Capítulo 7

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Narra Justin

Mamá estaba terminando de preparar la mesa con toda la comida que había hecho. El menú se basaba en pescado horneado con varios tipos de ensaladas y aperitivos, se veía delicioso a decir verdad.
Jersey se sentó en la cabecera como siempre y miro sonriente como mamá colocaba las bandejas. Hipócrita, fingia que la amaba cuando yo bien sabía que no era así.
- Justin ve a lavarte las manos y siéntate junto a tu padre - la dulce voz de mi madre hizo que centrara toda mi atención en ella. Asenti y me dirigí hacia el baño que estaba cerca cuando me interrumpió - Ahí no hijo, los baños de adentro estan con un problema en las tuberías. Ve al del quincho - dijo apuntando hacia afuera.
La mirada de mi padre se fijó en mi, era como si tratara de decirme algo. Lo ignore y seguí mi camino hacia afuera atravesando el gran ventanal de vidrio. Crucé todo el patio hasta que al final llegué al gran quincho de madera. Sus puertas estaban cerradas y podía escucharse la televisión desde adentro. Abrí y me encontré con James jugando un videojuego tirado en el gran sillón de cuero.
- Que haces aquí? - pregunté confundido. Es decir es la casa donde está mi madre, el trabajo no se involucra aquí.
- hubo un problema con el almacén donde merecíamos a la chica ya sabes.... secuestrada y tu padre ordenó tenerla aquí hasta que los demás arreglen las cosas - dijo tranquilo. Qué? Como se les ocurre traerla aquí? Mi madre podría descubrirla y todo se sabría, no era beneficioso para Jeremy.
Sin decir nada más fui al baño y note como en la habitación de al lado se escuchaban sollozos atravez de la puerta cerrada, la llave se encontraba puesta del lado de afuera. No se porqué pero sentía mucha curiosidad, asi que la abri lentamente y delante de mis ojos estaba la figura de una joven castaña sentada acurrucada sobre la esquina de la pared. Pude notar unos golpes y sangre en el costado de su rostro pero cuando lo giró para verme con temor la reconocí. Era la misma mujer que me había dejado con las ganas en la fiesta hace unos días. Si antes estaba confundido ahora era pero. Ella era la hija del socio de mi padre? Por ella nos darían mercancía?
Cuando sus ojos coincidieron con los míos estos se abrieron y su rostro cubierto de lagrimas reflejaba sorpresa, me reconoció.
Se paró rápidamente y al estar justo delante de mi me estampó su mano contra mi mejilla. Me había golpeado y vaya que si dolió. Estaba muy sorprendido y no sabía que hacer, cerré la puerta detrás de mi y agarré sus brazos para que no intentará pegarme de nuevo. Me percaté de que traía una cinta adhesiva sobre sus labios y en sus bonitos ojos claros se reflejaba el temor.
- Calma, no te haré daño - dije suave. Ella paró de intentar zafarse de mi agarre y seguía con su mirada clavada en la mía. A pesar de estar cubierta de sangre y con una que otra magulladura su cara era realmente preciosa, ahora recordaba porqué me atrajo desde el primer momento en que la vi junto a ese idiota.
- Te sacaré la cinta pero sólo si no gritas, te ayudaré - le dije despacio y claro. Ella asintió. Retiré suavemente la cinta dejando descubiertos esos mullidos y rosados labios, demonios, y daban unas ganas de besarlos.
- Por favor sacame de aquí - dijo despacio después de un suspiro. No se que pasó pero sentí pena por ella y el hecho de que me atraía ayudaba. Tenía que sacarla de aquí. - Por favor, ese hombre asqueroso dijo que dentro de unas horas estaría dentro de un avión camino a Rusia y que sus amigos sabrían muy bien que hacer conmigo. - dijo angustiada y llorando. Lo sabía. Mi padre no era hombre de la palabra en cuanto a los intercambios, se quedaría con la mercadería y vendería a la chica, claro, así saldría ganando mucho. Con su belleza quien no pagaría millones para acostarse con ella.
Tenía que ayudarla a escapar si o si.
Unos brazos al rededor de mi cintura me hicieron reaccionar. Me había abrazado, podía sentir su cuerpo temblar junto al mío.
- Tranquila, saldremos de aquí - dije separandola de mi. - Pero debes hacerme caso en todo lo que te diga - dije en tono amenazador. Si nos descubrían habría serios problemas. Asintió mordiendo su labio lastimado.
Miré a mi alrededor y una idea se cruzó por mi cabeza.
- Con cuidado y en silencio avanza detrás mío. - le dije en un susurro. Abrí despacio la ventana de allí y hice que saltará y se ocultada tras el arbusto.
Salí de la habitación y volví a trancar la puerta para que James no sospechara. Pase por su lado y ni siquiera me miró, estaba concentrado jugando una carreras de autos con la play.
Di la vuelta y le hice señas a la chica para que viniera hasta mi, no recordaba su nombre. Una vez juntos caminamos rápido hacia el ventanal. Saldríamos por la puerta con cuidado de no ser vistos, pasando por la sala. Desde allí no se ve el comedor así que nadie nos notaría.
Miré a mi alrededor por si alguien se encontraba allí, avanzamos y pasamos por la sala. Justo cuando faltaba poco para llegar a la puerta principal la voz de mi madre a mis espaldas hizo que me paralizara.
- Justin, que haces? - la chica se escondió con miedo detrás de mi espalda y yo simplemente no sabía como reaccionar ni que decir.
- Mm... mamá y..yo - dije tartamudeando. Ella avanzó hacia nosotros y sonrió.
- Como no me dijiste que venías acompañado - dijo mirando a la chica aún sonriendo. Demonios y ahora que haré. - Hola, yo soy su madre puedes llamarme Pattie - le dije extendiendole la mano. Ella dudosa aceptó el saludo pero no emitió palabra.
- Mama, lo siento pero tenemos que irnos - dije apresurado y tomándome si Jeremy no estaba cerca. Pero para mi mala suerte de encontraba parado en una esquina de la sala.
- No serás descortez con tu madre Justin, se quedan a cenar - dijo serio. Sabía que estaba enojado y que se dió cuenta de la situación, veía la furia en su rostro.
- Si! Pondré cubiertos para ti cielo - dijo mamá antes de salir de allí.
Oh no. Jeremy se acercaba a paso rápido hacia nosotros y sabía que no sería inteligente salir corriendo, estábamos atrapados.
- QUE DEMONIOS CREES QUE HACES! - dijo enfrente nuestro fuerte y con rabia. Tendría que inventar una buena excusa si no quería que me maté. Este trato era muy importante para él.
- No puedes hacerlo. Es mi novia! - dije haciendo le frente entrelazado mi mano con la de ella.
- Que mierda estas diciendo Justin? -
- Hace tiempo que lo es pero ya sabes, no quiero involucrarla en todo esto. - dije serio. Esperaba que me creyera y tuviera compacion por una vez en su vida. Parecía pensarlo.
- Se sentarán a la mesa y fingiran que todo está bien. Después hablaremos esto en el quincho. - dijo apretando sus dientes. Estaba muy enojado. Salió en dirección al comedor dejandos solos. Miré el dispositivo a mi derecha y la luz roja me indicó que las alarmas estaban encendidas. No podíamos escapar.
- Vamos, tu sólo sigueme la corriente - le dije tratando de tranquilizarla.
- Que haremos? No puedo volver allí - dijo con temor apretando mi mano.
Eso ni yo lo sabía. Estaba metido en una grande y un simple lo siento no arreglaría nada. Joder, no podía dejar que termine como las demás chicas, no podía dejar que termine como Amanda. No me lo permitiría. Ya se me ocurría un plan o eso esperaba.

She's mine《Justin Bieber》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora