir así. - Volvió a bajar la mirada.
-Vale. - me giré, me tapé hasta la nariz y me puse a llorar.
-Será mejor que me valla, le diré al doctor que ya despertaste.

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Nota de autora

Hola hermosas hermosuras. Espero que os haya gustado el capitulo me llevo un poco pensarlo jeje pero aquí lo tenéis. Ayer no puede subir capitulo ya que era noche vieja y pues mañana tampoco subiré capitulo porque es mi cumpleaños.
Y el 4 empezaré con los 3 días y ya que somos bastantes personas
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